El doctor Arturo Frondizi fue el presidente democrático de los argentinos entre 1958 y 1962. Su prestigio, basado en valores personales y políticos, se agiganta a través del tiempo. Fue un intelectual “prestado” a la política y un constructor de ejemplos, prosperidad y riqueza para su país y su pueblo. Vivió con austeridad y murió rodeado del afecto y del reconocimiento de una sociedad agradecida. Cada vez más, la democracia Argentina y los argentinos exaltan su figura y sirve como modelo a imitar del político con conducta ética, cívica y como servidor público.
Realizaré una breve semblanza de su vida, dedicada especialmente a quienes hoy necesitan creer en la política nacional, en los valores de una auténtica democracia, republicana y federal. A modo de síntesis previa, puede decirse del doctor Frondizi que fue un estadista, un demócrata y un verdadero ejemplo de líder político. Enfrentó los desafíos, injusticias y desdichas argentinas con inteligencia, coraje cívico, criterio propio y con la sabiduría que nacía del análisis estratégico de la realidad mundial, del estudio de los problemas argentinos y de sus profundas convicciones personales sobre la dignidad del hombre y los valores trascendentes. Fue un “presidente de lujo”, como expresó el intelectual francés André Maulraux. Frente a la actual realidad nacional sus ejemplos nos pueden iluminar.
Sus orígenes y primeros pasos
Nació en la ciudad de Paso de Libres, en la Provincia de Corrientes, el 28 de octubre de 1908. A los 21 años de edad ya había completado sus estudios de abogado con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires. Estaba convencido de que su destino estaba ligado a ser profesor universitario y realizarse como persona sirviendo a la nación y a su pueblo. Era un profundo conocedor de la Historia, desde cuyo fondo supo desentrañar el significado del Movimiento Nacional, diferenciando entre las fuerzas en pugna, una que buscaba construir una Nación y otra que servía a la disgregación nacional y el beneficio de pocos. Esta diferenciación orientó su vida, lo alejó de las ideologías de izquierda y derecha que tenían vigencia en el mundo y en la Argentina en la década de 1930. Iba a ser un político nacional que serviría como pocos a la nación y a su pueblo.
El 6 de septiembre de 1930 se produjo el derrocamiento del presidente Hipólito Yrigoyen. Allí comprendió que su futuro estaría ligado a la política y comenzó desde el llano, afiliándose a la Unión Cívica Radical (UCR). Fiel a sus principios democráticos, rechazó recibir su diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires en un acto público del que participaría el presidente provisional, el general Uriburu; distinción que recibió finalmente más de 50 años después, ya en plena democracia.
El 5 de enero de 1933 se casó con Elena Faggionato, quién sería para él “una compañera, una secretaria y formidable sostén espiritual”. En agosto de 1937 nació su única hija, Elena.
Como abogado se especializó en derecho civil y comercial y presidió la Asociación de Abogados de Buenos Aires. Durante el tiempo en el que las libertades individuales estuvieron cercenadas, fue el abogado de los presos políticos quienes se convirtieron en sus clientes predilectos.
Diputado Nacional
En abril de 1945 nació una nueva línea interna del Radicalismo, integrada por jóvenes, entre quienes se destacaba Arturo Frondizi. Dispuestos a luchar por la reconstrucción ideológica del partido, lanzaron el Movimiento de Integración y Renovación (M.I.R.), cuya “Declaración de Avellaneda” fijó los lineamientos de un programa que, a partir del año 1948, se transformó en el programa oficial de la U.C.R. En 1946, con el triunfo del General Perón en las elecciones generales, muchos jóvenes radicales ingresaron al Congreso Nacional, entre ellos el Dr. Frondizi. Como diputado nacional, integró el famoso bloque de los 44, que era presidido por Ricardo Balbín y cuyo vicepresidente era Frondizi.
Como legislador, se destacó por su seriedad para estudiar y desarrollar los problemas nacionales. Fue respetado por sus pares y, por su autoridad moral y solvencia, fue considerado como uno de los parlamentarios más competente. Su actuación abarcó temas políticos, económicos, culturales e internacionales.
