Ferrari del Sel

Sobre el estante más alto de la biblioteca del Centro de Estudios Cándido Carballo cuelga un cartelito precario, impreso  en papel: «Donde se quiere a los libros también se quiere a los hombres». No es casualidad que el director del centro sea Eduardo Ferrari del Sel. Dirigente de larga trayectoria desarrollista en Rosario, Ferrari del Sel hizo del estudio una forma de militancia. Es médico, pero su tema es el petróleo. Analizó minuciosamente y conoce como pocos los detalles de los contratos petroleros que se firmaron durante el Gobierno de Frondizi. Llega a la entrevista con papeles, informes y libros sobre el tema. No los necesita: hace gala de su memoria, repasa con precisión hechos, fechas y protagonistas. Sabe, conoce el tema y le gusta contarlo. Vivió en persona la fractura del radicalismo y el nacimiento del MID; explica con una claridad impecable cómo fue y por qué pasó. «Frondizi creía que en Argentina había muy buenos políticos, pero tenían un grave defecto: que no estudiaban», asegura. La cita es una declaración de principios. Así entiende y vive la política Ferrari del Sel.

¿Por qué se metió en política?

Yo hice el secundario en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay. Allí tenía un compañero del que era muy amigo, Eduardo Plumer, que era de la juventud intransigente local. La intransigencia era minoría en Entre Ríos. Allá el radicalismo estaba dominado por el unionismo alvearista de [Eduardo] Laurencena y compañía. La juventud intransigente de Concepción tenía un galón viejo en calle Jujuy, que entonces era una calle de tierra. Ahí escuché por primera vez a Frondizi. Me llamó la atención: entonces todo el mundo hablaba del dominio de Perón y de la dictadura, pero Frondizi habló de la economía de base, de la década infame, del pacto Roca-Runciman. Era distinto.

¿Entonces se sumó a la intransigencia?

Mi hermano y yo nos hicimos frondizistas. Éramos frondizistas, más que intransigentes. Cuando terminé el bachillerato me fui a Rosario. Estudié dos años y en el 55 me tocó hacer la colimba en la Marina. En el 56 pedí el pase a la UBA y cursé tercer año de medicina. Entonces me fui acercando al Comité Nacional, en Riobamba 482. Frondizi era el presidente de la UCR.

¿Qué tenía Frondizi que lo hacía tan atractivo?

Hablaba distinto. ¿Sabés que nos decía Frondizi en el Comité Nacional? «No hay que ser radicales, hay que ser nacionales». ¡Y lo decía el presidente del radicalismo! Era muy importante. Era un apasionado por el país.


PARTE 1 | POLÍTICA PETROLERA

Es médico. ¿Por qué se dedicó a estudiar la política petrolera de Frondizi?

Yo siempre fui un peleador político en todos los aspectos. Nunca fui un espectador pasivo. En todo lo que me metí y me gustó, peleé. Tal vez ingenua o inocentemente, no sé, pero peleé. Cuando tuve una idea la defendí a muerte.

¿Por eso se propuso estudiar los contratos petroleros?

Había conseguido los contratos y los leía de camino a la facultad, en el tranvía. La gente decía: “Nadie conoce los contratos”. Y yo pensaba: “¿Por qué están en contra, si no los conocen?”. Estaban publicados. Los leí 50 veces, me los sabía de memoria. Hay un desconocimiento total de la clase política sobre la política petrolera. No tienen ni idea de la historia petrolera. El único que logró lo que quería [el General Enrique] Mosbconi fue Frondizi. La batalla del petróleo es un hito, un pilar fundamental de la soberanía energética. Juan Carlos De Pablo dijo alguna vez: «El cemento del país no alcanza para hacer un monumento a Frondizi y Frigerio por lo que han hecho en petróleo».

¿Cuál era el fundamento de la política petrolera de Frondizi?

