Por efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania se han incrementado fuertemente los precios de los commodities en la mayoría de los mercados mundiales. Pero previa e independientemente de dicho factor, los metales, y en particular aquellos vinculados a la transición energética (como el litio, cobalto, níquel, magnesio, aluminio, cobre, etc) han tenido subas exponenciales, tendencia que se proyecta de la misma manera, situación fundamental para analizar dado que la Argentina es el cuarto productor del mundo de carbonato de litio. demanda mundial de litio
Sólo durante 2021 los precios del litio en su forma comercializable, carbonato de litio, alcanzo valores inesperados, aumentando en un porcentaje record superior al 430%, pasando de 6 USD/kg. en enero de 2021, a más de 25 USD/kg. en diciembre del pasado año. Actualmente su valor es de 70 USD/kgs. (valores CIF China), precios inusuales para este compuesto clave para la construcción de baterías eléctricas.
Aclaro que, si bien es un error pensar al Carbonato de litio como un commodity, dado que este compuesto para su fabricación necesita valor agregado, es tomado por el mercado mundial como un metal, más que como un compuesto, el cual es comercializado de esta manera en conjunto con el resto de los metales involucrados en transición energética.
Ahora bien, ¿a qué se deben estas subas tan pronunciadas en estos metales? ¿Cuáles son las causas de que la demanda haya crecido en tal magnitud? ¿Cómo responde la oferta a dichos incrementos y qué oportunidades se presentan para nuestro país?
El impacto de la promoción de la movilidad eléctrica
Hace unos meses atrás, el presidente norteamericano Joe Biden presentó un documento llamado “Construcción de Cadenas de Suministro Resilientes, Revitalizando la Manufactura Americana y Fomento a una Base Amplia de Crecimiento”, en el cual el gobierno estadounidense se compromete a inyectar 174 mil millones de dólares, en toda la cadena de valor de vehículos eléctricos, incluyendo la fabricación de baterías, infraestructura de carga y minería de litio. Además de ello, continúan los subsidios a la compra de automóviles eléctricos, subiendo de 7.500 dólares actual a 12.500 dólares.
Por otra parte, le European Battery Alliance en Europa, continua la inyección de capital a la cadena de valor de fabricación de baterías, impulsando la construcción de fábricas que alimenten a las terminales automotrices con Baterías Ion-Litio. La Unión Europea, además, presento durante el 2020 la propuesta de regulación europea a baterías ion-litio, documento que, no solo estimula la fabricación de baterías, sino también su reciclado. También gran parte de países de la unión, utilizan como medio de incentivo de la demanda los subsidios a la compra de vehículos eléctricos, con exenciones impositivas incluidas, llegando a casos extremos como el noruego, donde se paga tasa 0% para este tipo de vehículos. Esto provoco que, en el país bajo, las ventas subieran los últimos años a valores siderales, alcanzando en 2021 a que más del 85% de los vehículos vendidos sea eléctrico.
Mientras tanto, China continúa su impulso a la movilidad eléctrica, con subsidios a la compra de vehículos eléctricos, exenciones impositivas y una posible penalidad a aquellos que compren y operen vehículos de combustión interna. China posee la tasa más alta de subsidios del mundo, en lo referente a este tipo de automóviles.
Este coctel de política públicas específicas de promoción a la movilidad eléctrica en los países centrales, donde se ve claramente el rol del Estado incentivando y eligiendo sectores, comienza ya a dar resultados promisorios pues las ventas de automóviles eléctricos se han disparado durante 2021 a más de 6,6 millones de vehículos (siendo en 2020 de 3 millones de unidades) y esperando para este 2022 las 12 millones de unidades vendidas, es decir duplicando cada año el market share para este tipo de vehículos.
Pero aquí es donde surge el problema pues los llamados cuello de botella en las cadenas productivas están comenzando a aparecer. El aumento de la demanda no es acompañado de la misma manera por la oferta productiva, lo que inevitablemente impacta en los precios. Se estima que, para la construcción de las baterías de un automóvil eléctrico, se necesitan en promedio alrededor de 60 Kgs de carbonato de litio equivalente, es decir que será necesario para construir los 12 millones de unidades que se esperan vender durante el corriente año, más de 720 mil toneladas del compuesto. Sin embargo estos valores chocan con la realidad de los últimos tiempos, ya que la producción mundial durante 2021 de Carbonato de Litio, alcanzó el valor de 528 mil toneladas, lo que indica a las claras que el salto de aumento necesario para cumplir con la demanda esperada, será de más de 36% año contra año, algo inusual para la industria del litio. El mercado está viendo claramente que al mismo nivel productivo la oferta no podrá cubrir la demanda durante el 2022 y ya se refleja en los aumentos de precios.