En 1951, la Convención Nacional de la U.C.R. proclamó la fórmula Balbín- Frondizi para las elecciones presidenciales. El 31 de enero de 1954 fue designado como Presidente de la U.C.R. y, como tal, produjo una profunda reorganización y le aportó el recambio generacional y doctrinario que necesitaba el país y el partido.
Al producirse la Revolución Libertadora, Frondizi buscó soluciones para evitar enfrentamientos inútiles y trató de reconstituir el Movimiento Nacional para lograr la pacificación de la Nación. El 9 de noviembre de 1956, la Convención Nacional de la U.C.R, en Tucumán y por el voto unánime de los 136 convencionales presentes, nominó como candidatos a presidente de la república al doctor Arturo Frondizi y como vicepresidente a Alejandro Gómez.
Fue recibido en la Convención con una gran ovación y es muy interesante repasar algunos conceptos de su aceptación:
“….El Radicalismo parte de una concepción del hombre como ser sagrado. Con finalidades morales y espirituales, cuyo clima esencial es la libertad…En el ejercicio del gobierno nos preocuparemos de garantizarles la libertad a los argentinos que no piensen como los radicales.”
“Estamos seguros de que, si el país toma en sus manos su propio destino económico, agro, minería e industria serán las bases para un proceso de integración nacional”
“Esta es la hora de la acción, especialmente para ustedes, muchachos (refiéndose a los jóvenes). Estudien mucho, trabajen mucho… Esta campaña debe basarse sobre afirmaciones del futuro. No hay que dedicarse a remover los odios del pasado. Hemos sufrido mucho, pero hemos perdido definitivamente la capacidad de odio”
Frondizi no era un dogmático y tenía mucho contacto con la gente. Conoció a Rogelio Frigerio quien se convirtió en su referente doctrinario y fue quien le aportó el “método de interpretación de la realidad” que sirvió de base para la elaboración de un programa consistente, inserto en el mundo y que permitió desenvolver la potencialidad de la Argentina. Frigerio estaba vinculado a hombre de distintas vertientes ideológicas, procedentes de la izquierda nacional, nacionalistas, académicos y empresarios, y fue quien que le brindó el marco de referencia que posibilitó un programa de gobierno revolucionario, que en democracia alcanzó objetivos inimaginables.
Durante la campaña electoral previa a las elecciones del 23 de febrero de 1958, Frondizi expuso el programa y fue informando al Partido y a la opinión pública sobre lo que pensaba realizar en caso de llegar al gobierno en caso de ser electo, que se centraba en el siguiente trípode:
- Paz social
- Legalidad para todos
- Desarrollo económico
Días antes de las elecciones, pronunció un discurso radiofónico. “El mensaje para Veinte Millones de Argentinos” donde expuso su programa y en el expresó que
“…..su candidatura no es exclusivamente partidaria sino la solución integradora que permitirá el encuentro de compatriotas que no militan en las filas de la U.C.R.I, para que el país encuentre el rumbo de su realización nacional bajo el signo de la Paz, la Justicia y la Libertad”
“El programa debería ser una obra común, llamando a colaborar a todos los hombres y mujeres honestos y capaces, que coincidan con nuestra decisión de hacer un gobierno constructivo de Paz e Integración Nacional”
“Es indispensable la Conciliación Nacional. Daremos estabilidad al proceso argentino mediante la sanción de una ley de Amnistía”
“el país necesita un enérgico impulso para un rápido desarrollo. El país manejará en su beneficio los resortes económicos esenciales, como Energía, Petróleo, Comercio Exterior o Siderurgia. Llamaremos a colaborar a cuantos deseen aportar su experiencia técnica, su capacidad o su esfuerzo personal, vengan de donde vinieren, para romper el estado de estancamiento se recurrirá al esfuerzo nacional y al aporte del capital extranjero”.
