rieznik
El ingeniero Horacio Rieznik en su oficina en Buenos Aires

Cada uno elige el Frondizi que más le conviene, según Horacio Rieznik: los liberales se quedan con el presidente que hizo el ajuste, los progresistas destacan su voluntad de redistribución y su reivindicación de los derechos de los trabajadores. «Todos tienen planes de una sola pata, pero hay que hacer las dos cosas», cuestiona Rieznik, ingeniero de destacada trayectoria en el sector industrial. La estabilidad macroeconómica no alcanza y la microeconomía con desorden macro no funciona, advierte. Rieznik fue director de la compañía Alpargatas y tuvo una participación activa en la Unión Industrial Argentina (UIA), también trabajó en la Secretaría de Industria de la Nación. A los 18 años comenzó a militar en la Unión Cívica Radical (UCR) y, tras la división en 1957, acompañó al sector liderado por Frondizi. De su larga y diversa experiencia saca conclusiones profundas sobre los desafíos para diseñar un plan de desarrollo en una época que denomina «el siglo de los algoritmos». Por qué cree que Argentina tiene buenas oportunidades para desarrollarse y cuáles deberían ser los sectores prioritarios. 

Los desarrollistas suelen reclamar que falta un plan de desarrollo. ¿Qué debería incluir un plan de este tipo?

Los planes de desarrollo tienen dos grandes patas: una macroeconómica y otra microeconómica. Cuando Arturo Frondizi estuvo en el poder hizo un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para arreglar la macro, pero tenía muy claro que debía trabajar en la micro y eso implicaba elegir qué sectores podían financiar el desarrollo y cuáles ampliar el valor agregado. El gobierno desarrollista distinguió algunos sectores especiales que podían generar una renta suficiente y volcarla a la inversión, esos son los que pueden pagar el costo del desarrollo. Lo que hay que generar en la actualidad es un plan del mismo tipo, adaptado a las circunstancias.

¿Qué sectores deberían priorizarse hoy?

Por su relevancia, el agropecuario. También hay recursos no renovables importantes como el litio y el cobre. El mundo está yendo hacia la movilidad eléctrica, necesita más cobre para los autos y más litio para las baterías. El país puede apostar por la industria automotriz eléctrica, incluso puede ser exportadora en el futuro. Después, si uno mira la matriz insumo producto se da cuenta de que no hay sectores que deban quedar afuera. Argentina no es una nación continente, pero tiene una dimensión interesante para desarrollar una economía diversificada.

¿Cómo debería promover estos sectores?

Como lo hizo el gobierno desarrollista. Entonces se generaron incentivos a través del Banco Nación, hoy sería por medio del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior). Porque más allá del rol orientador del Estado, es indispensable que el sector privado elija los sectores para desarrollar. Se pueden diseñar incentivos diferenciados por regiones para desagotar la concentración en el Gran Buenos Aires. Aunque hay diferencias importantes a tener en cuenta entre 1958 y la situación actual.

¿Cuáles son las principales diferencias?

La reforma de la Constitución Nacional de 1994 generó una situación distinta al marco jurídico de 1958 porque da prioridad a las provincias en el manejo de los recursos naturales. Esto exige pensar de otra forma una estrategia nacional. Un gran tema es que YPF ya no es una empresa del Estado sino una sociedad anónima con mayoría estatal que cotiza en bolsa, por lo que no es tan fácil utilizarla como un instrumento para el desarrollo como se hizo anteriormente. Otra de las diferencias es el nivel de dolarización de la economía. Todo esto cuenta a la hora de pensar un plan desarrollo.

Mencionaste el agro y los recursos naturales. ¿Considerás que estos tienen que ser los ejes de un nuevo modelo de desarrollo para el país?

Los recursos naturales y minerales dejan una renta grande para captar y aplicar a la inversión. Esos son los sectores que pagan el desarrollo, pero con eso solo no alcanza. Dentro de un plan de desarrollo siempre hay que pensar en cuatro variables: tierra, trabajo, capital y tecnología. La clave está en cómo combinarlas. La empresa de alimentos mas grande del mundo es Nestlé y es suiza. ¿Qué tiene Suiza comparada con Argentina? La principal producción alimenticia del país era la leche y desde allí Nestlé empezó a agregarle valor. Hoy ocupa todos los rubros, hasta comidas preparadas con base en productos pesqueros. También hay que prestar atención a las nuevas tendencias, que pueden afectar el mercado de alimentos a nivel mundial y son un riesgo para una estrategia de desarrollo basada en este sector.

rieznik¿A qué tendencias te referís?

Ahora hay empresas que aplican nuevas tecnologías para generar alimentos que sustituyen la carne. Compañías que crecen enormemente, como Beyond Meat. Cuando uno piensa en todas esas innovaciones y en las nuevas tendencias como el veganismo, no está tan claro que el mundo vaya a seguir importando carne vacuna en el futuro. Hay análisis que dicen que la mitad del consumo de proteínas en 2050 va a provenir del mundo vegetal o autogenerados, como células madre cultivadas del vacuno. Estas novedades avanzan a velocidades fenomenales, casi sin límites.

¿Cuánta importancia le das a la economía del conocimiento como motor para el desarrollo?

Estamos atravesando la cuarta revolución industrial con el avance de la informática que elimina la necesidad de la intervención humana. El robot reemplazó primero el accionar humano, después vinieron la inteligencia artificial y los algoritmos. Estamos viviendo el siglo de los algoritmos. Es parte de un largo proceso que comenzó con la primera revolución industrial, a partir de la máquina de vapor, y que continuó con la invención del motor eléctrico y la línea de montaje. Un plan de desarrollo tiene que adaptarse a las circunstancias actuales, pero con el mismo marco global que siguió el desarrollismo.

Muchos dicen que son desarrollistas, incluso cuando tienen posiciones políticas antagónicas. ¿A qué creés que se debe?

Todo el mundo dice que es desarrollista. Los más liberales destacan que Frondizi hizo una estabilización, mientras los más redistribucionistas dicen que Frondizi quería redistribuir los beneficios y defendía los derechos de los trabajadores. Todos tienen planes de una sola pata, pero hay que hacer las dos cosas. Hay que hacer un ajuste y en simultáneo generar más producción, sin comprometer la calidad de vida de la población. Al desarrollo de Inglaterra lo pagaron las mujeres y los niños que trabajaban siete días a la semana con jornadas de 12 horas. Y es lo que pasa hoy en los países asiáticos. La macroeconomía sola no alcanza y la microeconomía sin ordenar la macro no funciona. Las dos patas juntas son el desarrollismo. Nadie repitió esa experiencia después de Frondizi.