Las banderas de Yrigoyen y de Mosconi eran: monopolio de YPF y propiedad estatal del petróleo, hasta lograr el autoabastecimiento. Esto lo cuenta muy bien Frondizi en su libro Petróleo y política. ¿Qué hizo Frondizi? Propiedad estatal del petróleo, monopolio de YPF y autoabastecimiento. ¿Dónde está la contradicción con el libro Petróleo y política? No existe.

¿No ve una contradicción entre lo que escribió Frondizi en el libro y lo que hizo en el Gobierno?

No, la base era esa. Lo esencial era nacionalizar el petróleo, el monopolio de YPF y el autoabastecimiento. Y ese fue el eje principal.

Pero algo cambió en los planteamientos de Frondizi…

Frondizi dijo: “A YPF le damos todo”. Pero llegó a la conclusión de que YPF no tenía capacidad financiera, económica ni técnica para completar esa obra ciclópea. En tres años el país pasó de producir cinco millones de toneladas de petróleo a quince millones.

¿Cómo lo logró?

Compró 36 perforadoras para YPF. La mayor compra de la historia de la empresa. Tenía 100 plataformas trabajando en simultáneo en todo el país. YPF llegó a producir por administración casi 11 millones de toneladas. Duplicó la producción en tres años. Como no era suficiente para romper el déficit, Frondizi planteó los contratos. Por ley, el petróleo era propiedad del Estado Nacional. Se buscaron contratistas para que trabajaran para YPF. Se ofrecieron áreas ricas en petróleo a esas empresas, pero las compañías no tenían ningún derecho de propiedad, ni sobre el área a explotar ni sobre el petróleo extraído.

¿Qué tipo de contratos eran?

Eran contratos de servicio, como los que hizo Pemex en México toda la vida. Eran de tres tipos: perforación, explotación y exploración. Los de perforación eran, teóricamente, lo ideal. YPF contrataba a una empresa para que hiciera, por ejemplo, mil pozos en dos años. La empresa cobraba por cada pozo. Pero para YPF era difícil de afrontar el costo porque tenía que sacar la plata de algún lado. Por eso usaba los de explotación, en ese caso la empresa hacía la extracción e iba cobrando en la medida que sacaba petróleo.

¿Y el de exploración?

bEse contrato se le dio a Shell y a Esso para que exploraran petróleo en Neuquén y Río Negro. Si encontraban petróleo, se hacía un contrato de explotación. Fue el caso de la Banca Loeb. Pero igual era todo de YPF, nunca de ellos. Trabajaban por cuenta de YPF.

¿Se parecía el contrato que proponía Perón con la California Oil Company a lo que planteó Frondizi?

No, nada que ver. Frondizi pagaba para que sacaran petróleo y si no sacaban, no cobraban. Perón le daba por 40 años a la California una superficie equivalente a 50.000 kilómetros cuadrados. Más de medio Entre Ríos. Un 20% de Santa Cruz, al sur del Calafate, en el límite con Chile. El contrato establecía la obligación de explorar y producir 13 millones de toneladas en 40 años, muy poco. Además la empresa tenía la posibilidad de construir muelles, sistemas de comunicación y  pistas de aterrizaje, cuyo uso estaba a cargo exclusivo de la compañía y no tenía la obligación de ponerla a disposición de terceros. Así que podían tener una base militar norteamericana y el país no podía decir nada. A lo mejor no, pero estaba abierta la puerta.


PARTE 2 | LA ANULACIÓN DE LOS CONTRATOS PETROLEROS

Alguna vez lo escuché decir que Illia en realidad no anuló los contratos. ¿A qué se refiere?

Illia promulgó un decreto el 15 de noviembre de 1963 que declaró nulos todos los contratos. Todos. El Tribunal de Cuentas de la Nación le había dicho a Illia que eran válidos, pero los anuló igual. Shell y Esso habían firmado contratos de exploración y no habían encontrado petróleo en cantidad suficiente, pero con la anulación de los contratos recuperaron todo lo que habían invertido. Era un contrato de riesgo, en el que todo lo invertido se perdía si no encontraban petróleo, pero con la anulación recibieron de nuevo los 50 millones de dólares que habían invertido más 20 millones de indemnización. En total se pagó cerca de 200 millones, si se suman pequeñas compañías que también habían firmado este tipo de contratos.