Presidente de la Nación
Este programa, luego del triunfo en las elecciones generales, fue aprobado por la U.C.R.I. como el programa del gobierno que asumió el 1 de mayo de 1958, donde el restablecimiento del Estado de Derecho y la seguridad jurídica debían ser puestas al servicio de un objetivo dominante: impulsar el desarrollo económico nacional, sobre un fundamento de justicia social y de absoluta vida moral.
El 1 de mayo de 1958, frente a la Asamblea Legislativa entre otros conceptos expresó:
“Nos aguarda una inmensa tarea. Tenemos que librar una lucha sin cuartel contra el atraso, el estancamiento, el desánimo y la desesperanza. Tenemos que extirpar hasta sus raíces la ignorancia, la miseria, la enfermedad y el miedo al futuro. Tenemos que aplicar toda nuestra fuerza y toda nuestra inteligencia para levantar este país y lanzarlo hacia delante. Habrá que construir puentes, diques, caminos, oleoductos, usinas y fábricas. Habrá que volcar tractores, equipos electrógenos, talleres y máquinas agrícolas sobre todos los campos. Tendremos que multiplicar los camiones, los vagones y las locomotoras. Las alas argentinas surcarán todos los cielos y la bandera de la patria flameará sobre todos los mares, como una mensajera del progreso. Tendremos que movilizar todas las energías y todos los recursos. El destino nos ha lanzado un desafío, y el pueblo argentino lo ha aceptado. Tenemos que vencer, porque esta lucha sin cuartel la hemos de librar en nombre de la justicia y de la libertad.”
En el 1958, la Argentina era una nación en crisis. Se habían agotado los excedentes del intercambio internacional que habían disimulado los problemas inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La industria liviana, por su parte, no podía crecer. Frente a este cuadro no había alternativas, había que modificar la estructura para que permitiera el avance de un pueblo ávido de progreso.
No era cuestión de administrar mejor la vieja estructura, era menester generar un “momento de ruptura”. Y esa fue la tarea inmensa que desarrollaron Frondizi y sus colaboradores. Desde el planteo de la política internacional, Frondizi y Frigerio analizaron las consecuencias de la “Guerra Fría”. Concluyeron que existiría una “coexistencia pacífica” y que el mundo se encaminaría hacia la paz, lo que implicaba que grandes excedentes de capital extranjero estarían disponibles para ser captados por los países subdesarrollados y para poder destinarlos al desarrollo nacional. La otra variable clave del análisis fue el “deterioro de los términos de intercambio”, que generaban crecientes asimetrías entre los productos primarios, producidos por países subdesarrollados, y los productos terminados y los insumos para producirlos, que producían los países desarrollados (además estos últimos también comenzaron a producir productos primarios y tendían al autoabastecimiento). He aquí el dilema del subdesarrollo. Esta situación era particularmente importante para un país como Argentina, que entre fines del siglo XIX y comienzos del XX se había constituido como una potencia exportadora de productos primarios y vivía de la agricultura y la ganadería, pero que, debido al incremento de su población, había pasado de consumir solo el 50% de su producción y exportar el resto en la década de 1930, a consumir el 80% en 1958.
Pero además, existieron otras causas que fueron sinérgicas e impulsaron a Frondizi, Frigerio y al Desarrollismo a producir un “momento de ruptura”. Entre ellos:
- La elevación del nivel de vida, que diversificó la demanda de bienes y el crecimiento del mercado interno (autos, artefactos eléctricos, etc), que estimuló la expansión de la industria liviana.
- Un mercado doméstico que requirió materias primas industriales, combustibles, energía, maquinarias y productos químicos para abastecer a esta industria liviana.
- La baja productividad del agro por falta de capitales y tecnología.
- El aumento de los precios de los insumos y productos que Argentina debía importar y la regulación de los monopolios que los manejaban
- Servicios públicos a cargo de empresas estatales ineficientes y con alta pérdida anual.
- Un sistema educativo monopolizado por el Estado.
- Burocracia en aumento y al servicio de la política partidaria.
