Acuerdo con el ENI por el gas. ¿Qué podemos aprender de su impacto en el desarrollo italiano?

El reciente acuerdo entre YPF y la italiana ENI tiene como objetivo principal el desarrollo y la exportación de Gas Natural Licuado (GNL) de Vaca Muerta. El acuerdo,  de una magnitud que se estima en más de 100.000 millones de dólares en exportaciones a lo largo de 20 años, busca transformar a la Argentina en un actor clave en el mercado energético global: El desafío esta en que sea capaz de replicar, en cierta medida, el espíritu de desarrollo y autonomía que ENI aportó a Italia en su momento

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Milei y Meloni promueven la firma de un acuerdo entre YPF y Eni para exportar gas argentino a Europa FILIPPO ATTILI / CHIGI PALACE PRESS OFFICE HANDOUT (EFE)
Milei y Meloni promueven la firma de un acuerdo entre YPF y Eni para exportar gas argentino a Europa FILIPPO ATTILI / CHIGI PALACE PRESS OFFICE HANDOUT (EFE)

La reciente firma del acuerdo preliminar entre la petrolera YPF, controlada por el Estado argentino, y la italiana ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) para la producción, tratamiento, transporte y licuefacción de gas procedente de Vaca Muerta se dio en el marco de la visita del presidente Milei a la presidenta Meloni.

El ambicioso proyecto tiene como objetivo exportar 12 millones de toneladas métricas por año (MTPA) de gas natural licuado, equivalente al 40% de la producción nacional de gas en la actualidad, por un total cercano a los 5.000 millones de dólares. El destino principal sería Italia, aunque podrían sumarse como clientes otros países europeos y asiáticos.

La exportación es la etapa final. El proyecto prevé la construcción de un gasoducto hasta las costas de la provincia patagónica de Río Negro y la construcción de dos barcos de licuefacción de gas en astilleros chinos. En una nota reciente Visión Desarrollista ya contó como es ese proceso: Gas Natural Licuado, el próximo recurso estrella de Argentina.

YPF ya ha puesto en marcha un negocio similar con la argentina Pan American Energy y negocia en paralelo otro con la angloholandesa Shell. Ninguno de los acuerdo esta firmado y cerrado aún pero este al menos viene bien encaminado. En total serían seis barcos que, de estar a pleno rendimiento en 2030, permitirían ventas por 30 MTPA, equivalentes a unos 12.500 millones de dólares por año.

Lo positivo es, una vez operativos los proyectos, la entrada fuerte de divisas fundamental para las maltrechas reservas. Lo que no se debe dejar de hacer entonces es buscar inversiones para agregar valor y no ser meros exportadores de gas. Solo asi podremos resolver nuestros problemas estructurales y dejar atrás el subdesarrollo. El propio caso de la ENI en Italia (, y su impacto en el desarrollo del país, es la evidencia concreta que ese es el verdadero camino más allá de la necesidad imperante de divisas. Veámoslo en detalle.

El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, y CEO de Eni, Claudio Descalzi durante la firma del MOU en abril

Motor del Milagro Económico Italiano

El «milagro económico italiano» fue un período de crecimiento y transformación sin precedentes para Italia en la posguerra. En este contexto, el Ente Nazionale Idrocarburi (ENI) jugó un rol fundamental, impulsando el desarrollo industrial y la independencia energética del país.

Fundado en 1953 por el gobierno italiano, ENI fue concebido como una empresa estatal clave para asegurar el suministro de hidrocarburos y promover la industrialización del país. Bajo el liderazgo visionario de Enrico Mattei, ENI se convirtió en un pilar del crecimiento económico italiano, desafiando las estructuras tradicionales del mercado petrolero global.

Pero no fue una tarea simple y debió enfrentar mucha resistencia interna y externa pues era un proyecto destinado a romper dependencias  e intereses ajenos al desarrollo nacional. En ese 1953, Italia enfrentaba graves restricciones externas y solicitó un préstamo al FMI para sostener su balanza de pagos. La negativa llegó con el respaldo tácito de Estados Unidos y el Reino Unido, preocupados por la orientación que tomaba la política energética italiana bajo el liderazgo de Enrico Mattei en la ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) sobre la base de AGIP. Mattei, en lugar de aceptar la dependencia del petróleo importado y de las “Siete Hermanas” —el cartel petrolero anglosajón—, impulsó un ambicioso proyecto desarrollista y soberano, con una empresa estatal verticalmente integrada que exploraba, producía, refinaba y negociaba petróleo en nombre del Estado italiano. Su visión combinaba independencia energética, industrialización y un posicionamiento autónomo en el tablero internacional de la Guerra Fría.

Frente a se panorama, entre 1954 y 1962, Mattei firmó contratos con Irán, Egipto, Túnez y la URSS, ofreciendo un modelo alternativo al neocolonialismo petrolero: el esquema 75/25, que garantizaba el 75% de los ingresos para el país productor y solo el 25% para ENI, frente al dominante 50/50 de las multinacionales. Además, incluía transferencia tecnológica, infraestructura y formación de personal local. El proyecto así dio luz finalmente. Su impacto se manifestó en varios aspectos:

  • Provisión de energía: Italia necesitaba asegurar el acceso a fuentes de energía para su creciente industria. ENI se dedicó a la exploración y producción de gas natural y petróleo, tanto a nivel nacional (especialmente en el Valle del Po) como internacional. Esta capacidad de suministro energético fue vital para alimentar el «milagro económico».
  • Desarrollo de la industria petroquímica: ENI no solo se enfocó en la extracción, sino también en la transformación de los hidrocarburos. Impulsó la creación y expansión de la industria petroquímica en Italia, produciendo fertilizantes, plásticos y otros materiales esenciales para diversos sectores productivos. Esto no solo generó valor agregado, sino que también diversificó la base industrial del país.
  • Desarrollo de infraestructura: La expansión de ENI implicó la construcción de una vasta infraestructura, incluyendo gasoductos, refinerías y redes de distribución de combustible. Un ejemplo notable fue el oleoducto de Europa Central, inaugurado en 1961, que fortaleció la conectividad energética de Italia.
  • Innovación y tecnología: ENI invirtió en investigación y desarrollo, promoviendo la adopción de nuevas tecnologías en la exploración, extracción y procesamiento de hidrocarburos. Esto contribuyó a la modernización de la industria energética italiana.
  • Desafíó a las «Siete Hermanas»: Enrico Mattei, al frente de ENI, se caracterizó por su audacia al negociar con las grandes compañías petroleras internacionales (las «Siete Hermanas»). Buscó acuerdos más favorables para Italia y para los países productores bajo la fórmula 50 50, sentando las bases de una mayor independencia energética para el país.

Legado y Transformación

Aunque el modelo de empresa estatal predominante en el «milagro económico» italiano fue reformado y ENI fue parcialmente privatizada en los años 90, su rol inicial fue indiscutible. La empresa sentó las bases para que Italia se posicionara como una potencia industrial, a pesar de sus limitaciones en recursos naturales. Hoy en día, ENI sigue siendo una de las principales empresas energéticas integradas a nivel mundial, con una importante participación estatal.

El éxito de ENI durante el milagro económico italiano demuestra cómo una empresa estatal con una visión clara y una gestión eficaz puede ser un catalizador crucial para el desarrollo económico de un país, especialmente en sectores estratégicos como la energía. Sobre todo si la estrategia no esta orientada simplemente a conseguir divisas desde la exportación de comodities, sino agregar valor, innovación, y promover industrias estratégicas como la petroquímica.

¿Por qué nadie se acuerda de la petroquímica?

 

 

 

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