¿Y el resto de los contratos?

Los contratos de perforación ya habían cesado. Los habrá anulado en los papeles, pero en la práctica no cambió nada. En los casos de contratos de explotación, el Gobierno no ocupó las áreas de extracción y las compañías seguían cobrando.

¿Cómo seguían cobrando si se habían anulado los contratos?

Illia se equivocó. El Ejecutivo había firmado un contrato con compañías petroleras y el mismo Ejecutivo los declaró nulo después. Uno puede elevar un reclamo a la Justicia, pero no puede anular uno mismo lo que había firmado. Las compañías contratacaron y demandaron al Estado. La justicia dijo: “No innovar”. Un juicio puede durar años. ¿Qué hacíamos mientras tanto? Entonces, el gobierno hizo un acuerdo con las petroleras, mientras resolvían el tema de fondo.

¿Qué acuerdo?

Siempre se estuvo negociando. Mientras tanto, las compañías sacaban petróleo y el Gobierno pagaba un millón de dólares mensuales a cambio. Después cayó Illia, llegó [Juan Carlos] Onganía y arregló. Además, quitó algunas cláusulas que eran favorables para el Gobierno. Cosas pequeñas, pero los contratos ya no eran tan buenos como antes.

¿Por qué anuló los contratos, entonces?

Fue una locura total. Yo siempre digo que la decadencia argentina comenzó con Illia: paralizó la obra de desarrollo. El país estaba en pleno desarrollo y lo paró. ¡Pam!

¿Qué lectura hace de la política petrolera después de Frondizi?

La producción petrolera llegó a 15 millones de toneladas con Frondizi. Con Illia bajó un poco y se mantuvo ahí abajo. Después de Illia vino Onganía, que reformó la ley de Frondizi. Mantuvo la propiedad estatal, pero quitó el monopolio a YPF y permitió otorgar concesiones. Eso estaba prohibido con Frondizi. En esos años la producción subió a 24 millones. Con Perón e Isabel bajó a 22 millones. Durante la última dictadura subió hasta 28  millones. Llegó Alfonsín y bajó a 25 millones. Pero tenía el gasoducto en Neuba y con el envío el gas de Neuquén a Buenos Aires logró el autoabatecimiento. El verdadero autoabastecimiento se logró en el 88 con [Rodolfo] Terragno, que se vanagloria de haberlo logrado él.

¿En qué sentido el verdadero autoabastecimiento?

Porque con el gas llegó a superar las necesidades del país. Frondizi llegó justito y lo echaron. Igualmente, cuando lo derrocaron el autoabastecimiento ya no era un problema tan grande. Se había pasado de cinco millones a quince. ¿Cómo se volvía atrás? No se podía. Ya se había logrado. Argentina era productora de petróleo.


Ferrari del SelPARTE 3 | LUIS CÁNDIDO CARBALLO

¿Quién fue Luis Cándido Carballo?

Carballo fue intendente de rosario entre 1959 y 1961. Dos años, nada más. En 1961 fue electo gobernador, le ganó al peronismo mano a mano. Compitió contra la fórmula peronista Tarrico-Abraham sin proscripción y ganó por más de 30.000 votos.

¿Hubo elecciones para intendente de Rosario en 1959?

No, Rosario no elegía intendente. No tenía autonomía, como la Capital Federal. Lo elegía el gobernador. Solo Rosario y Santa Fe capital tenían este régimen en la provincia. Carballo era el presidente del Consejo Deliberante. El primer intendente de [Carlos] Sylvestre Begnis fue Francisco Lechini, que renunció. En el 59 fue designado Carballo.