Este marco estratégico, agravado por la falta de dirigentes nacionales preparados para mirar el mundo y posicionar a la Argentina aprovechando su potencialidad, fue lo que produjo la pobreza, en todo sentido, que encontró Frondizi al llegar al gobierno. Los lineamientos estratégicos del programa de gobierno apuntaban a dar respuesta a dicho marco:
- Lograr la integración del país a través de la paz social, indispensable para que, en armonía, surgiera lo mejor de los argentinos;
- Legalidad para todos, estableciendo las normas constitucionales y las leyes como el marco de referencia para alcanzar el progreso individual y de la sociedad en su conjunto, sobre la base de valores y en libertad.
- Y los fundamentos del progreso económico fueron: la industrialización acelerada, la tecnificación del agro, el autoabastecimiento petrolero, la promoción de industrias básicas (acero, química, petroquímica, celulosa) y el desarrollo de las comunicaciones, transportes, caminos a lo ancho y largo del país, además de promulgación de normas indispensables para el bienestar de la sociedad.
Breve semblanza de la Gestión de Gobierno (1958-1962)
A continuación, se presentará una breve semblanza de la gestión del gobierno del Doctor Arturo Frondizi (1 de mayo de 1958 – 29 de marzo de 1962), buscando resaltar los valores notables de su personalidad y los de su acción política y de gobierno a favor de la Argentina y de su pueblo.
Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio habían convenido un pacto, o compromiso político, donde el peronismo sumaria sus votos a la U.C.R.I. Con ellos, la U.C.R.I ganó las elecciones con 3.989.478 sufragios contra 2.526.611 que obtuvo la fórmula Balbín – Del Castillo, de la U.C.R.P.
En el Congreso Nacional, la Cámara de Senadores estaba compuesta exclusivamente por miembros de la U.C.R.I. En Diputados, sobre 187 representantes, 133 eran del bloque oficialista; la U.C.R.P. tuvo 52 Diputados y el Parido Liberal de Corrientes obtuvo dos bancas. El Dr. Alfredo García fue el presidente del bloque en el Senado y el Dr. Héctor Gómez Machado del bloque de Diputados.
La Secretaría de Relaciones Económicas y Sociales fue encomendada a Rogelio Frigerio, un eficaz aliado, que brindó, a través de un calificado equipo de colaboradores, la elaboración de proyectos políticos – económicos y, por medio de una estrecha vinculación con el Presidente, pudo darle impulso a una gran cantidad de políticas, que habían sido sostenidas con anterioridad desde la Revista “Que”, dirigida por el mismo Rogelio Frigerio.
La Secretaría de Coordinación y Enlace fue ocupada por el Coronel Juan Enrique Guglialmelli, la Ejecutiva por Samuel Smuckler y la Técnica por Nicolás Babini.
El Federalismo tuvo su más alta expresión histórica, porque los gobernadores pudieron llevar adelante sus propios proyectos de desarrollo, pero acompañados en el campo político nacional por el Presidente, que entendía que era necesario impulsar el desarrollo en todo el territorio nacional, dando cabida a la industria y a los sectores generadores de riqueza. Esto requería de un sistema de transporte y comunicaciones capaz de vincular las regiones entre sí, una eficaz política energética, el aprovechamiento de todos los recursos naturales y su procesamiento en las zonas de producción, una política clara de radicación industrial, en especial de las industrias pesadas y el estímulo a la industrialización local de la producción agropecuaria.
El Gobierno Desarrollista planteó un programa que puede reducirse a puntos fundamentales, y que en su aplicación práctica debían superar los factores opuestos al cambio. Ese programa, por otra parte, tenía un profundo contenido social, dado que lo económico era abarcativo y englobaba a la educación, el estímulo de los valores del espíritu y el conjunto de atributos sociales que conlleva el progreso. Para ello, desechó las antinomias agro-industria, capital nacional-capital extranjero, estatismo-libre empresa, y combinó la función conjunta del Estado y los productores con el más franco estímulo a la actividad privada. Preparó la conciencia de los industriales, trabajadores, técnicos, políticos y militares, para llevar adelante un proceso de transformación profundo y establecer acuerdos para la integración geoeconómica. Esta concepción justificó el proceso dinámico y progresivo que impulsó Frondizi y que, de no haberse interrumpido después de su derrocamiento, habría colocado a la República Argentina en el camino de un rápido y sustancial crecimiento.
