La derecha se hace presente en América Latina

Tras la victoria de Kast en Chile, el mapa político de la región se inclina hacia la derecha. La tendencia seguramente se amplié el año próximo en los comicios en Colombia

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El flamante presidente Kast y Javier Milei

La región ha girado a la derecha. Los comicios que se realizaron este año han demostrado una tendencia hacia la derecha, con algunas excepciones, en contraposición a lo acontecido a principios del actual siglo donde gobernaron partidos de izquierda.

Un claro ejemplo fue la victoria de José Antonio Kast en Chile. A pesar de que los resultados de la primera vuelta en Chile arrojaron un triunfo con sabor a derrota de la candidata del oficialismo y militante comunista, Jeannette Jara, la derecha en su conjunto la duplicó en votos y dejó al ultraderechista José Antonio Kast a las puertas del Palacio de La Moneda. A este escenario adverso para la izquierda y centroizquierda, se suma una cosecha paupérrima en ambas cámaras del Congreso.

En cambio, la suma de los partidos de derecha tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, logró avances considerables. En la cámara alta, alcanzó 29 escaños (de 50) y en la cámara baja, 78 (de 155), siendo el mejor resultado desde la vuelta a la democracia y, además, le da ventajas importantes para impulsar proyectos que reorienten al país trasandino.

La derecha en Chile supo interpretar las necesidades de la sociedad chilena, que dejó de lado las demandas en mejoras más equitativas en materia de educación y salud, y enfocaron su discurso en la situación económica, la inmigración descontrolada y en la ola de inseguridad sin precedentes en Chile. Allí se concentró las propuestas de la derecha que fueron receptivas por gran parte de la población que posibilitó la llegada de Kast al Palacio de la Moneda.

Kast, que reivindica la dictadura de Augusto Pinochet, convivirá con un Parlamento fragmentado con otras fuerzas de derecha que lo apoyaron para el balotaje. Tanto Evelyn Matthei, líder de la derecha moderada, y Johannes Kaiser, del ala más radical y libertaria, quedaron en cuarto y quinto lugar en la primera vuelta de los comicios.

Kast tendrá la misión de llevar adelante acuerdos e incluso nombrar miembros que provienen de esos espacios para avanzar en su agenda de gobierno que apunta a la seguridad una de las mayores preocupaciones de la sociedad chilena. Mano dura contra el crimen organizado y al mejor estilo del presidente de El Salvador Nayib Bukele, su intención es construir cárceles de máxima seguridad con aislamiento total para líderes del narcotráfico y endurecimiento de penas. Otros de los ejes de sus propuestas se centraron en la inmigración donde Kast ya manifestó deportaciones masivas para los indocumentados y mayores controles en las fronteras.

En el plano económico, Kast prometió la creación de nuevos empleos, reducción del Estado, de impuestos y del gasto público y atraer inversiones extranjeras. Además, aseguró que mantendrá algunas conquistas sociales como las pensiones.

En Bolivia tras dos décadas de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), con los ejecutivos de Evo Morales y Luis Arce sufrieron una debacle electoral tremenda en la primera vuelta de las elecciones en agosto donde el candidato oficialista solo cosechó el 3% de los votos, en medio de una feroz interna partidaria y crisis socioeconómica con altos grados de violencia. Las luchas intestinales entre Morales y Arce sumergieron al país andino hacia una escasez de alimentos, el faltante de gasolina, divisas y crisis energética que ha afectado al sector productivo sumado a una inflación del casi 25% y una economía estancada hace años.

Como era de esperarse los resultados de los comicios giraron entre dos opciones de centroderecha y derecha, el senador Rodrigo Paz y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga, que finalmente se impuso en el balotaje la opción de Paz.

Paz, que nació en España porque su familia se tuvo que exiliar perseguida durante los gobiernos militares, es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, con un perfil dialoguista apostó por la renovación política con mayor integración nacional sumando a la religión y un capitalismo cercano a la gente.

Otro dato no menor es la conformación de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia donde el nuevo oficialismo tiene un claro margen mayoritario para sacar adelante la gestión de la administración Paz.

A comienzos de este año, en Ecuador fue reelecto Daniel Noboa con un perfil de centroderecha que mantuvo una política liberal en materia económica sumado a un discurso de mano dura contra el flagelo del narcotráfico que acecha al país.