Carballo estuvo solo dos años, pero se lo recuerda como un gran intendente. ¿Por qué?

Era un tipo ejecutivo. Cuando llegó, el tema del transporte era dramático en Rosario y lo resolvió. La basura se recolectaba con carros a caballo y fue cambiando los caballos por camiones y arregló todo. También organizó los taxis. En lo que ahora es la Plaza Pinasco o Plaza Montenegro estaba el mercado central de Rosario, que era un criadero de ratas que se caía a pedazos; él lo demolió e hizo la plaza. También hizo la ley de promoción industrial y construyó infraestructura para evitar las grandes inundaciones. Congeló los cargos públicos: la municipalidad redujo sus empleados de 6.000 a 3.500. La entrada a Rosario era un desastre. Era un veredón viejo con dos calles finitas de empedrado y el tranvía pasaba por el medio. Él demolió todo e hizo el ingreso Rondeau. Además diseñó una ley, que todavía no se reglamentó, para crear una prefectura del Gran Rosario. Una autoridad superior para coordinar el transporte y todos los servicios públicos del Gran Rosario.

¿Todo en dos años?

Sí. Carballo decía: «Un intendente que no gobierna pensando en los próximos 40 años, no sirve».


PARTE 4 | EL QUIEBRE DE LA INTRANSIGENCIA RADICAL

Balbín y Frondizi estaban juntos en la intransigencia. ¿Por qué se distanciaron?

Balbín era frondizista. Frondizi fue electo presidente de la UCR en 1954 cooy fue reelecto en 1956. En marzo de 1956 se reunió en Avellaneda el plenario del Comité Nacional para renovar autoridades. Balbín dio el primer voto y lo fundamentó con un discurso: “Voto por Frondizi porque representa la honradez histórica y la decencia de la Unión Cívica Radical, voto por Frondizi porque… y usted, señor presidente, va a entrar a la Casa de Gobierno en los brazos del pueblo y no por la ventana. Y vaya tranquilo a la Casa Rosada a tratar con el gobierno actual todos los problemas en nombre de nuestro partido y sepa que respaldamos firmemente lo que usted haga”.

¿Y qué cambió después?

El discurso fue en marzo; en mayo ya había tirantez. Recuerdo un acto de Frondizi en un comité de San Telmo en el que había grupos de la juventud de la provincia de Buenos Aires, que respondían a Balbín y no lo dejaban hablar. Cantaban: “vo-to-directo, vo-to-directo”.

¿A qué se referían con voto directo?

Ya te voy a contar. Muchos años después me encontré en La Plata con Macario García, un muchacho de Junin y le pregunté qué había pasado, qué había dicho Balbín en La Plata cuando explicó que iba a romper con Frondizi. Él fue testigo presencial, Balbín dijo: “Me llamó la gente de [Francisco] liceaManrique de la Casa Militar. Me dijo que el Gobierno va a llamar a elecciones para que dentro de un año el radicalismo se haga cargo del poder. Pero siempre que Frondizi no sea candidato, porque es comunista, peronista y demagogo. No está dentro de los fines de la Revolución Libertadora. Por lo tanto, si queremos llegar al Gobierno, vamos a tener que romper con Frondizi”.

¿Entonces se juntó con los unionistas?

Los unionistas eran enemigos de Balbín, no se podían ni ver. Pero de repente se hicieron amigos. Los nuevos amigos de Balbín fueron Zavala Ortiz, Sanmartino, Santander, Laurencena, Mihura, todos los que antes eran sus enemigos. Más los intransigentes de la provincia de Buenos Aires, que él manejaba. [Moisés] Lebensohn siempre decía que luchaba por la limpieza del radicalismo, pero creía que la limpieza debía hacerse dentro de la intransigencia. Balbín no era lebensohniano y la línea dura de Lebensohn era totalmente antibalbinista.

¿La línea de Lebensohn sí acompañó a Frondizi?

