Las elecciones de medio término por lo general son un termómetro de los dos años de gestión donde los electores señalan su conformidad a favor o en contra. También marcan cierta revalidación y señal de atención dependiendo el resultado de cara a los dos últimos años de gobierno respecto a las aspiraciones de Donald Trump pues, si bien él no se postula a ningún cargo, ha logrado que la mayoría de los candidatos republicanos lo tengan de referencia, entre ellos se destacan Harriet Hageman del Estado de Wyoming que le ganó la primaria Liz Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney y enemiga acérrima de Trump, Joe Kent del Estado de Washington (noroeste) y Leora Levy de Connecticut que competirá para una banca en el Senado.
Unas elecciones con histórica tendencia opositora
El próximo martes se pone en juego en su totalidad los 435 escaños la Cámara de Representantes donde actualmente los demócratas son mayoría con 222 votos frente a 213 de los republicanos. En el Senado ambas fuerzas poseen 50 senadores sobre 100 dos por cada uno de los 50 estados, sin embargo, esta controlada por los demócratas porque la vicepresidenta Kamala Harris emite el voto de desempate. Se disputarán 34 bancas con una duración de seis años de mandato. Además, se elije 36 gobernadores. Las encuestas dan favoritos a la oposición republicana con una ventaja de 3 puntos, según RealClearPolitics.
Existe la particularidad que los oficialismos generalmente pierden en las elecciones de medio termino. Así lo marca la historia que desde que se implementó las elecciones de medio mandato en 1898 con la administración de William McKinley.La tendencia historica señala que sobre un total de las últimas 41 elecciones de medio mandato en sólo tres oportunidades el oficialismo incrementó la bancada en la Cámara de Representantes. Fue en las administraciones de los demócratas Franklin D. Roosevelt y Bill Clinton y por el lado de los republicanos con George Bush hijo en el contexto del atentado a las torres gemelas.
En cambio, en el Senado a los oficialismos les fue mejor. Sobre un total de 41 comicios en ocho sumaron más escaños, siendo el último caso en 2018 en la administración del republicano Donald Trump. Otro dato particular es que estás elecciones suelen concurrir menos votantes que en los comicios presidenciales.
Mucho más que un referéndum a la administración actual
La administración de Joe Biden llega a estás elecciones legislativas que se celebrarán el próximo martes 8 de noviembre no sólo como una prueba a su labor y performance de su gobierno, sino como un termómetro para las aspiraciones de Donald Trump con miras al 2024, representante de un modelo populista con condimentos nacionalistas y autoritarios que puede romper con la tradición democrática estadounidense. No es casual que en plena campaña el presidente Biden advirtió que “La democracia está bajo amenaza» y arremetió contra Trump por su negativa a reconocer las elecciones presidenciales de 2020 que provocaron la toma del Capitolio del pasado 6 de enero de 2021.
Y es que a pesar de la victoria de Biden a findes de 2020, se mantiene en la sociedad norteamericana una división que ya tuvo sus episodios de violencia entre simpatizantes de ambos partidos. El más reciente y lamentable fue el ataque que sufrió en su casa el esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Biden hizo hincapié explicito que el atacante al ingresar al domicilio del marido de Pelosi gritó: “¿Dónde está Nancy? ¿Dónde está Nancy? Esas fueron las mismas palabras que utilizó la turba cuando asaltó el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero», apuntó Biden.
La economía eje de la campaña
Durante la campaña la administración Biden intentó mostrar resultados positivos de una economía golpeada a raíz de la pandemia y la guerra de Ucrania que generó una suba de la inflación. Por eso enfatizó en la baja por tercer mes consecutivo de la inflación, que se ubico 8,2% interanual siendo la mayor en 40 años, y que golpea principalmente a la clase media. Si bien aun hay que esperar los resultados del ambicioso plan de gobierno de Biden para levantar la economía denominado «Build Back Better», que tiene como objetivos detener la inflación, dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y reducir las emisiones de gases contaminantes y contempla ambiciosos proyectos de infraestructura y programas sociales con un gasto del casi 2,3 billones de dólares, el mayor desde las administraciones también demócratas de Franklin D. Roosevelt y Lyndon B. Johnson, algunos primeros resultados ya salieron a la luz con cifras históricas de creación de empleo y bajas sostenidas del precio del gas y combustibles.
Sin embargo, las encuestas de opinión sobre las políticas económicas del gobierno señalan que el 58% de los estadounidenses desaprueba el manejo de la economía por parte de Biden y un 62% rechaza sus políticas para bajar la inflación. El pasado martes la Reserva Federal anunció el sexto aumento consecutivo de los tipos de interés para tratar de frenar la inflación con una suba del 0,75% que la ubica entre el 3,75 % y 4 % aproximadamente. Este tema no es menor porque impacta directamente en los países subdesarrollados al limitarles la oferta de dólares dada las atractivas tasas de interés. Además tiene como impacto fortalecer al dólar, acelerando posiblemente la devaluación de muchas monedas en el mundo emergente que ahora podrían tener que pagar más en sus monedas locales por bienes importados.
Volviendo al elector norteamericano, y como decía Bill Clinton, «es la economía estúpido» siempre prevalece el bolsillo. Por eso, es allí en donde machaca la oposición republicana para obtener votos mientras que los demócratas levantan las banderas de los valores democráticos y los derechos sociales adquiridos que van desde el aborto hasta la gracia presidencial del presidente Biden para los condenados como meros consumidores de marihuana.
Los Estados más parejos para acceder al Senado
Uno de los Estados más reñidos para acceder a un escaño en el Senado es Pensilvania, donde el candidato demócrata, John Fetterman, alcanzó una ventaja de 12 puntos sobre su rival republicano, el presentador de televisión Mehmet Oz. Allí tanto el presidente Biden y el expresidente Barack Obama hicieron campaña junto a Fetterman.
En tanto, en el Estado de Nevada la pelea por la banca es más que ajustada, la demócrata Catherine Cortez Masto, que se postula para la reelección, y el republicano Adam Laxalt, exfiscal general del estado, llevan semanas con menos de un punto de diferencia.
En Georgia Herschel Walker, republicano, logró dar vuelta las preferencias según sondeos de RealClearPolitics contra el actual senador demócrata que va por la reelección, Raphael Warnock.
Por último, el otro reñido duelo es en Arizona donde el actual senador demócrata y astronauta Mark Kelly lucha para mantener su escaño en un estado ampliamente contrario a Biden. En frente tiene al aspirante republicano el empresario trumpista Blake Masters.
¿Qué puede pasar si ganan los republicanos?
Si la victoria como se espera es para el gran partido viejo, como se lo conoce a los republicanos, será un triunfo para Donald Trump y un envión a sus intenciones de volver a la Casa Blanca. Tendrá también una fuerte influencia sobre los legisladores para trabar leyes de la administración Biden como la agenda climática, un acceso más fácil al aborto y un control de armas más estricto o establecer comisiones de investigación para contrarrestar las impuestas por los demócratas por lo acontecido en el ataque del 6 de enero de 2021 en el Capitolio. En tanto, en el Senado podrán ejercer su veto o no a nombramientos gubernamentales para una serie de puestos, que se verían comprometidos.
Sin embargo, lo que más preocupa a varios analistas es la posibilidad que un triunfo opositor promueva que el país se radicalice aun más y la polarización se intensifique con más hechos de violencia política de cara a las elecciones presidenciales del 2024.