Al asumir el gobierno el país estaba divido entre peronistas y antiperonistas y la situación económica era critica, dado que entre 1948 y 1958 la producción nacional por habitante había caído un 6%, la superficie cultivada se mantenía estacionaria desde 1940, la red vial no había aumentado desde 1938, el 80 % de la energía consumida se obtenía quemando petróleo, y de este se importaba el 60 %, o sea que la mitad de la energía que hacia funcionar al país provenía de fuentes exteriores. Los 1.300 millones de dólares en oro y divisas de reservas con los que disponía el país en 1945 se habían desvanecido imprevisoramente, hasta convertirse en 1958 en solo 179,1 millones, aplastados por una deuda externa que superaba los 1.000 millones de dólares. El total de empleados de la administración nacional se multiplicó por tres entre 1943 y 1958. El déficit de energía, transporte y vivienda, era tan pavoroso como los que arrojaban las balanzas de pago y comercial. Era un país que tocaba fondo, trabado por el odio, la desconfianza y los prejuicios. La crisis era de orden estructural, dado que se concentraba en una economía agropecuaria estancada, una industria liviana carente de bases siderúrgicas, petroquímicas y energéticas, servida por un sistema vial y ferroviario descuidado y con costos altos de energía eléctrica.
Frondizi imprimió a su gobierno una fuerza y un rumbo estratégico, que atacaba los problemas del país. Generó varios frentes de batalla, pero sin duda, las batallas relevantes la constituyeron el desarrollo de la política petrolera, el acero, la energía eléctrica, el desarrollo industrial de base y las obras de infraestructura. Luego de cuatro años de gobierno, pudo esgrimir los siguientes resultados:
- En tres años de gobierno la producción de petróleo y gas aumentó en 150 %.
- El consumo de acero saltó de 94 kilos por habitante en 1958 a 115 en 1961.
- El consumo de cemento aumentó en 20% entre 1958 y 1961.
- En el mismo período, aumentó en 17 % la producción de energía eléctrica.
- La red vial se incrementó en 10.000 kilómetros.
- La producción industrial aumentó en 10 % entre 1958 y 1961, cifra extraordinaria si comparamos el 16 % de aumento que ocurrió entre 1948 y 1958, período tres veces más largo.
- En 1958 se construyeron 10.000 tractores, en 1961 25.000.
- En este mismo año se fabricaron 100.000 automotores.
- Entre 1958 y 1961 se invirtieron 450.000.000 de dólares en diversos sectores productivos.
- La potencia instalada de energía pasó de 2.900.000 kilovatios en 1957 a 3.570.000 kilovatios en 1961, con lo que el consumo aumentó de 475 a 527 kw por habitante, previéndose para 1964 una potencia instalada de 5.100.000 kilovatios.
- A principios de 1962 el aumento del costo de vida estaba virtualmente detenido y la moneda clavada en su valor permanente.
- Los gastos oficiales eran en 1961 menores en 10 % a los de 1958. La administración central registraba superávit.
- A nivel internacional, desplegó una política donde la República Argentina tuvo un plano de igualdad con las potencias centrales.
Fue un gobierno de grandeza, donde el cambio comenzó por un reverdecer espiritual y exigía una nueva visión de la política. Podía negociar con militares sublevados, a pesar de disponer de fuerza para aplastarlos, pedía callar frente al agravio, la calumnia o el ataque sin sentido. Pero así, anteponiendo los objetivos grandes a la cuestión menuda, logró el autoabastecimiento petrolero, al desarrollo siderúrgico y la devolución de la C.G.T. a los trabajadores.
El Doctor Frondizi, antepuso siempre los objetivos e intereses nacionales, y para lograr esos fines, tuvo que soportar toda clase de injusticias. Aún están pendiente de realización los grandes objetivos que planteó su gobierno: Paz social, legalidad y desarrollo nacional en democracia.