Dentro de la línea de Lebensohn, el ala derecha —entre comillas— era [Oscar] Alende, al contrario de lo que mucha gente cree. Los moderados eran los de Alende, los duros ortodoxos eran los de [Héctor] Noblía. Cuando hubo internas y Frondizi fue electo candidato a presidente, en la provincia de Buenos Aires Alende ganó por 1.000 votos a Noblía: 23.000 a 22.000.

¿A qué sector representaba Noblía?

Noblía era la línea dura, era zurdo. Estaba con [José] Liceaga, que era comunista para la gente de afuera. Los zurdos fueron la línea más leal a Frondizi, la que defendió su Gobierno a muerte hasta que cayó.

¿Y Alende?

Alende fue un especulador. Ni de derecha, ni de izquierda. Cuando fue el conflicto entre azules y colorados, él era violeta. No estaba con uno ni con otro. Respondía a [Alejandro] Lanusse, pero apoyó a [Roberto] Levingston. Después dijo: “No, el negocio es ser zurdo, ahí ganás votos”. Entonces se hizo zurdo… y sacó un millón de votos.

¿Cómo era el tema del voto directo?

Como Frondizi tenía dominado todo el aparato del radicalismo,19 el Gobierno militar quería decretar estado de asamblea para todos los partidos y abrir afiliación nueva, de cero. Pero era un Gobierno que había surgido de una revolución que en teoría había venido para derrotar a la dictadura en nombre de la democracia, no podía intervenir los partidos políticos. Esa idea no cuajó. Entonces tuvieron que buscarle la vuelta.

¿Pero a qué hacía referencia el voto directo?

La intransigencia tomó el poder en el partido radical con la bandera del voto directo para elegir todos los cargos. Pero, como cuenta Gabriel del Mazo en su libro sobre la historia del radicalismo, la norma era que se eligieran por voto directo todos los cargos, menos el de presidente y vice. El voto directo hubiera dado supremacía a las provincias grandes: Buenos Aires con Santa Fe y Córdoba hubiera elegido a todos los candidatos a presidente. Para salvar el federalismo, se estableció que la Convención Nacional debía elegir los candidatos a presidente y vice. Fue a propósito, no un olvido. Y había quedado clarito. Desde 189s2 hasta 1958, todos los candidatos a presidente por la UCR fueron elegidos por la Convención radical. La última vez fue en 1956, en Tucumán, donde se eligió la fórmula Arturo Frondizi- Alejandro Gómez.

¿Y de ahí en adelante?

De ahí en adelante el radicalismo del pueblo (UCRP) hizo su nueva carta orgánica y no podía desdecirse. Hubo voto directo y los afiliados votaron: los intransigentes por Balbín y los unionistas por Zavala Ortíz. En la interna, Balbín le ganó a Zavala Ortíz para presidente.

¿Cuándo y cómo se formó la UCRP?

La primera vez que Frondizi y Balbín no asistieron a un acto juntos fue en la Convención de Tucumán de 1956. Cada uno fue por su lado. A esa convención, en la que se eligió la fórmula Frondizi-Gómez, fueron todos los delegados. También los contrarios a Frondizi, que lo único que querían era que se reformara la Carta Orgánica y se eligiera el candidato a presidente por voto directo. Como esa idea no avanzó, los balbinistas, los unionistas y los sabatinistas se quedaron en sus hoteles. Igual se proclamó la fórmula, pero el acuerdo preveía que con dos tercios de los votos de la Convención se pudiera cambiar la fórmula. La idea era que fuera Frondizi-Balbín. El 25 de enero de 1957 se hizo un plenario del Comité Nacional en el teatro cívico de Rosario, para organizar la campaña electoral. Balbín no asistió, por primera vez, y renunció como delegado al Comité Nacional. Ese día, era un sábado, yo estaba en un acto político en el que estaba Alende, que dijo: “Hoy el presidente de la Nación ha pedido la renuncia a todo su gabinete”. El gabinete renunció y Aramburu nombró  a Alconada Aramburú como ministro del Interior, a Acdel Salas como ministro de Educación y Justicia y a un sabatinista como ministro de Comunicaciones. Le dio a los balbinistas Interior, Justicia y Comunicaciones: todos los que manejaban las elecciones. Balbín no quería irse del radicalismo porque se hubiera quedado sin partido. Aramburu le ofreció medio gabinete para crear un partido radical nuevo. También le dio el interventor de la provincia de Buenos Aires, las intendencias y cargos en los gobiernos provinciales.

