Empleo, educación y seguridad. Estas son las prioridades de Uruguay según Mario Bergara, precandidato a la presidencia de Uruguay por el Frente Amplio. El exministro de Economía y expresidente del Banco Central de Uruguay competirá en las primarias presidenciales del próximo domingo en Uruguay. Se enfrentará al favorito para las generales de octubre, el exintendente de Montevideo, Daniel Martínez. La oferta de la izquierda se completa con la exministra de Energía  Carolina Cosse, y al comunista Óscar Andrade. Bergara corre en desventaja en las encuestas, pero apunta a disputar un lugar en la primera línea del Frente Amplio en la nueva etapa que se inicia. Por primera vez en dos décadas, la fórmula de la izquierda no será encabezada por ninguno de los líderes más populares del frente —Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori—. El Frente Amplio se enfrenta al desafío del recambio generacional en coincidencia con las elecciones más reñidas desde que llegó al poder en 2005.

¿Qué se juega en las elecciones internas?

Esta es una campaña inusual porque en los partidos más importantes hay niveles de competencia mayores a los que había en campañas anteriores. En el Frente Amplio somos cuatro precandidatos y el proceso electoral se da en el marco de un proceso de renovación política. Renovación de líderes, renovación de ideas, renovación de políticas. Hay mucho movimiento. La mayoría de los frenteamplistas no están sectorizados, se manejan con libertad para apoyar a uno u otro precandidato.

¿En qué consiste la renovación política?

El Frente Amplio está renovando su visión y su liderazgo. Se renueva una estructura de liderazgo que tuvimos durante dos décadas —Vázquez, Mujica, Astori— y fue muy exitosa. Que permitió al Frente Amplio crecer y acceder al gobierno. Gobernar para el bien de la sociedad uruguaya. Ahora se va dando paso a un relevo generacional. No sabemos cómo va a ser la nueva estructura de líderes en el Frente Amplio. El proceso electoral irá dando sus señales, el proceso político también. Lo que sí tenemos claro es que no va a ser la réplica del liderazgo anterior. No es que va a venir uno a sustituir a Vázquez, uno a Mujica, uno a Astori. 

¿Qué ideas tiene que renovar el Frente Amplio?

En primer lugar, hay una renovación de la visión del mundo. Una renovación conceptual. El mundo, la región, el país que tenemos hoy no tienen nada que ver lo que era el mundo, la región y el país cuando el Frente Amplio empezó a gobernar en el año 2005. Hay problemas nuevos. Si uno mirar en conjunto Argentina y Brasil, que es la región relevante para nosotros, hace seis o siete años que no contribuye con un desempeño económico decente. Hay temas nuevos vinculados a la dinámica de la tecnología, que nos atraviesa la vida, que determina qué cosas producimos, cómo producimos, qué empleos se necesitan, qué capacidades tienen que tener los trabajadores y las trabajadoras. Es un cambio radical en los relacionamientos humanos, interpresonales, sociales, laborales.

¿Cuáles creés que son los principales desafíos para el próximo Gobierno?

Creo que hay tres desafíos sustanciales. Uno es el empleo, sobre todo de ese empleo desafiado por la dinámica de la tecnología. Creo que tiene que haber políticas masivas de recapacitación de trabajadores. El segundo es la educación. Hace falta un sistema educativo que provea capacidades que son diferentes a las que se proveían anteriormente. Un tercer tema importante es la seguridad. Si bien en términos comparativos con la región se percibe un Uruguay en buenas condiciones, los uruguayos percibimos que las condiciones han ido cambiando. Hay más problemas de inseguridad. Ese es un tema de mucha sensibilidad en la población. El Frente Amplio desarrolló en tres gobiernos un cúmulo muy importante de reformas estructurales, que son responsables de resultados positivos para la sociedad uruguaya. En bienestar, en equidad, en derechos. Pero también hay que hacer autocríticas de cosas que no hemos resuelto de la mejor manera.

Desde Argentina llama la atención el grado de convivencia en la política uruguaya, ¿ves un escenario de polarización?

Sí, convivís con mucha civilidad. Uno puede dialogar tranquilamente con los compañeros que están promoviendo otras candidaturas. Creo que es parte de la cultura política en Uruguay. Los uruguayos hemos aprendido que las polarizaciones que son negativas. Es fundamental tener canales de diálogo, porque hay problemas nacionales que no los va a resolver un solo partido, un solo gobierno. Hay que tener una mirada más estructural, más estratégica, más amplia, una mirada país. Tener políticas de Estado, que no estén amenazadas según quien gane las elecciones. Y eso pasa por tener un diálogo suficiente entre los distintos partidos políticos.