El Martes 22 de Noviembre de 2022, en el minuto 27 del primer tiempo del partido de Argentina vs Arabia del mundial de Qatar va quedar como la fecha en qué una Inteligencia Artificial (IA) pudo reemplazar al ser humano en la «intención » de un juego llamado Fútbol.
Aquel malogrado Off-Side semiautomático marcado a Lautaro Martínez fue preciso, determinante, tan exacto que espanta. ¿Por qué? Porque el juego se convirtió de un momento para otro en un sólo algorítmico.
Según sabemos el sistema de IA semiautomático que usa la FIFA consta de 2 partes: La Inteligencia Artificial (IA) y los réferis que juzgan la intencionalidad. La inteligencia artificial ayuda a los colegiados en los partidos del Mundial de Qatar 2022 pero no los reemplaza. En si, el sistema, para ser más claros, posee 3 componentes:
1. El balón oficial de Adidas en su interior tiene un sensor que envía datos 500 veces por segundo, lo que permite ser mucho más preciso al momento exacto del golpe del esférico.
2 Cámaras de seguimiento. Son 12 se ubican en la parte superior de los estadios del mundial y siguen la pelota y hasta 29 puntos de referencia en el cuerpo de cada jugador, 50 veces por segundo.
Al conocer, mediante las mismas, la posición de la pelota en el momento del golpe y la de cada punto de referencia de los jugadores localizados, los datos son analizados en tiempo real por una inteligencia artificial cruzándose y es la IA quien avisa al VAR cuando un jugador se haya hipotéticamente en Off Side.
3. El Factor Humano. Son los árbitros de VAR y el árbitro principal quiénes deciden si , en base a esa evidencia, esa posición constituyó una ventaja o intencionalidad manifiesta por parte del jugador detectado para sacar alguna ventaja y anular la jugada.
Pues bien, ¿el hombro o una porción de éste constituían una ventaja para Martínez? El reglamento vigente determina que si un jugador tiene una parte del cuerpo con la que puede marcar un gol más adelantada que el último defensor, por ejemplo el hombro, como le pasó hoy a Lautaro, se cobra offside.
Si la regla es exagerada o no es otro asunto. De hecho la FIFA considera cambiarla. El punto es que sin la IA difícilmente se hubiese podido detectar un offside milimétrico que el reglamento contempla como tal. En base a esa evidencia de la IA, basada en los criterios del reglamento, los árbitros pudieron determinar el offside. Se llegó a decir incluso que la IA no había contemplado a un jugador que abajo del todo habilitaba a Lautaro algo ridículo para un sistema de la IA que no tiene manera de descartar a un jugador del campo de juego con sus 12 cámaras capturando datos a cada instante.
Aunque nos haya dolido particularmente, en este caso se dio la complementación entre IA y el discernimiento humano. En lo personal, creo que lo que falló fue justamente esto último al no discernir que realmente el hombro en ese caso no implicaba ventaja alguna.
La IA y sus fallos en los pronósticos
Donde en cambio sí se puede observar errores garrafales de la IA es en la elaboración de pronósticos de resultados. El ejemplo más contundente es del Instituto Matemático de la Universidad de Oxford que predijo mediante una IA que Brasil ganaría el Mundial 2022:
El modelo se creó analizando los datos de valoración de los equipos de http://eloratings.net, centrándose en cada partido internacional de la primera plantilla desde 2018. En este vídeo, su creador, Joshua Adam Bull, explica su lógica.
Bull había pronosticado que Argentina iba a encontrase con Brasil en semifinales y de las 100.000 simulaciones que hicieron la que más veces iba a perder era la albiceleste y la verde amarella se consagraría campeón mundial. Pero como bien sabemos, el 9-12-2022, quedó afuera el #Scratch del Mundial de Qatar 2022 y la Argentina pasó a Semifinales junto a Croacia. Además el otro finalista iba a ser Belgica, equipo que fue la gran decepción del mundial al siquiera superar la primera fase de grupos. Sus estrellas De Bruyne, Hazard y Lukaku lejos estuvieron de su nivel. algo que la IA no pudo contemplar. Por supuesto mucho menos previó los batacazos del mundial como Marruecos, o Japón desplazando a Alemania (que paradójicamente se dio gracias a la tecnología que detectó que la pelota no se había ido completamente en el segundo gol de Japón a España que decidió la suerte de los teutones. Fueron milímetros que solo la avanzada tecnología de las cámaras pudo evidenciar y que el ojo humano no podía contemplar por el efecto Parallax).
Lo no que no tuvo en cuenta para sus pronósticos la IA programada por Oxford es el factor más importante: lo imprevisto. Que Arabia le haya ganado a Argentina era seguramente una posibilidad en 10, 20 o 50, pero fue la que ocurrió. Un offside polémico, un tiro en el palo, un mal día de los delanteros o un gran día del arquero rival pueden romper con cualquier algoritmo. Son esos factores particulares de cada momento, de cada jugador, de cada partido que son imprevisibles incluso para la más poderosa IA.
La IA nunca podrá reemplazar al hombre
Las IAs son muy útiles para muchísimos casos porque nos ayudan a enfocar mejor nuestro objeto de análisis y de esa manera conseguir mejores resultados como las IAs dedicadas a detectar tumores de mama con Gran Anticipación como es el caso de la diseñada por el #MIT el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Pero hay que saber que son limitadas y deben ser entrenadas muy adecuadamente y probarlas miles de veces antes de su aplicación en la realidad. Éste es el papel de los diseñadores Multidisciplinarios de los Datasets de los entrenamientos; de aquellos que custodien las buenas prácticas y de los expertos en ética de la IA. Esto demuestra que la Supervisión Humana siempre es esencial. Pero, incluso aún así, siempre estará el factor de lo imprevisto.
Por eso, nunca una IA podrá reemplazar al hombre. Nunca podrá tener un deseo irresistible por conseguir sus logros y objetivos que pueda ser capaz de revertir cualquier pronóstico o situación «imposible» según los cálculos. Ese será siempre el gran atributo de la humanidad: Un Corazón que sólo se conforma con el Infinito
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