Salmones
Jaulas flotantes de salmones, Kamøyvær, Noruega. / Diego Delso

Tierra del Fuego prohibió este miércoles la salmonicultura. Es decir: la cría de salmones. La ley fue aprobada por unanimidad en la legislatura provincial, con el fundamento de que la salmonicultura industrial tiene un impacto ambiental negativo en el canal de Beagle. «No creo que sea bueno festejar la prohibición de una actividad productiva», cuestiona el sociólogo Daniel Schteingart y aporta datos para reflexionar sobre el tema.

Argentina es importadora de salmón. Todo viene de Chile, donde la actividad está muy desarrollada. En los últimos 12 meses el país importó 45 millones de dólares en salmón, es el récord histórico. Junto con las bananas, el café, el cacao, la carne porcina, la palta y las almendras, el salmón está dentro de los alimentos que más importamos, advierte Schteingart. «Argentina es un exportador neto de alimentos, pero en estos rubros somos deficitarios», indica el sociólogo.

Imagen

El salmón es un consumo de hogares de ingresos medios y altos. Más de la mitad de la demanda de salmón en los hogares lo explica el 20% de mayores ingresos. Esa cifra sube aún más si se contempla el gasto en salmón vía restaurantes, que está destinado mayormente a elaborar sushi, explica Schteingart.

¿Qué países son productores de salmón? Noruega es uno de ellos. Cerca de la región, Chile. En el país vecino, la salmonicultura tuvo un profundo crecimiento en las últimas décadas. En la prepandemia las exportaciones de salmón chileno superaron los 5.000 millones de dólares. «Solo para poner en contexto, eso equivale casi dos veces a lo que Argentina exporta de carne bovina el último año», apunta el sociólogo. El salmón es un sector muy importante para la generación de divisas en Chile y es la principal exportación no minera del país vecino.

Entonces, ¿por qué el rechazo en Argentina? Chile hubo problemas ambientales ligados a la industria salmonera, como marea roja, eutrofización y  escape de salmones de las jaulas. En Chile el salmón es una especie invasora.

El potencial acuícola argentino

La salmonicultura es una de las formas de la acuicultura, que implica la cría de peces, a diferencia de la tradicional pesca de captura. Argentina tiene un enorme potencial acuícola en muchas provincias.

Algunos números de un trabajo de 2018 del Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIECTI)  muestran un potencial gigantesco solo de la acuicultura marina —salmones y mejillones— con montos que van desde más de 60.000 millones de dólares de exportaciones hasta 600.000 millones de dólares. El informe explica: «El potencial económico de la acuicultura marina va desde el 12% a más del 100% del PBI argentino (…) La actividad podría tener lugar en un horizonte de tiempo no muy lejano un importantísimo impacto sobre el PBI, el empleo y la generación de divisas».

La acuicultura nacional, marina y de agua dulce, hoy es marginal, pero puede y debe ser desarrollada en forma sostenible, propone Schteingart. Es fundamental para el desarrollo territorial y para generar exportaciones en nuestro país, destaca.

«Muchas veces no entendemos la importancia de exportar y lo difícil que es lograrlo. De las exportaciones dependen nuestros salarios, a pesar de que la gran mayoría de la población no trabaja en empresas exportadoras. ¿Por qué? Porque cuando exportamos ingresan dólares al país. Cuando ingresan dólares, los riesgos de devaluar bajan. Y eso es bueno», subraya el sociólogo. Cuando el país se queda sin dólares, explica Schteingart, el peso moneda se deprecia,los salarios caen y la pobreza sube.

Con respecto a la norma aprobada en Tierra del Fuego, Schteingart aclara que está de acuerdo en discutir cómo regular la actividad, las escalas, las zonificaciones, las pruebas piloto y los modos de producción. Pero no con prohibir de cuajo. Más aún si se tiene en cuenta que la pobreza subió dieciseis puntos en tres años, la economía se achicó y nos cuesta muchísimo desarrollar actividades productivas nuevas y hacer crecer las existentes.

«Argentina necesita urgentemente crecer y para eso necesita exportar», plantea. La alternativa es la multiplicación de la pobreza, advierte. «Las prohibiciones que se festejan son las que del trabajo infantil y la trata de personas, no la de actividades productivas», concluye Schteingart.