Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se estima que para inicios de 2030 llegaremos al “punto de no retorno”. Se refieren a los riesgos que implica el cambio climático que ya nos está afectando. A partir de ese año, advierten, todos los intentos para cuidar nuestro medio ambiente serán en vano, ya no habrá nada que logre salvar la tierra; nuestra casa. En este juego no hay un ganador o un perdedor, somos un equipo; ganamos o perdemos todos. Por eso, proponemos actuar ahora, juntos, desde nuestro espacio y con las iniciativas más a nuestro alcance. La implementación de Terrazas Verdes en las grandes urbes puede ser un pequeño gran aporte en ese sentido.
Se denominan Techos o Terrazas Verdes a las superficies de los edificios que están parcial o totalmente cubiertas por vegetación, ya sea en el suelo o en sus paredes, y buscan no sólo mejorar el ambiente urbano sino también la calidad de vida de sus habitantes.
A las grandes ciudades se las conoce como “selvas de cemento” y se está demostrando, a través de estudios médicos y psicológicos, que éstas están afectando a las personas no sólo en su salud física sino también emocional. Estas superficies convertidas en Techos o Terrazas Verdes permiten que la gente las aproveche y las disfrute. Asimismo, ayudan a disminuir el estrés con sus beneficios terapéuticos que resultan del hecho de cuidarlas y estar en contacto con ellas. Se sabe que en las ciudades, si se tiene un balcón o una terraza con vegetación, se es menos susceptible a las enfermedades. Esto sucede, en parte, debido al oxígeno adicional que aportan las plantas y a que actúan como filtro de las partículas del aire. Del mismo modo, representan un ahorro para el propietario ya que abonará un importe menor de impuestos.
A su vez, en relación a los beneficios urbano-ambientales, los Techos o Terrazas Verdes posibilitan dar la efectiva respuesta al déficit de espacios verdes de la Ciudad de Buenos Aires que posee tan sólo 5,5 m2 por habitante; cifra bastante inferior al mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es de 10 m2 a 15 m2 por habitante.
Algunos ejemplos a nivel mundial podrían ser Alemania o Tokio. En el primero, más del 10% de la población tiene techos verdes por elección, mientras que en Tokio el 20% de los edificios nuevos están legalmente obligados a colocar terrazas verdes. En nuestra ciudad fue aprobada por el Poder Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires en 2012, y promulgada en 2013, la Ley 4428 Techos o Terrazas Verdes pero no ha logrado, luego de 10 años, el alcance pensado ni ha tenido grandes avances al respecto. Los grandes cambios no suelen suceder por casualidad, por lo general, surgen por la presencia de una necesidad. Por eso, propongo se promueva verdaderamente el proyecto de Techos o Terrazas Verdes ya sea con créditos específicos u obligatoriedad en edificios públicos.
Próximamente seguiremos tratando el tema desde otras perspectivas. Nuestro principal objetivo es que todos entendamos la importancia del asunto: no es un tema menor o ajeno. Con el granito de arena de cada uno de nosotros reducir el calentamiento global y tendremos una mejor calidad de vida.