Los partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro chocan con la policía antidisturbios en el Palacio Presidencial del Planalto SERGIO LIMA - AFP
Los partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro chocan con la policía antidisturbios en el Palacio Presidencial del Planalto SERGIO LIMA - AFP

(Por Fran Souza desde São Carlos, San Pablo, Brasil)

Tuvimos un domingo de horror en nuestro país y ese terrible día pasará a la historia como un verdadero atentado terrorista contra la democracia brasileña.

Asistimos a impactantes escenas de destrucción de bienes públicos promovidas por un grupo de golpistas bolsonaristas que lamentablemente no aceptan el resultado de las últimas elecciones, que fue justa, transparente y legítima. Lula ganó las elecciones y no hay nada que discutir.

Toda oposición es válida en un gobierno democrático, pero la acción de estos criminales está lejos de ser una manifestación, ya que superó todos los límites democráticos y abrió las puertas al irrespeto de la extrema derecha en Brasil. Por cierto, cualquier tipo de extremismo ideológico político debe ser erradicado, ya que viola las reglas básicas de civismo y constitucionalidad.

El vandalismo en la Praça dos Três Poderes fue noticia en la prensa mundial, varias personalidades políticas y empresas brasileñas se posicionaron a través de notas de repudio a los actos terroristas. «¡No aprobamos el vandalismo ni los movimientos antidemocráticos!»

Por todo el contenido difundido en cadenas de televisión, diarios, radios y redes sociales, suponemos que esta barbarie en Brasilia contó con el apoyo de empresarios, autoridades y líderes políticos, e incluso fue financiada con dinero de terceros fanáticos terroristas.

Esperamos que todos los responsables de esta tragedia sean identificados y sancionados, incluidos sus financiadores y posibles facilitadores que sabían de la planificación de la acción, pero se omitieron y no hicieron nada para evitar la entrada de terroristas golpísta y el agravio a los tres poderes del la Republica.

Un repudiable ataque a la democracia