Analizar la guerra en Medio Oriente con una visión occidental resulta prácticamente imposible. Aquí vamos a intentar explicar, en algunas líneas, el conflicto y sus posibles alcances para occidente.
Lo primero a entender es la posición de Irán y de Siria en todo esto. En el caso sirio en guerra civil desde el 2013 (primavera árabe) desgastado y tablero de ajedrez de la geopolítica de la región, tanto para entrenar milicias libanesas, usar grupos paramilitares rusos o tener una guerra abierta entre kurdos, estado islámico y fuerzas de EEUU, es difícil entender pero si, a veces combaten contra un grupo y mañana son aliados contra otro grupo pero solo hasta la frontera después son enemigos nuevamente y así.
Es innegable que tanto Hamás como Hezbollah son milicias financiadas por Irán. Los ayatolás usan próxis y milicias para tener guerras indirectas en Israel sin tener conflictos directos con ellos, pues bien esta vez Israel decidió ir más lejos. De manera audaz ejecutó una de las operaciones de inteligencia y militares más increíbles de la historia, haciendo volar por los aires los bipers con los que se comunicaba el grupo terrorista y luego bombardeando a gran escala el centro de Líbano y matando al líder supremo de Hezbollah Hassán Nasralá. Irán reaccionó por la lógica inercia de ser el líder de los países islámicos, pero pareciera un “Ponete canilleras que te voy a pegar una patada”.
Más allá de esto Israel, a partir de ahora, tendrá dos grandes problemas. El primero es que Hezbollah no es una milicia común terrorista, sino que es un ejército que tiene experiencia en combate en siria y que ya combatió con Israel en 2008 y no se lo pudo doblegar. Posee misiles de a cientos de miles y túneles minados en toda la frontera sur esperando su yihad (guerra santa).
El segundo problema es la comunidad internacional. Israel deberá convencer al mundo que no va a realizar lo que tanto costo le hizo pagar en Gaza mientras al mismo tiempo va a tener que desplazar población interna por ataques desde el Líbano. Sin dejar de recordar que tiene un gobierno absolutamente extremista con un fuerte apoyo de Estados Unidos, aunque suene raro un movimiento muy fuerte previo a las elecciones en norte América.
Si el mundo y occidente no lideran una defensa democrática, un liderazgo bien firme de altos al fuego, ayudas humanitarias y posiciones internacionales, seguramente esto se vaya replicando en todos los continentes: una parte se siente en capacidad de ganar y la otra de no perder, y ambos en nombre de Dios.