
Se dice que la primera víctima en la guerra es la verdad. Esto nos enfrenta a los analistas a poder discernir con algún grado de claridad qué puede o que no puede llegar a suceder en el actual conflicto entre Irán, por un lado, e Israel y Estados Unidos, por el otro. Voy a comenzar con lo que sí sabemos acerca del conflicto o guerra en ciernes
Algunos Hechos
Está confirmado que Irán posee material enriquecido a un nivel muy cercano al necesario para producir una bomba atómica. No es imposible pensar que o ya haya llegado a dicho nivel en secreto (es la hipótesis de distintos especialistas) o que lleve al material fisible al enriquecimiento deseado en poco tiempo. Previo al inicio del conflicto, Irán poseía las capacidades industriales, mineras, de know how y de especialistas necesarias para llevar adelante su programa nuclear. ¿Era un programa nuclear que busque la bomba atómica? La respuesta es complicada. De haber querido enriquecer uranio al grado necesario para una bomba ya lo podría haber hecho. Al mismo tiempo, siguió recibiendo a las inspecciones de la OIEA, mostrando cierta apertura a los controles. Sin embargo, la misma OIEA remarcó lo extraño del grado de enriquecimiento de un 60% cuando no hay un uso civil que suponga dicho nivel (las autoridades iraníes remarcaron que ese era su destino). Al mismo tiempo, encontraron rastros de un enriquecimiento mayor en pequeñas cantidades, a lo que Teherán respondió que eran un muy pequeño residuo que se da en el proceso de enriquecimiento pacífico.
Más allá de los grandes tonos de grises, lo que podemos sacar en claro que Irán o ya llegó a enriquecer material para construir un pequeño número de bombas o estaría en condiciones, previo a los ataques, de hacerlo en un plazo de tiempo breve.
Necesarios para un ataque nuclear son tres ítems más: la construcción de la bomba en sí, la adaptación de la misma al misil que la transportará (el llamado “vector”) y el misil. Irán cuenta con misiles capaces de alcanzar Israel. Si bien se ha demostrado en estos días que muchos han podido ser interceptados por los sistemas antiaéreos israelíes, es también cierto que varios han podido penetrar las defensas y hacer impacto. Se estima que la tarea de construcción de la bomba y su adaptación a un misil le llevaría a Irán entre 10 y 14 meses dependiendo distintas estimaciones.
Toda la información que antecede tiene un grado de certeza aceptable. Ahora bien, ¿cómo impacta en la misma los ataques de Israel y Estados Unidos? Israel ha atacado tanto a instalaciones nucleares como misilísticas, así como ha asesinado a especialistas y responsables de dichos planes. A esto se han sumado los recientes ataques por parte de EEUU. ¿Cuál ha sido el daño? Es difícil estimarlo. Por parte de Estados Unidos e Israel la retórica habla de enorme éxito y Netanyahu expresó que el plan nuclear iraní estaría muy cerca de ser eliminado. ¿Es esto así? Para empezar, hay que resaltar que tanto las capacidades misilísticas como nucleares son autóctonas de Irán. Irán posee el know how, el personal y la capacidad industrial para reconstruir las instalaciones dañadas. La primera información está diciendo que no se han registrado rastros radioactivos luego de los ataques de EEUU. ¿Supone esto que el material nuclear fue movido a otra parte para ser protegido? Dado el tiempo transcurrido desde que se empezó a mencionar la posibilidad de un ataque a Fordo, que solo Washington podía llevar a cabo hasta que se materializó, no es descabellado pensar que el material nuclear pueda haber sido movido a otra instalación.
Negociaciones
Francia, Alemania y Gran Bretaña mantuvieron conversaciones con Irán para que este último retome las negociaciones sobre su plan nuclear. Valga recordar que los actuales ataques sobre Irán se iniciaron justo antes de negociaciones que iban a tener lugar en Omán entre EEUU e Irán. Es decir, Israel buscó boicotear las negociaciones que iban a tener lugar. La postura de Israel es que Irán no tenga acceso a ningún tipo de programa nuclear. Aquí se dio una situación curiosa. El gobierno de EEUU primero negó tener conocimiento y participación en el ataque de Israel. Luego Trump lo desmintió y dijo saber sobre el ataque, al que señaló como un incentivo para sentar a Irán a la mesa de las negociaciones. Distintos analistas señalaron que la posibilidad de negociaciones puede haber sido utilizadas para tomar a Irán con la “guardia baja” y así Israel usar a su favor el factor sorpresa. Lo que sí no sorprende es entonces la negativa iraní a entablar negociaciones.
Si nos atenemos a la historia de Irán desde la revolución de 1979 vemos un régimen que ha sabido resistir años de una guerra sangriente como la que entabló con Irak. Asimismo, supo navegar enormes sanciones de Occidente al tiempo que desarrollaba sus capacidades militares y apoyaba a grupos armados contrarios a sus rivales. Sería extraño que la actual campaña de bombardeos mueva al régimen a la mesa de negociación.
«Make Iran Great Again» o «Irán en el espejo de Libia»
En las campañas que llevaron a Trump al poder se resaltaba el rechazo a lo que se ha dado en llamar “liberalismo internacionalista”. Esta es la idea de que EEUU busque moldear al mundo a su imagen y semejanza tratando de establecer democracias liberales de libre mercado aún mediante medios violentos. La experiencia de las guerras en Afganistán e Irak-las llamadas –forever wars– su costo económico y de vidas estadounidenses generaron mucho rechazo en las bases de Trump y en él mismo. Sin embargo y progresivamente, Trump fue vinculando la idea de el fin del proyecto nuclear iraní con un cambio de su régimen. Si suponemos que los ataques continúan y toma fuerza la idea de un cambio de régimen (que es casi imposible que suceda con tan solo campañas aéreas y que para ello necesite una invasión terrestre), ¿esto supone un aliciente al gobierno de Teherán para abandonar sus ambiciones militares? ¿o por el contrario aceleraría la búsqueda de un arsenal nuclear? Es aquí donde sin dudas las autoridades iraníes han tomado nota de la experiencia de Gadafi en Libia. Habiendo sido forzado a abandonar su programa nuclear, misilístico y de armas químicas fue derrocado y linchado unos años después.
Con su estilo característico, Trump tuiteó en la tarde del domingo que “si el actual régimen no puede hacer nuevamente grande a Irán porqué no debería haber un cambio de régimen?” Y de paso acuñó un nuevo acrónimo “MIGA” (Make Iran Great Again). Esa es la clase de mensaje que difícilmente haga a Irán abandonar sus ambiciones.
Consecuencias
Por años, ataques sobre Irán como los que se están dando fueron evitados por sus posibles consecuencias. Irán contó con un poder de disuasión que estaba basado en el bloqueo y ataque del transporte marino que pase por el Mar Rojo (no solo por parte de Irán sino también por parte de sus aliados Hutíes en el sur de Yemen); ataque a la producción de petróleo en Arabia Saudita; ataque a las bases de EEUU en la región, algo que finalmente se concreto. Se ha informado que Irán autorizó la primera de estas medidas. Occidente planteó dudas acerca de si Irán conserva capacidades misilísticas para las otras acciones posibles. Pero de poder avanzar en dichas direcciones, el único actor capaz de enfrentar militarmente a Irán serían los EEUU. ¿Estaría dispuesto Trump a pagar el costo? Tal vez no tenga alternativas.