¿Cómo un nuevo partido radical?

Una vez que los balbinistas ocuparon los cargos en todas las provincias y medio gabinete, Balbín, guapo como era él, renunció a la UCR. El comité de la provincia de Buenos Aires, que él dominaba, se rebeló y desconoció al Comité Nacional. Desconoció las autoridades que había elegido hacía menos de un año. El comité de Córdoba, controlado por los sabatinistas, también se sublevó. Los siguieron otros comités de todo el país y armaron una gran alianza de grupos disidentes. El 15 de febrero de 1957, dos horas antes de que venciera el plazo para anotar nuevos partidos políticos, Crisólogo Larralde presentó la junta reorganizadora de la Unión Cívica Radical.

Pero la UCR existía y tenía autoridades. ¿Podían presentar algo así?

El Gobierno militar había dictado un decreto el año anterior para dar respuesta a las divisiones del Partido Socialista. Estaba el grupo de Américo Ghioldi y el de Alfredo Palacios, el socialismo democrático y el socialismo popular. El decreto establecía que, si hubiera divisiones en un partido, se aceptaría que se anotaran dos o tres partidos con el mismo nombre. Entonces, anotaron esa UCR nueva y la justicia, respaldada por el ministro de Justicia Acdel Salas, que era balbinista, envió una nota a los dos partidos que decía que, como había dos radicalismos, debían diferenciarse por un aditamento. El Comité Nacional respondió que el partido era la continuidad histórica y legítima, nunca impugnada, de la UCR y que, por lo tanto, si había un nuevo partido radical, correspondía que el aditamento se lo agregara aquel. La justicia no aceptó el pedido y tuvieron que aguantársela. Una cosa de locos. Es interesante seguir la historia de la sigla.

Pero el quiebre se dio por la posición de Frondizi sobre el peronismo ¿Existió el pacto con Perón?

Hubo un acuerdo. Pero los que pasaba era que los peronistas simpatizaban con Frondizi en un porcentaje alto. Cuando se hicieron las elecciones constituyentes del 57, que era una aberración total porque un gobierno militar había declarado la necesidad de reformar la Constitución, la UCRI dijo: «No aceptamos esto». Por eso decidió ir a las elecciones y retirarse de la asamblea. El resultado fue: 2.140.000 votos en blanco, 2.100.000 votos para los radicales balbinistas y 1.850.000 para la UCRI de Frondizi. Algunos dijeron: «Es culpa de Frondizi y de Frigerio». Pero Frigerio respondió: «No, ya ganamos. No van a votar en blanco en la próxima todos los peronistas. La mitad, por lo menos, nos va a votar a nosotros».

¿Y eso favoreció el pacto?

El problema era que si Perón ordenaba votar en blanco no le iban a dar bola. Y si los dos millones de votos en blanco se reducían a 500.000, el movimiento hubiera perdido fuerza. Además, Frondizi no atacaba a los peronistas, los defendía. Perón elogiaba a Frondizi y decía que era el mejor de los opositores, decía: «Es el enano más grande del mundo» [se ríe].

Al poco tiempo se rompió el pacto, ¿por qué?

