La minería ha sido uno de los factores que más ha influido en el desarrollo de las industrias a lo largo de la evolución del hombre. Tanto es así, que la historia ha catalogado a diferentes épocas evolutivas con el nombre de los metales que el ser humano dominaba: La edad de Bronce y de Hierro, son algunos de esos ejemplos. En ellas, cuando las civilizaciones dominaban un nuevo uso de los metales producidos en su primitiva industria, aceleraban su evolución.
El Hierro, el Bronce, el Oro, la Plata y otros metales, fueron fundamentales en el desarrollo de la humanidad, dado que todos los progresos científicos, tecnológicos e industriales se basan en el uso de los productos derivados de la minería. Para citar algunos ejemplos, el Acero, un derivado del Hierro, es el principal insumo industrial a nivel mundial, y está presente en la mayoría de las construcciones fijas y móviles del ser humano. El Cobre conduce la mayor parte de la energía eléctrica a nivel mundial y muchos otros metales como el Litio, la Plata, el Oro, el Zinc, el Níquel, etc., son vitales para la vida que llevan las sociedades actuales, siendo piezas clave en artefactos de uso diario como las heladeras, los celulares o los vehículos.
Todos los países desarrollados han minado metales para sus industrias y para su exportación, sacando provecho a sus riquezas naturales. En épocas pasadas, cuando sus fábricas requirieron metales que no poseían, dichos países iniciaron guerras en búsqueda de ellos; en la actualidad, ante esa carencia, buscan potenciar alianzas estratégicas con países productores. Ninguna de estas naciones centrales hubiese buscado una guerra o una alianza para compra de insumos si pudiesen extraer a un costo aceptable los minerales de su territorio. O, dicho de otra forma, primero suelen explotar sus recursos y, si se que quedan sin minerales, tienden a buscarlos en el exterior. Entonces, ¿Por qué Argentina tendría que ser la excepción?
Panorama Minero en Argentina
Como señala la Red de Académicos por una Minería Sustentable (RAD), en Argentina, desde 1869 hasta la actualidad, la región cordillerana fue perdiendo peso frente a la región pampeana. Eso se debió a que la migración se orientó a espacios que brindaran oportunidades laborales y de progreso, y éstas eran ofrecidas por la Pampa Húmeda en una primera etapa. En la segunda, de 1930-1980, el nuevo impulso conocido como “éxodo rural”, provocó migraciones del “campo a la ciudad”, principalmente favoreciendo a los cordones industriales de las grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba. La falta de oportunidades en las otras regiones (cordillerana del Cuyo-NOA y patagónica) fue lo que estructuró el “desbalance territorial que hoy tenemos como país, no sólo poblacional sino también en ingresos”. Ello se puede apreciar fácilmente en el cuadro citado.
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Es por ello que la minería debe pensarse desde la lógica económica, pero también desde la urbana y del ordenamiento territorial: sencillamente, hay lugares que no tendrían posibilidad de desarrollarse sin ella, y donde el turismo por sí solo no basta. O, alternativamente, concentraría todo el dinamismo en una sóla región y sector, dejando a la provincia en una posición altamente vulnerable al no estar diversificada. Por ejemplo, Nevada, en Estados Unidos, tiene una alta concentración en el sector turístico gracias a Las Vegas (sur de Nevada, condado de Clark), pero, gracias a la minería logra mitigar en...