Milei con Xi Jinping. La foto tuvo lugar cuatro días después de que Milei formó parte de la exclusiva reunión de la CPAC en Mar a Lago con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
La foto tuvo lugar cuatro días después de que Milei formó parte de la exclusiva reunión de la CPAC en Mar a Lago con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

China: Un socio comercial clave aunque deficitario

China es el segundo destino de las exportaciones argentinas, representando el 9% de las ventas externas y el 17% de las importaciones, ubicándose detrás de Brasil como socio comercial. Sin embargo, la balanza comercial es deficitaria para Argentina en aproximadamente 7.800 millones de dólares, con exportaciones principalmente de productos agropecuarios como soja y carne congelada, mientras que las importaciones se concentran en tecnología móvil y bienes manufacturados. Esto no es más que la evidencia de la estructura productiva subdesarrollada de argentina, que como antaño se denunciaba del esquema con Inglaterra, se replica con China. Por supuesto que la re primarización no es un fenómeno local sino uno de los problemas estructurales más grandes de América Latina.

Milei ha reconocido que se ha “sorprendido gratamente» con China, llegando incluso a recibir una invitación del presidente Xi Jinping, que finalmente no acontecio.

Y es que no guste o no, Argentina depende de China (también de Brasil y Estados Unidos por diversas causas) para la reactivación económica, no solo por el comercio, pero en el caso de China también por el financiamiento a través del swap de monedas por 20.000 millones de dólares, que constituye una porción significativa de las reservas internacionales. Recordemos que Un swap de monedas es un mecanismo por el cual 2 agentes (gobiernos, bancos, empresas) se comprometen a cambiar divisas o dinero en ciertas fechas. Si bien sirve para aumentar reservas y el comercio mutuo, nuestro país utilizó parte del swap el año pasado, ante la escasez de divisas, para el pago de importaciones y la intervención en el mercado de cambios.

La no renovación de este acuerdo podría tener consecuencias financieras más graves que la falta de un préstamo del FMI. Recordemos que como muestra de buena voluntad, y a psar de las declaraciones y provocaciones del gobierno nacional, en junio de 2024 Beijin aceptó renovar el swap

Carola Ramón: “La disputa estratégica es entre Estados Unidos y China, y no nos piden tomar partido por ellos»

Estados Unidos: Inversor principal con intereses geopolíticos

Por su parte, Estados Unidos es el mayor inversor extranjero en Argentina, con inversiones directas por 12.000 millones de dólares, pero si bien las exportaciones argentinas a EE.UU. se han duplicado en los últimos años, las economías de ambos países son competitivas, dado que comparten sectores clave como la producción agropecuaria y energética, lo que limita las oportunidades de mejora, incluso con un potencial Tratado de Libre Comercio (TLC).

La cuestión es que Washington observa con recelo el avance de China en América del Sur, particularmente en inversiones en infraestructura estratégica como el caso del puerto de Chancay, construido en Perú con la participación de China. Se trata del puerto comercial más grande de América Latina. En el caso argentino se ha cuestionado potencial inversión china en centrales nucleares, puertos de aguas profundas cercanos a la Antártida o la Hidrovía Paraguay-Paraná,.

El pragmatismo de Milei ante un dilema geopolítico

El presidente Milei, por afinidad ideológica, prefiere fortalecer los lazos con EE.UU. y distanciarse de China, evocando las «relaciones carnales» de los años 90. Pero más allá del alineamiento ideológico, Argentina necesita el respaldo estadounidense para negociar un nuevo préstamo del FMI que le permita levantar el «cepo» cambiario, lo que pone a Milei en una situación de dependencia política y financiera.

En su primer año de gobierno  la realidad económica le impuso un enfoque pragmático. Por el momento, ha adoptado una postura moderada, evitando críticas y provocaciones directas a China (sobre todo con el tema de Taiwan un punto limite) y administrando los costos de su estrategia.

Ahora bien, si el presidente Donald Trump, y en el marco de una guerra comercial total con China, le solicita a Milei un distanciamiento definitivo Beijin, Argentina podría enfrentar represalias económicas significativas. En tal escenario, la falta de acceso a financiamiento chino podría generar un impacto mayor al de una potencial negativa del FMI.

Conclusión: Un delicado equilibrio

El gobierno de Javier Milei debe seguir equilibrando sus relaciones con EE.UU. y China, reconociendo la importancia estratégica de ambos para la estabilidad económica del país. Este pragmatismo será clave para evitar un conflicto de intereses y aprovechar al máximo las oportunidades comerciales y financieras de ambas potencias, siempre y cuando la rivalidad entre ellas no escale a un nivel que haga inviable esta estrategia de balance. La claves para eso es no ideologizar la política comercia algo que pro ejemplo ha abusado el kirchnerismo, con su retorica anti yankee imperialista, y que sirve para la tribuna local pero daña la inversión y el comercio. Esperemos Milei no recorra el mismo camino, a la inversa, para agradar a Donald Trump, algo innecesario y que ni siquiera el magnate y presidente le requerirá