John William Cooke machacaba mucho. Lo hizo con la huelga del frigorífico Lisandro de Latorre, la huelga bancaria y el tema de los contratos petroleros. Es raro porque Cooke fue el que promovió el acuerdo entre Perón y Frondizi, pero después se puso en contra. Él era foquista, era clasista, quería hacer quilombo: guerra, guerra, guerra permanente. En la huelga de los petroleros  trajo técnicos checoslovacos especialistas en incendiar pozos. Pero Perón no quería dejar de tener influencia sobre nadie. Entonces, ante el miedo de la división, prohibió que hubiera partidos peronistas provinciales. Perón era Perón, el único que mandaba. No podía dejar que creciera nadie, ni Frondizi. Así que al que crecía, lo bajaba. Cooke creció y lo echó. Después de la huelga bancaria se fue a vivir a Cuba, a mediados de 1958.


PARTE 5 | DE LA UCRI AL MID

¿Cómo es la historia de las siglas?

Para la justicia había dos UCR. La de Balbín fue la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), la de Frondizi fue la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI). En 1963, la UCRI de Frondizi —mientras Frondizi estaba preso— decidió formar el Frente Nacional y Popular, una alianza con el peronismo que iba a llevar la fórmula Vicente Solano Lima-Carlos Sylvestre Begnis. Pero el Gobierno militar vetó a los electores peronistas; no vetó la fórmula.

¿Qué significaba que vetara a los electores peronistas?

Antes de la reforma de la Constitución de 1994 el presidente de la nación se elegía por electores, no por voto directo. Cada provincia votaba sus electores y después se juntaban todos los electores en el Colegio Electoral y elegían al presidente y el vice. La justicia iba a impedir que asumieran los electores peronistas.a

¿Y qué posición adoptó UCRI?

Antes de cerrar el acuerdo con Perón la UCRI había definido una fórmula alternativa. Como Perón se demoraba en definir la fórmula del frente, ya era fines de mayo y las elecciones eran el 7 de julio, la Convención Nacional de la UCRI eligió la fórmula Alende-Sylvestre Begnis. Era por las dudas no hubiera tiempo de sellar el acuerdo, pero con la condición de que los candidatos renunciaran a las candidaturas en cuanto se eligiera la fórmula del frente. Eso decidió la Convención.

¿Y qué pasó con esas candidaturas?

Perón dijo: “Si me vetan, voto en blanclo”. Y Frondizi dijo que aunque fuera en el error iba a acompañar a Perón y ya no le iban a deber nada. La esposa, Elena Faggionato, vino con la carta de Frondizi que decía que la UCRI iba en blanco porque habían vetado a los electores peronistas del frente. Pero Alende se negó a renunciar a la candidatura. Sylvestre Begnis renunció y los convencionales alendistas eligieron de candidato a vice a Celestino Gelsi, de Tucumán.

¿Y los frondizistas?

Los convencionales de Alende se mantuvieron de un lado y los de Frondizi del otro. Había dos UCRI. Entonces, se enfrentaron en la justicia electoral. En una primera instancia, la Justicia falló a favor de Frondizi. Pero Alende apeló y la Justicia falló a su favor: había una sola UCRI y era la de Alende. Frondizi apeló ese fallo y en tiempos de Illia la Justicia lo ratificó. Alende se quedó con todos los bienes partidarios y todos los padrones oficiales. Y Frondizi salió de prisión en bolas, sin partido. Conservó lo que manejaban Sylvestre Begnis en Santa Fe y Uranga en Entre Ríos. Pero del Comité Nacional, nada

¿Entonces decidió fundar el MID?

Frondizi primero anotó el MIR: Movimiento de Intransigencia Radical. Cuando fue el debate sobre los contratos petroleros, en los tiempos de Illia, estaba el bloque de la UCRI y el bloque del MIR. Eso fue en el 64. Pero en el 65 había elecciones a diputados nacionales y Alende impugnó la sigla MIR, porque decía que el partido de Frondizi no podía llamarse ni intransigente ni radical. ¡Hasta eso le quitaron! Y de ahí salió el MID, el Movimiento de Integración y Desarrollo. Frigerio quería que desapareciera el radicalismo. Él quería romper con el radicalismo y hacer un partido nuevo. En realidad, a Frigerio no le interesaba llegar al poder, sino influir en el poder. Esa era su estrategia.