El golpe de Estado
Entre 1958 y 1962 tuvo más de treinta planteos militares, hasta que finalmente la profunda división entre peronistas y antiperonistas desencadenó el Golpe de Estado del 29 de marzo de 1962, produciéndose su relevo por la fuerza.
A partir de la caída de su gobierno, el Doctor Frondizi continuó luchando por las ideas del desarrollo y la integración. Su madurez y experiencia era requerida en todo los momentos clave de la historia que posteriormente debió enfrentar nuestro país. Así su prestigio y experiencia, tanto en asuntos internos como internacionales, siguieron prestando servicios a la Nación.
Arturo Frondizi, tanto durante su mandato como después de su derrocamiento, cumplió un papel importante dentro del la política exterior Argentina. Vale destacar que fue el primer Presidente de la Nación Argentina en visitar los Estados Unidos, así como también sus viajes oficiales a Europa y Asia (entre ellos, China, India y Japón). También fue interlocutor de figuras de peso internacional como Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Dwight Eisenhower, J.F. Kennedy, Konrad Adenauer, General De Gaulle, Juscelino Kubistchek y Jaino Quadros.
Centro de Estudios Nacionales – C.E.N.
Arturo Frondizi fundó el C.E.N en 1956. Comprendió que era imperioso estudiar los problemas nacionales con seriedad y profesionalismo y desde allí, con un sentido apartidario y generoso, a través de un centro de estudios complementario a la actividad militante, promover las soluciones que el país necesitaba. Comenzó a funcionar en Luis María Campos 665, como centro de elaboración programática y de instrumentación de la campaña electoral de la UCRI.
Luego de su prisión y confinamiento, el 27 de agosto de 1963, el Centro de Estudios Nacionales se organizó como Fundación y de esa manera se logró total independencia de toda institución, tanto política como de cualquier otra, así como autonomía económica. A partir del 3 de abril de 1964 se reiniciaron sus actividades en un nuevo local en la casona de Teniente General Perón 2373, donde funcionó hasta el fallecimiento del Doctor Frondizi.
Un importante legado, conformado por material bibliográfico y de archivo, fue donado a la Biblioteca Nacional luego de fallecimiento del Dr. Frondizi. En la actualidad, funciona como Asociación Civil y lo preside la Profesora Emilia Menott, quien mantiene viva el espíritu de su fundador.
Movimiento de Integración y Desarrollo – MID
Como consecuencia de las diferencias entre Oscar Alende y Arturo Frodizi frente a la posición que debía adoptarse en las elecciones de 1963, se produjo la división en el seno del partido. En aquel entonces, Frondizi se encontraba encarcelado e impulsaba un frente electoral con el peronismo, pero la Justicia no avaló la constitución del mismo. Ante este escenario, Frondizi decidió que la UCRI se abstuviera de participar en los comicios. Sin embargo, Oscar Alende consiguió la autorización judicial para presentarse como candidato a Presidente por la Unión Cívica Radical Intransigente. El rechazo frente a esta decisión y la abstención tanto del frondicismo como del peronismo en las elecciones de aquel año llevó al electorado a inclinarse masivamente por el voto en blanco y, por lo tanto, al fracaso de la UCRI.
