Alberto Fernández tiene un nivel de apoyo del 65%, un respaldo que pocos presidentes argentinos han tenido desde la vuelta de la democracia, subraya el consultor político Yehonatan Abelson. Esto es un desafío para la oposición, a la que le ha costado encontrar un posicionamiento claro durante la pandemia del COVID-19. ¿Tiene que criticar o apoyar? «Este no es un momento para que la oposición sea protagonista. La gente tiene un problema muy grave que es el coronavirus, no es momento de la política. Lo mejor que puede hacer la oposición es esperar”, señala Abelson en la charla organizada por la Usina Desarrollista.
Antes de la crisis provocada por el nuevo coronavirus, el país estaba dividido en dos grandes coaliciones políticas, atravesaba una dura crisis económica y tenía un presidente con una agenda que estaba construyendo su personalidad, describe el consultor. Esto cambió abruptamente a partir de marzo. «La pandemia le dio un sentido, un cuerpo, a esta presidencia. Fue una oportunidad para Alberto», destaca Abelson, socio fundador de BIA Consulting y con una amplia trayectoria como asesor de gobiernos y políticos en Bolivia, Brasil, Ecuador y Estados Unidos, entre otros países de la región.
Cuando el presidente decretó la cuarentena obligatoria alcanzó los picos máximos de apoyo, con una imagen buena o muy buena superior al 78%, según las mediciones de Tres Punto Zero, la encuestadora con la que trabaja BIA Consulting. Este nivel de respaldo disminuyó, pero aún se mantiene elevado, apunta Abelson. Incluso el 36,3% de los que votaron a Mauricio Macri en la primera vuelta de 2019 evalúan positivamente a Fernández.
El consultor destaca tres tendencias durante la crisis: cohesión social, apoyo al presidente y que la salud es el tema prioritario. La foto frecuente de los tres principales líderes políticos del país —Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof— sintetiza esa cohesión social, según Abelson. Y esto se refleja en la imagen positiva de los tres dirigentes. El respaldo de la cuarentena continúa siendo mayoritario, a pesar de que aumentó en 10 puntos porcentuales adhesión a la idea de que debería levantarse. Más del 79% de los encuestados considera apoya la continuidad de las restricciones. Por otro lado, los partidarios de dar prioridad a la salud por encima de la economía disminuyeron del 91,4% al 57,4%, a la par que aumentaron los que sostienen la posición contraria.
La democracia está en tensión, advierte Abelson, pero rechaza que el debate sea entre salud y economía, como está planteado en la agenda pública. «Todo el mundo quiere que haya salud, nadie quiere que haya muertos», considera. La disputa está, según el consultor, entre dos visiones ideológicas y antiguas: una políticocéntrica, que considera que la política es la solución de todas las cosas; la otra, económicocéntrica, con foco en la actividad privada y la libertad individual.
La charla Comunicación política en tiempos de crisis es la décima del ciclo de videoconferencias que organiza en 2020 la Usina Desarrollista, un proyecto impulsado por Visión Desarrollista, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), la Fundación Frondizi y la Fundación para el Desarrollo Entrerriano (FUNDER).
La disputa por la agenda pública
La comunicación política es una competencia por instalar los términos en los que se debate la agenda pública, define Abelson. «El que gana la agenda pública no gana la elección sí o sí, pero tiene más chances de ganar si se habla en sus términos», aclara. La elección de 2021, según el consultor, se va a plantear como una disputa entre dar más poder al gobierno para que tenga herramientas para enfrentar la crisis o poner un contrapeso al ejecutivo en el Congreso. Depende del concepto que se instale en la agenda pública, la elección puede inclinarse hacia un lado o el otro, señala. Si el oficialismo logra instalar la idea de que votar a la oposición es poner un palo en la rueda de un Gobierno que viene a poner plata en el bolsillo de la gente, va a ser muy difícil para la oposición, apunta.
Las elecciones de medio término van a encontrar a un presidente bien evaluado por la sociedad y con una narrativa épica, considera Abelson. «Quizás Alberto Fernández no mantenga los números que tiene hoy, pero es difícil que la gente le cobre demasiado una pandemia que viene de afuera», destaca. Y marca como un punto fuerte del presidente que va a tener una narrativa épica muy potente: esto lo logramos juntos, los gobernantes y los ciudadanos.
El escenario puede cambiar si el Gobierno pierde la confianza de la sociedad, aclara el especialista. Para evitarlo considera que hay dos puntos clave: comunicar certezas y sinceridad. «Es muy delicado cualquier error, cualquier hecho que pueda ser leído como una falta de sinceridad”, advierte. Esto puede alterar un punto crítico para el gobierno en la crisis: la gobernabilidad.
La gobernabilidad es el contexto favorable que es necesario para llevar adelante un plan de Gobierno, postula Abelson. Está formado por tres pilares: apoyo ciudadano, coalición de gobierno y grupos de interés. «Siempre se puede gobernar con dos de estos pilares, nunca con menos», señala el socio de BIA Consulting. Alberto Fernández tiene apoyo ciudadano y controla una amplia compleja coalición de gobierno, que puede ser un inconveniente pero lo respalda. «La coalición siempre se ordena detrás de un poder, y un presidente bien evaluado es poder”, destaca. El punto débil, considera, son los grupos de interés. “Los medios están cumpliendo el rol de la oposición”, subraya. Los empresarios, en cambio, están un escenario de gran fragilidad y dependencia del Gobierno, por lo que Abelson no cree que puedan convertirse en un factor que afecte la gobernabilidad.
La vuelta al centro
El centro político vuelve a ganar fuerza en el contexto de crisis. Si años atrás habían obtenido buenos resultados los outsiders como Donald Trump o Jair Bolsonaro y las posiciones extremistas como el Brexit, la pandemia puso de nuevo el eje en torno a la búsqueda de políticos confiables. Abelson subraya que es una tendencia que se evidencia en las encuestas publicadas por medios extranjeros. «Los votantes buscan a alguien que les dé confianza. Hoy necesitamos gente racional para resolver problemas muy importantes», precisa. Que eso se plasme en Argentina, aclara, dependerá de cómo se conformen las coaliciones electorales. «Cuanto más grandes sean las coaliciones, más va a primar el centro», concluye.
La primera prueba para este diagnóstico será en noviembre de este año, en las presidenciales de EEUU. Todas las encuestas, aclara Abelson, dan como ganador al demócrata Joseph Biden sobre el republicano Donald Trump. Falta tiempo y esto puede cambiar. La diferencia es abultada: 50% a 41%, en promedio. Y Biden es favorito para conquistar los Estados clave, un aspecto crucial, ya que la elección presidencial en EEUU se basa en el colegio electoral y no en el voto popular. «Con la campaña sola, Trump no revierte este resultado. Para que cambie, tiene que pasar algo real, como un aumento fuerte en la economía», proyecta.
Volvé a ver la charla virtual con Yehonatan Abelson
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