Los argentinos consumen más de 1.000 millones de alfajores al año. Es la golosina nacional por excelencia: la mitad del chocolate se consume en el país en forma de alfajor. Existen más de 100 marcas y algunas tienen hinchada propia, pero la más conocida en el exterior es Havanna. La empresa fabrica 100 millones de alfajores al año, tiene más de 200 locales por el mundo y exporta a Europa, EEUU y otros países de Latinoamérica. Havanna es la marca sinónimo de Mar del Plata, pero su historia comenzó con un comerciante griego.
Demetrio Elíades llegó de Grecia a Mar del Plata en 1940. Aunque especialidad era la bombonería, trabajó durante años como vendedor de corbatas. Hasta que juntó ahorros suficientes y abrió en 1947 una confitería. La llamó Havanna, por la capital de Cuba. Todavía no vendía alfajores.
La fórmula de Havanna nació del encuentro de Demetrio Elíades con Benjamín Sisterna y Luis Sbaraglini. Bejamín era un pastelero santafesino que había llegado a Buenos Aires con 18 años para trabajar en la tradicional confitería Los Dos Chinos, en San Telmo. Allí conoció a Luis, con quien se iba a asociar en 1939 para crear la fábrica Gran Casino, que elaboraba los alfajores Santa Mónica. Sus productos estaban en todos los quioscos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Cuando Demetrio los conoció, les propuso un nuevo negocio. Esta vez, en Mar del Plata.
Los alfajores, de origen árabe, eran típicos de la gastronomía española y llegaron a Argentina junto con los inmigrantes. Tradicionalmente eran rectangulares. La forma redonda fue una innovación introducida en 1869 por Augusto Chammas, un químico francés radicado en Córdoba. Chammas instaló una pequeña industria familiar donde fabricaba alfajores, a los que agregó dulce de leche y le dio forma de sándwich. Desde entonces, la demanda no paró de crecer. El boom, sin embargo, fue en la década de 1980, cuando comenzó la producción industrial.
Instalados en Mar del Plata, los nuevos socios probaron fórmulas durante meses, que preparaba el que había sido el pastelero de Santa Mónica. Hasta que dieron con la fórmula ideal: nacía el alfajor Havanna. El primer día de venta, el 6 de enero de 1948, fue un éxito. Demetrio tuvo la idea de abrir la fábrica y hacer un salón de ventas con elaboración a la vista. Al principio eran dos obreros: un maestro y un ayudante. Los mismos socios colaboraban en la venta y el empaque.
La fábrica original estaba en la esquina de Buenos Aires y Rivadavia, frente al Casino Central de Mar del Plata. En pocos años se volvió una de las empresas más grandes de la ciudad. Los alfajores eran un hit turístico. Tenían un slogan: «Se va hoy, se va mañana, no olvide llevar alfajores Havanna». Inauguraron en 1958 una nueva fábrica, que se hizo sobre un lote triangular y funcionó hasta 2018. La expansión continuó en las décadas siguientes: en 1994 tenían 50 locales en el partido de la Costa.
La empresa dejó marcas arquitectónicas en la ciudad. El icónico Edificio Havanna es una postal marplatense. En realidad, se llama Edificio Demetrio Elíades, porque él lo mandó a construir. Lamentablemente, no llegó a verlo terminado. Fue inaugurado en 1969, tiene 40 pisos y es el más alto de la ciudad. Carlitos Balá tiene un departamento ahí.
Nuevos dueños
La firma fue vendida en 1998 y comenzó una nueva etapa. En aquellos años se desarrolló el concepto de cafetería Havanna, que dio alcance nacional al negocio y lo llevó a los principales centros turísticos. En 2003 cambió nuevamente de dueños, la adquirió el Grupo DyC. A partir de entonces, la compañía se expandió a Latinoamérica a través de franquicias. El mismo año compró su fábrica propia de chocolates, radicada en en Bariloche.
En 2016, Havanna inauguró una nueva planta de 12.500 metros cuadrados en el Parque Industrial de Mar del Plata. La empresa vende 100 millones de alfajores por año y genera miles empleos directos e indirectos. Entre sus productos, elabora 10 tipos de alfajores, havannets, galletitas, chocolate, dulce de leche, barritas y otros productos cafetería. Exporta 10 millones de alfajores por año. El principal mercado es Brasil. Exporta a EEUU, Canadá, España, Colombia, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador y Chile.
Havanna es muchas cosas. Alfajores, chocolates, vacaciones en Mar del Plata, una charla en un café. También es una marca argentina con alcance global que logró exportar el concepto Havanna. Pero, sobre todo, es la prueba de que los proyectos necesitan tiempo para madurar. Desde la idea de Demetrio hasta el éxito actual pasaron 70 años. La estabilidad del país es importante para que más empresas puedan construir paso a paso su largo plazo y surjan así miles de Havannas más.
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