Parte 1: El método dialéctico en general

Esta primera parte sienta las bases para entender por qué el desarrollismo, entendido como una praxis transformadora, necesita no es una receta técnica, sino una construcción creativa y política para abordar una realidad nacional compleja.

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(Primer Capitulo del dossier «Pensar la Nación: Del método dialéctico a la práctica desarrollista»)

Resumen y Presentación

En esta primera entrega, abordamos la «cocina» del pensamiento. La premisa central es romper con la ingenuidad empirista: no vamos a la realidad a chequear ideas; las ideas solo se contrastan con otras ideas. La realidad externa es un sustrato inasible y «terrible» que queda fuera, y solo accedemos a ella mediante la práctica.

El desarrollismo, entendido como una praxis transformadora, necesita de esta base filosófica para no caer en dogmas. Aquí se postula que conocer es un acto creativo («poético») y reglado («lúdico»).


Pensamiento y realidad

  • 1. Lo primero que hace la dialéctica es hacerse cargo de la unidad real del pensamiento y la realidad externa al pensamiento, pensada por este pensamiento, y simultáneamente hacerse cargo también de que el pensamiento y la realidad externa al pensamiento son dos cosas radicalmente diferentes (Descartes), pero diferenciados en una unidad superior que los abarca, dos atributos de la misma sustancia (Spinoza).
  • 2. Contra toda la tradición empirista ingenua, el pensamiento no va a la realidad a contrastar sus determinaciones. El pensamiento opera con ideas, con pensamiento.
  • 3. No hay criterio para verificar las ideas contra la realidad directamente. Las ideas se contrastan siempre con ideas. Lo real permanece fuera de la operación del pensamiento.
  • 4. Las determinaciones de las ideas o conceptos en el pensamiento, como tales determinaciones, son otras ideas o conceptos limitantes. Toda determinación es negación (Spinoza).
  • 5. Las cosas determinadas en el pensamiento “coinciden” con las cosas determinadas en la realidad, sólo en el pensamiento. Hacerlas “encajar” es algo que surge de nuestra práctica, en nuestra actividad teórica y práctica.
  • 6. Nosotros no vamos con nuestras ideas ***sobre*** la realidad a contrastar nuestras ideas ***con*** la realidad. Lo que nos permite la práctica es contrastar ideas con ideas, e ir determinándolas. La realidad queda fuera de la ecuación, como el sustrato que hace posible todo esto. Las cosas de la realidad, y las relaciones entre las cosas de la realidad, no “coinciden” con las relaciones entre ideas determinadas sobre esas cosas.
  • 7. Las “cosas de la realidad” se enfocan con ciencias diferentes y producen ideas diferentes, con diferentes categorías, y se comportan diferente para cada diferente cuerpo de teoría, etc. Ni hablar cómo cambian los modos de enfocar estas “cosas” (que suponemos “las mismas”) a lo largo de la historia de las diferentes (“mismas”) ciencias.
  • 8. Las relaciones entre las cosas de la realidad son propuestas por las relaciones entre las ideas determinadas, y el “funcionamiento” de tal propuesta (de la teoría) no se contrasta contra la realidad externa sino en el marco y por medio de la práctica teórica, que cree que va a buscar sus ideas “a la realidad”.
  • 9. Las categorías se imponen a “la realidad”, y en verdad, las categorías producen las ideas en el marco del propio pensamiento, nunca “tocan” la realidad. La práctica teórica lo que hace es mostrarnos la consistencia de las estructuras de categorías, ideas, relaciones entre ideas, generalizaciones, previsiones, etc.
  • 10. Supongamos la generalización “las cosas caen para abajo tanto más rápido según pesen”. Las categorías de cosa, caer, abajo, etc. o la generalización de la ley de gravedad y aceleración (antigua), son equivocadas aún cuando se verifican. Porque nunca se contrastan con “la realidad”, sino con la idea que de la realidad existe (en la Antigüedad), etc.
  • 11. Las determinaciones de las ideas se hacen más sofisticadas en la medida en que la práctica teórica permite aproximaciones con mayor precisión y capacidad predictiva, etc. Pero las determinaciones siguen ocurriendo en el campo de las ideas.
  • 12. La ***filosofía*** se ha planteado históricamente el problema de la correspondencia entre la teoría y la práctica, entre el pensamiento y la realidad. La ***dialéctica*** se propuso siempre replantear este falso problema hacia dentro de la práctica teórica.
  • 13. Así es que “la herramienta es la primer abstracción” (Engels), de modo que utilizo (en la práctica) algo (la herramienta) diferente de mi mismo (sujeto) y diferente de la naturaleza (objeto de trabajo), que me permite, entonces, operar contra y sobre la naturaleza y transformarla. La operación con la herramienta rompe la unidad primigenia entre el hombre y la naturaleza (el hombre como un animal más), y me permite diferenciar entre una naturaleza antes y otra naturaleza (ahora determinada) después de mi operación con la herramienta.
  • 14. Es decir, no hay realidad externa (determinada por el concepto) antes de la operación práctica de abstracción. Ni hay abstracción al margen o con independencia de la práctica.

