Turismo
Show de tango en el barrio porteño de San Telmo

Nuestro país se enfrentó históricamente a desafíos recurrentes: deuda externa, desempleo, inflación, escasez de reservas, poca generación de divisas, exclusión social. Son problemas que continúan en la actualidad y es fundamental abordarlos de manera integral, con estrategias que los traten como un todo y no como síntomas aislados. Entre los sectores con mayor potencial para atacar todos los frentes en simultáneo, se destaca el turismo, que, por definición, es una disciplina transversal. 

El potencial del sector se refleja en dos aspectos principales: la generación de riquezas y el impulso a las economías locales.

Pese a la fachada recreativa de la industria, la gestión pública de la misma requiere de planificación y ejecución de políticas que contemplen su complejidad. El turismo debe diagramarse a partir de un plan estratégico que contemple tanto el crecimiento económico del país, como el desarrollo integral de los pueblos y ciudades que lo integran.

Generador de riquezas

El sector turístico es uno de las que tienen mayor impacto en el PIB y el empleo de algunos países —entre ellos, Argentina—, según un estudio del Consejo Mundial de Viajes y Turismo de 2018. Al igual que la economía del conocimiento, el turismo es un fuerte generador de divisas. La balanza turística se calcula al revés que la Balanza Comercial: cuando los turistas argentinos salen del país, equivale a una importación, mientras que los turistas extranjeros que vienen a Argentina generan ingresos de divisas, como las exportaciones.

Las devaluaciones tienen un impacto inmediato en el turismo. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el 70% del turismo receptivo es interno, es decir, turistas residentes en el país. El 30% restante se debe a la visita de extranjeros y es sensible a las variaciones del tipo de cambio. El 36% de los extranjeros que visitan Argentina proviene de países del Mercosur. Los brasileños fueron quienes más contribuyeron al crecimiento del turismo del país en 2018.

Los ciclos de la economía evidencian la necesidad de planificar una estrategia para el turismo. Existen dos mecanismos para aumentar el superávit en la balanza turística. Por un lado, las políticas de desaliento emisivo, como se intentó a través del recargo a los gastos efectuados en el exterior. La alternativa es concentrar los esfuerzos en atraer turistas del exterior. En cualquier caso, el superávit o déficit de la balanza turística impacta en el balance general de la economía y afecta el equilibrio económico del país.
Impulsor de economías locales

La contribución del turismo depende de la calidad de la oferta turística y del rol que asuma el Estado. En un contexto internacional de cambio constante y con destinos cada vez más competitivos, el desarrollo de una oferta innovadora, sustentable y diversa es lo que marca la diferencia. Y es donde deben enfocarse las iniciativas gubernamentales.

La oferta se compone de los productos creados con finalidad turística y de otros atractivos de interés, como los ritos, alimentos y modos de vida que son parte de la cotidianidad de un pueblo.  Económicamente, es una oportunidad para que emprendimientos o actividades no vinculadas directamente se beneficien con el turismo. Y significa más empleo y más riqueza. Con el agregado de que puede impulsar el crecimiento de zonas con atractivos turísticos de distintos puntos del país.
Segmentar para ganar

Una oferta variada beneficia la balanza turística porque incentiva que las estadías sean más largas. Un extranjero no deja de ir a un show de tango para pasar un día en el campo, sino que suma una actividad a la otra, una noche de alojamiento adicional, y consume más en el país.

La clave es la segmentación de la oferta. Existen algunos segmentos más estudiados, cómo el LGTB, que, según el World Travel Market 2019, gasta más de 218 mil millones de dólares al año. Las personas con algún tipo de discapacidad, según la Organización Mundial de la Salud, representan un 15% de la población mundial. Si bien no están evaluados gastos ni las o referencias de consumo a nivel global, el Observatorio de Accesibilidad del Turismo en España concluyó que los turistas con discapacidad gastan un 30% más y el 96% de ellos viaja acompañado. Otros segmentos en  auge son la tercera edad, cada vez más longeva, y una juventud que quiere viajar cada vez a edad más temprana.

Los nichos de mercado fluctúan y hay una competencia abierta para atraer la demanda de los próximos años. Los que mejor se preparen, tomarán la delantera.