En respuesta a esta situación, Frondizi, Frigerio y dirigentes desarrollistas de todo el país, fundaron el Movimiento de Integración y Desarrollo (M.I.D), tomando como base la experiencia de los grupos de trabajo de la campaña de 1958, la necesidad de contar con grupos de investigación y análisis de los problemas nacionales, considerando que toda tarea política que se proponga la transformación de la sociedad debe estar fundamentada sobre el real conocimiento de los temas a resolver, y para impulsar el Movimiento Nacional. Con la fundación se establecieron como síntesis: “…la primera bandera que el Movimiento habrá de sostener como síntesis de su pensamiento y acción es la integración nacional, con su profundo significado de unión sin rencores, de sufragio libre, de eliminación de las proscripciones, de superación de todos los antagonismos de nuestra historia lejana o reciente; la segunda es la del desarrollo, es decir, la idea del crecimiento acelerado del país, la tercera es la justicia social, o sea la justa distribución de la riqueza creada por el esfuerzo de todos; la cuarta es la política internacional independiente, o sea la defensa de nuestro interés nacional; la quinta es la de la cultura nacional, fundada en la adaptación de nuestro pueblo y su formación espiritual a las grandes corrientes del mundo actual, pero afirmando los valores propios que distinguen al ser argentino”
Me interesa rescatar solo algunos aspectos que podrían ser útiles en el futuro y servir de faro para superar las graves dificultades que enfrenta en estas horas nuestro país:
- La política Argentina necesita ejemplos éticos y cívicos encarnados en sus máximos dirigentes. Sin ejemplos, o con malos ejemplos, la sociedad, y especialmente la juventud, no tiene referentes. La historia personal y la visión estratégica del Doctor Arturo Frondizi podrían servir de referencia. Además, es necesario el profesionalismo. Se debe contar con equipos y con cuadros profesionales especialistas en cada área de acción y son un requisito básico, así como los valores éticos y morales para crear riqueza en el país, su vocación para desempeñar el rol de servidor público. Debería ponerse en marcha el circuito virtuoso: actividad pública, educación y empresa e impulsar un proceso intenso de generación de riqueza, dijo Frondizi: “no se puede repartir miseria: hay que producir primero si queremos repartir riqueza”.
- Lograr la Paz Social con legalidad para todos. Al respecto, Frondizi sostuvo: “…..no hay opción alguna entre la legalidad y la anarquía, los argentinos no podemos sobrevivir si no extirpamos totalmente el odio partidista y sectario que nos divide y no creamos las condiciones institucionales, morales y sociales que hagan posible la convivencia pacífica de todas las opiniones y todos los intereses que se ajusten a la ley”. En ese contexto, entre otras, promulgó la Ley de Amnistía amplia, restituyo la Personería Jurídica y devolución de los bienes a la Confederación General del Trabajo y derogó las normas represivas del derecho de huelga. Se ocupó de facilitar las herramientas jurídicas para el pleno desarrollo de la sociedad: Ley de Asociaciones Profesionales, El Estatuto Docente, La Ley de Universidades Privadas (Ley de Enseñanza), Ley de Radicación de Capitales, Ley del Petróleo y lanzamiento de la batalla del Petróleo para obtener el autoabastecimiento, Ley de Promoción del Turismo, Creación de la Dirección Nacional de Seguridad y Protección Social de la Mujer, Creación de la Dirección de Enseñanza Artística, Creación de la Comisión Nacional Argentina para la Unesco, Creación de la Junta Nacional de Represión del Contrabando, Creación de Yacimientos Carboníferos Fiscales, etc.
- La integración de nuestro país es imperativa y fue sustantiva en su obra de gobierno. El Dr. Frondizi fue acompañado por hombres y mujeres que se destacaban por el empuje sano hacia el desarrollo y la integración nacional. Los Gobernadores, Legisladores y Funcionarios en general tenían pautas claras de las prioridades y de los valores que debían aplicar en su acción, pero respetando al concepto “Republicano” y el “Federalismo”. Cada uno de ellos contaba con un aliado en el Poder Ejecutivo para promover el desarrollo y la integración de cada rincón del país.
El Presidente Doctor Arturo Frondizi fue destituido luego de innumerables planteos militares, pero hasta quienes lo depusieron del gobierno y fueron sus detractores, reconocieron luego que fue una de las etapas fundamentales de la transformación estructural del país.
Al regreso de su prisión y confinamiento, sin odios ni rencores dijo: “No reconozco enemigos ni adversarios personales. Quienquiera que trabaje por el país es mi amigo y contará con mi apoyo y mi aliento argentino”
Han transcurrido 20 años de su muerte pero los valores personales y políticos del Doctor Arturo Frondizi tienen plena vigencia y continúan alumbrando el camino de los argentinos.
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