Lo no pensado

  • 15. Toda determinación es negación, todo lo pensado es determinado, esto es, limitado por algo que lo niega, lo determina, lo diferencia, etc.
  • 16. Ahora bien, lo pensado no sólo está determinado por las demás cosas pensadas determinadas, que se determinan mutuamente. Lo pensado también deja fuera de sus determinaciones a lo no pensado.
  • 17. Todo pensamiento determinado, aparece y se determina por abstracción a partir de la práctica. Cree que “versa sobre la realidad” en la medida en que tal y tal práctica (determinada) lo determina. La operación práctica es ya determinada, puntual, y por su propia naturaleza no es total, no abarca toda la realidad sobre la que “versa”.
  • 18. Cuando la práctica generaliza, cuando opera a partir de las determinaciones pensadas, deja fuera todo lo no pensado, todo lo no determinado por ella misma en la práctica.
  • 19. Es la práctica la que determina las ideas en el pensamiento, y las ideas determinadas surgen ante todo de la práctica. Las ideas ya refieren a la realidad en la justa medida en que surgen de la práctica. Pero las determinaciones pensadas no agotan la materia (externa, real) sobre la que se aplica la práctica, al contrario, se refieren sólo a aquello que surge, determinado, como algo abstraído mediante la práctica concreta. La idea determinada es una abstracción (separada) de la realidad total. La idea se define en la medida en que la práctica opera; la realidad externa se mantiene fuera, amenazante, como una totalidad apenas explorada.
  • 20. La práctica teórica es el trabajo en el borde donde la teoría (las ideas determinadas puestas en relación) encontró su límite o es puesta a prueba. Allí donde las determinaciones pensadas son insuficientes.
  • 21. Los objetos teóricos (las ideas sobre la realidad) son siempre “recortes de la realidad”. De nuevo, los referimos a la realidad porque surgen y se definen como tales objetos en la práctica teórica, no en la teoría pura. Un objeto es un “recorte de la realidad” (que reside en el pensamiento y no accede a la realidad), mientras toda la realidad queda fuera, como “lo otro del pensamiento”.
  • 22. Todo el set de determinaciones de las cosas pensadas en la teoría es muy diferente,
    radicalmente diferente de las determinaciones concretas y de las relaciones de las cosas en la realidad, las “condiciones objetivas” (externas) del objeto. Las teorías son hipotetizadas y la realidad externa supuesta (digamos Popper), pero el acceso a la realidad es esquivo. Siempre va a estar mediado por la práctica teórica, que construye (determina idealmente) las categorías de apropiación, acceso a la “realidad externa”.
  • 23. El conocimiento no puede operar de otra forma. El objeto de pensamiento, para surgir como tal, abstraído, determinado a través de la práctica teórica, ya perdió su ser concreto en el mundo real, inmerso en la maraña de relaciones reales, dentro de la totalidad concreta. El objeto de pensamiento es una idea determinada por otras ideas determinadas, etc. de las que se distingue y con las que se inter relaciona, etc.
  • 24. Así, representarse la serie de las relaciones o determinaciones objetivas de “la cosa concreta”, situada en el mundo externo, real, fuera de la cabeza, implica construir, en la imaginación, una ***segunda serie*** de determinaciones posibles y luego probables de la cosa pensada. Y todo eso pensando. Esto implica poner en situación o en movimiento la cosa que primero se abstrajo y definió o determinó mentalmente, e imaginar subordinaciones, condicionamientos, relaciones de causa-efecto, genéticas, históricas, etc., generalizaciones, leyes, teorías, etc. Como el pensamiento no puede operar con cosas ***concretas*** sino pensadas, quita primero a la cosa, para
    asirla conceptualmente, sus determinaciones concretas, y luego tiene que hacer el esfuerzo, a partir de esa cosa abstracta y desnuda (al fin y al cabo una cristalización enajenada y construida), de devolverle al menos en parte, del mejor modo posible, por la vía de la imaginación y algún mecanismo de contrastación, sus relaciones con el resto del mundo. Ahora iremos a eso.
  • 25. Pero el resto del mundo primero fue negado, puesto entre paréntesis, abstraído.
  • 26. Lo real queda completamente afuera. ¿Inaccesible? Es por lo menos algo terrible e
    indeterminado, amenazante y ominoso, sombrío. Es la noche en la que todos los gatos son pardos y es a la vez la sombra de lo reprimido, lo que aterroriza (y lo que en el psicoanálisis vuelve como síntoma, etc.)
  • 27. Lo real en su dinámica, además, sigue ocurriendo ahí afuera de nuestras conceptualizaciones, de nuestra teoría. Lo real lastima desde fuera los contornos de nuestras ideas, de cualquier forma de conocimiento