La oferta productiva: El rol de Argentina
La producción de carbonato de litio se logra a través de la extracción de este metal de dos fuentes principales a nivel mundial, la primera, utilizada en Australia -primer productor mundial de litio- es por medio de la minería tradicional, es decir a través de la ruptura de roca dura. Australia posee amplios yacimientos de un mineral rico en litio, llamado espodumeno (pegmatita), el cual es extraído a gran escala en varias minas al oeste del país. La otra fuente es la que encontramos en el famoso “triángulo de litio”, en formaciones geológicas denominadas salares, muy presentes en la puna argentina, también en Chile y Bolivia. demanda mundial de litio demanda mundial de litio demanda mundial de litio
También hay que entender que la respuesta al aumento de la demanda no puede ser inmediata. Un proyecto minero a gran escala, desde el inicio de la prospección y exploración hasta su producción a escala industrial, conlleva tiempos bastante rígidos para su puesta en operación. Así es como en el caso de la extracción en salares, el plazo es de alrededor de 7 años, esto genera que la flexibilidad ante un cambio brusco de demanda, la respuesta al mercado sea lenta en contraste a aumentos importantes en los requerimientos por parte de la industria.
En el caso de la minería tradicional, ese tiempo se acorta a entre 4-5 años, dando cuenta que, si bien es un periodo menor, los plazos en minería son largos y llevan un tiempo de inversiones prolongadas. Además de ello, y debido a la pandemia y en conjunción con un precio en el mercado internacional del carbonato de litio durante el 2019 y 2020 muy por debajo de los valores actuales, hizo que gran cantidad de proyectos de exploración y expansión se vieran suspendidos, con lo cual esto formo parte del agravamiento en la oferta de dicho metal.
Otro factor es el geopolítico. Las relaciones diplomáticas y comerciales entre el primer productor mundial de litio, Australia, y el primer consumidor mundial de este metal, China, no pasan por su mejor momento, distintos intereses han provocado una tensa relación entre paises, lo que lleva a China a la búsqueda de alternativas para abastecerse del compuesto.
En tanto el segundo productor mundial de litio, Chile, se encuentra inmerso en una transición de gobierno, lo que ha aumentado la incertidumbre en cuanto a la minería en el país, con rumores de nacionalización de todos los minerales que se extraen, y con posibilidades de finalizar abruptamente las concesiones extranjeras, lo que agrega aún más perspectivas negativas al mercado del litio.
Nuestro país, en cambio, se encuentra con esta ventana de oportunidades, con mas de 20 proyectos a gran escala para la extracción y posterior procesamiento de litio a Carbonato de Litio, lo que significa una inversión extranjera directa de mas de 6400 millones de dólares, incluyendo entre estos proyectos a Rio Tinto, con la compra de la concesión en el Salar de Rincón, Salta, lo que implicaría una inversión de casi 600 millones de dólares de la minera.
Argentina tiene el potencial (RRHH y tecnológicos) para lograr insertarse en otro eslabón de la cadena de valor de fabricación de baterías. Si bien, dado el tamaño de nuestro mercado interno, es muy poco probable que logre dominar la totalidad de la cadena productiva de fabricación de baterías a escala masiva industrial, existen reales posibilidades de fabricar otros componentes, como por ejemplo los polvos catódicos -parte fundamental en la construcción de baterías-.
Nuestro grado de desarrollo nos permitiría avanzar en esa dirección, marcando un hito adicional a la ya producción de carbonato de litio grado batería y a la fabricación en escala laboratorio de baterías ion-litio por parte de Y-TEC, brazo tecnológico de YPF.
Solo el tiempo y la implementación de políticas publicas especificas, dirán si Argentina, supo aprovechar esta ventana de oportunidades que actualmente existe.