En noviembre de este año se reunirá en Dubai la próxima Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (COP 28). Esta reunión tuvo lugar por primera vez en el año 1995, y oficia también como cumbre de los miembros del Protocolo de Kioto de 1992, instancia en la que los países tomaron el compromiso por primera vez para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y para los firmantes del Acuerdo de París de 2015. En aquella ocasión, se acordó mantener el calentamiento global por debajo de dos grados e idealmente por debajo de 1,5 grados Celsius.
Este próximo encuentro estará marcado por la presidencia de Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales productores petroleros. Tampoco hay acciones manifiestas para transformar su matriz energética hacía fuentes más sustentables: la empresa nacional petrolera, Adnoc, se encuentra planificando una expansión de su producción de combustibles.
Otra área de controversia está dada por la escaldad en aumento en torno a las discusiones acerca del uso de novedosas tecnologías para remover el dióxido de carbono de la atmósfera terrestre. Aquellos con una visión más ambientalista apoyan la visión de que la solución está dada en el foco de reducir emisiones y no tanto en tratar las emisiones ya hechas. Sus detractores, aquellos más vinculados a las actividades emisoras, promueven innovaciones en este último sentido.
Una importante novedad traerá la próxima COP y es el tratamiento que se le dará a la vinculación de salud y cambio climático. Un día completo de la reunión, ha llevarse a cabo entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre se dedicará a dicha temática y se organizará una reunión ministerial. La Organización Mundial de la Salud estima que entre 2030 y 2050 el cambio climático producirá 250.000 muertes adicionales por año, siendo producidas particularmente por desnutrición, malaria, diarrea y stress debido al aumento de la temperatura.
Otros dos temas también ocuparán un lugar relevante en la reunión. Se discutirá por primera vez, desde Paris 2015, el desempeño de los países desarrollados en desembolsar los 100 mil millones de dólares anuales prometidos a los países en desarrollo para sus esfuerzos de mitigación de emisiones. Un tema ya clásico en las discusiones sobre el cambio climático está dado por las divergentes posiciones entre países desarrollados y en desarrollo: mientras los primeros reclaman un descenso en las emisiones a los segundos, los segundos expresan que el cambio climático es fruto de la contaminación industrial que coadyuvó al desarrollo de los países hoy ricos; los países en vías de desarrollo reclaman el poder desarrollarse tal como lo hicieron aquellos en su momento.
Finalmente, otro tema clave de la reunión será evaluar el progreso logrado desde la crucial reunión de París en 2015. El último reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha mostrado que los resultados distan de haber alcanzado las metas trazadas en 2015. Esta reunión expondrá a aquellos países que incumplieron sus metas lo cual generará reverberaciones tanto a nivel doméstico como internacional.