Epistemología poética

  • 28. Si lo real queda afuera, es la materia hacia la que tendemos cuando pretendemos conocer algo nuevo, diferente, distinto. Lo desconocido está ahí afuera. Indeterminado, todavía no traducido a conceptos, no formalizado, por ende, del otro lado del borde externo de nuestras determinaciones (hasta las que llegamos sólo por el lado interno).
  • 29. Pero si conocemos desde lo que abstraemos con nuestra práctica (sin otro acceso posible a lo que está afuera que la propia práctica), entonces para ir hacia allí estamos siempre poniendo de nuestra parte. Conocer es entonces poner, poetizar. Empujar los bordes de nuestro edificio conceptual con un esfuerzo de imaginación poética.
  • 30. Excurso: cuando Popper escribe “La lógica del descubrimiento científico” es realmente notable que describa la lógica de la exposición consistente, de la consistencia teórica de la ciencia, pero en absoluto del descubrimiento, de la investigación, de la poética. Popper luego lo reconoce, etc.
  • 31. Entonces es poético el juego de (a) construir el objeto teórico abstracto y (b) dejar fuera de la teoría algo de la realidad (no ocuparnos de eso, por lo que sea: porque es irrelevante, porque es incómodo, porque no nos interesa, porque nos queda lejos o no sabemos qué hacer con él, etc.).
    Es decir: también la decisión de dejar algo fuera de nuestra práctica teórica es poética.

Epistemología lúdica

  • 32. Pero hay algo más en la empresa de conocer, que es la voluntad lúdica implícita en ella. Hay una tradición más o menos tácita al respecto, el descubrimiento, la curiosidad, el juego, van de la mano, como de la poesía.
  • 33. La voluntad lúdica es metaepistémica, pero su carácter lúdico sobredetermina toda la empresa de conocimiento. No hay conocimiento que no tenga este componente necesario de juego, de establecimiento de reglas, fines, determinaciones, etc. pero en particular de la diversión. Lo nuevo divierte, conjugándose curiosidad, juego, agresividad, arbitrariedad, regulación, etc.

Carga poética y lúdica

  • 34. Es importante destacar que los rasgos poético y lúdico de la empresa epistemológica no son opcionales, no son algo “agregado” que se puede quitar de la empresa. Son constitutivos, necesarios, propios. Son condiciones del conocimiento, nos hagamos cargo de ellos o no.
  • 35. La epistemología debería hacerse cargo de esto: uno cuando busca conocer o descubrir propone un juego determinado entre una multitud de posibles juegos, procede en la forma de un juego y es poético en todo sentido: fija las reglas de ese juego, su estética, sus límites, los contenidos y procedimientos aceptados, sus reglas de verificación, sus criterios de verdad o error, etc.
  • 36. Esto es tanto más así cuanto tengamos en cuenta lo que señalamos antes sobre lo real externo no pensado, etc. Frente a lo terrible de lo real no hay otro modo de pararse que jugando y poetizando.
  • 37. O si, hay otro modo, pero ya no sería lo mismo: si el conocimiento abandonase tanto su rasgo poético cuanto su rasgo lúdico (si en lugar de operar tácitamente de esta forma, procurase negar estos rasgos o extirparlos), dejaría de ser una empresa científica, y pasaría a ser mera exposición de ideas consistentes y autoreferentes, o una defensa apologética de dogmas acerca de “lo que hay”, sin espacio para lo nuevo

Ideas claves

Esta primera parte sienta las bases para entender por qué el desarrollismo no es una receta técnica, sino una construcción creativa y política para abordar una realidad nacional compleja.

  • Unidad y diferencia: La dialéctica asume que pensamiento y realidad externa son radicalmente diferentes, pero forman una unidad superior.
  • Contra el empirismo: El pensamiento no «toca» la realidad. Las categorías (como la gravedad) son construcciones internas que se imponen a la realidad para hacerla inteligible.
  • El rol de la práctica: No contrastamos ideas con la realidad, sino a través de la práctica. La herramienta (o el concepto) es la primera abstracción que nos permite operar sobre la naturaleza y transformarla.

  • La realidad como amenaza: Todo lo que pensamos es un «recorte». Lo que queda afuera (lo real no pensado) es indeterminado, ominoso y sigue operando a espaldas de nuestra teoría.

  • El objeto teórico: Un objeto de estudio es una abstracción que ya perdió su ser concreto al ser teorizado. Para entenderlo, debemos reconstruir imaginariamente sus relaciones con el mundo.
  • Conocer es poetizar: Dado que lo real está «afuera» y es inaccesible directamente, el acto de conocer implica un esfuerzo de imaginación poética para empujar los bordes de lo conocido. Incluso decidir qué dejar fuera de la teoría es una decisión poética.

  • La voluntad lúdica: La ciencia y el descubrimiento tienen un componente de juego (reglas, curiosidad, diversión y arbitrariedad) que es constitutivo, no opcional.
  • El riesgo del dogma: Si abandonamos este carácter poético y lúdico, la ciencia deja de buscar lo nuevo y se convierte en una mera defensa apologética de dogmas.