En su país vecino, Perú atraviesa un complejo escenario político que arrastra a toda la dirigencia política hace años con la sucesión de expresidentes destituidos por temas de corrupción o intentos de autogolpe de Estado como el caso de Pedro Castillo. El actual presidente interino conservador José Jerí reemplazó a la izquierdista Dina Boluarte, destituida en base a su supuesta “incapacidad moral permanente”. El próximo año habrá elecciones presidenciales que serán toda una incógnita el futuro político del país incaico.

Esta ola derechista empezó a tomar forma en Argentina con la victoria de Javier Milei en 2022, que confirmó su predominio con la buena performance electoral en los comicios legislativos celebrados este año. En 2023, la tendencia continuó con el triunfo de Santiago Peña en Paraguay.

Sin embargo, el giro a la derecha no es total. En Uruguay gobierna el Frente Amplio, una izquierda moderada. Los dos países más grandes de la región, Brasil y México, gobierna la centroizquierda de la mano de Luiz Inácio Lula da Silva con altas chances de ser reelecto el próximo año. Asimismo, en el país azteca a paso firme Claudia Sheinbaum mantiene la impronta de su predecesor Andrés Manuel López Obrador, pero con un estilo propio e independiente. El otro país con peso en la región es Colombia donde gobierna por primera vez la izquierda de la mano de Gustavo Petro, que ha tenido grandes dificultades tanto internas, en su propio gabinete, como arreglos extrapartidarios para llevar su ambiciosa agenda de cambios profundos en el país cafetero. Según los pronósticos se espera que haya un cambio de signo político en las elecciones presidenciales del próximo año que se inclinará a la derecha.

Tendencia a la derecha en la región

Tras el giro de Chile, el mapa político de América Latina presenta una inclinación hacia la derecha, con todos los matices que merecen estas categorías para calificar a los gobiernos de la región. Hacia la centroderecha y derecha se sitúan Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Perú, Panamá, Costa Rica y El Salvador.

Del otro lado del arco político, la centroizquierda e izquierda gobiernan en Brasil, México, Uruguay, República Dominicana, Guatemala y Colombia. A esto se suma tres dictaduras de izquierdas en la región en Cuba, Nicaragua y Venezuela. En Honduras aún se espera el escrutinio definitivo de las elecciones celebradas el 30 de noviembre de 2025, la actual presidenta del país es la izquierdista, Xiomara Castro de Zelaya, que manifestó que hubo un “golpe en las urnas”. Hasta el momento según el escrutinio marcaba unos números muy ajustados entre los candidatos Nasry Asfura (Partido Nacional de Honduras, derecha/conservador), apoyado por Donald Trump, y Salvador Nasralla (Partido Liberal, centro/derecha).

En gran medida la tendencia hacia la derecha representa ciertos hartazgo de los oficialismos gobernantes, sea de izquierda o derecha, y no tanto por un tema ideológico. Es verdad que los gobiernos salientes son del espectro izquierdista que se hicieron fuertes en las primeras décadas del actual siglo en la denominada “Marea Rosa”. No es comparable en el actual presente, aún, aparezca una ola marcada hacia la derecha pues no hay un hilo conductor ideológico sino una fragmentación entre libertarios, conservadores y ultraderechistas. Sí, hay coincidencia entre varios de estos lideres en sus discursos populistas y muchos toman como eje y se alinean políticamente con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, siendo los casos más emblemáticos Argentina y El Salvador con acuerdos en materia económica y de seguridad.

Cabe destacar, también, que muchos votantes optaron por la “ley y el orden” ante la aparición del crimen organizado asociado al narcotráfico que generó en varios países de la región una ola de homicidios y múltiples casos de inseguridad, siendo ejemplos claros Perú, Ecuador y Chile.

Estos nuevos gobernantes tendrán por delante la difícil tarea de enderezar crisis socioeconómicas y de seguridad. La sociedad les brindo su confianza a través de las urnas. Sin embargo, deben tener en cuenta que han ganado en la segunda vuelta y que varios de sus votos son prestados. La paciencia en resultados y cambios a largo plazo ya no son tolerados por los ciudadanos. Quieren respuestas a sus problemas y padecimientos lo antes posible. Por ende, la tendencia actual gira a la derecha, pero si no se cumplen con la promesas reales de cambio la balanza se volverá a inclinar a la izquierda, así lo ha demostrado la historia reciente.