¿Por qué se extinguió la UCRI?

Cuando llegó Lanusse al poder [en 1971], puso como ministro del Interior a un radical: Arturo Mor Roig, que había sido presidente de la Cámara de Diputados en tiempos de Illia. Mor Roig dictó el estatuto de los partidos políticos para las elecciones de 1973. Este estatuto establecía que no podía haber dos partidos con el mismo nombre. No podía haber dos radicalismos: había uno solo y era el de Balbín. A Alende le comieron todo, por decisión exclusiva de Mor Roig. Entonces fundó el Partido Intransigente (PI). El radicalismo había sido fundado en 1892, pero después de este repaso, vale preguntarse si esto que existe ahora ese mismo radicalismo.

¿En qué sentido?

Después del suicidio de Alem en 1896, Aristóbulo del Valle y los demás hicieron la política de las paralelas y llevaron a Mitre como presidente.  Entonces, Yrigoyen se retiró a sus campos en la provincia de Buenos Aires y cerró el partido. El radicalismo desapareció entre 1897 y 1904, cuando Yrigoyen decidió refundar el partido. Lo que el país conoce como radicalismo es el radicalismo yrigoyenista. Pero, ¿podemos decir que eran lo mismo Frondizi y Lebensohn que Laurencena y Zavala Ortiz? Laurencena fue candidato a vicepresidente con Justo en 1928, en contra de Yrigoyen. ¿Qué radicalismo era ese? Yo sostengo que el radicalismo nació en 1904 y murió en 1933. Con la muerte de Yrigoyen se terminó el radicalismo.

Pero el partido siguió existiendo…

Frondizi, Balbín, Laurencena y Zavala Ortiz salieron de desprendimientos de ese viejo radicalismo, pero hicieron nuevos partidos. No tienen nada que ver unos con otros. Es como lo que pasa con el peronismo de hoy: ¿López Rega o Kirchner? Esa es la historia. O entre medio de esas dos variantes: ¿El mismo Perón de derecha de sus comienzos o Carlos Kunkel? Todos son peronistas, pero piensan totalmente distinto. Con el radicalismo pasó algo parecido.

¿Qué radicalismo existe ahora?

Estoy escribiendo un libro, todavía tengo que terminar de pulir la parte final. En el libro pido disculpas a los radicales por la forma en que los trato. Pero el radicalismo actual es la UCRP, un partido que nació en la Casa Rosada durante un gobierno militar. Así como el peronismo nació en la Casa Rosada del gobierno que surgió del golpe del 43. Los dos partidos más grandes de la Argentina, o los que fueron los más grandes hasta ahora, nacieron en gobiernos militares.

Bueno, pero Alfonsín provocó una renovación de la UCR…

Yo pido disculpa a todos los radicales. Los radicales de Alfonsín no tienen nada que ver con los radicales golpistas de los 50.

Después de la elección de 1973, Sylvestre Begnis y Uranga se fueron del MID y fundaron un nuevo partido. ¿Por qué?

Sylvestre Begnis fue el candidato a gobernador del FREJULI en el 73 y ganó. Uranga fue con fórmula propia y perdió. A partir de ahí, Sylvestre estuvo más interesado en ser gobernador que en ser desarrollista. El problema se dio cuando Frondizi empezó a hacerle la guerra a José Ber Gelbar [ministro de Economía de Perón en el 73]. Entonces, Gelbar dijo a Sylvestre Begnis: “Si querés seguir en el gobierno, abrite de Frondizi. Si no, te intervenimos la provincia”. Así de simple. Y Sylvestre se abrió.

Entonces, ¿el que se abrió fue Sylvestre Begnis y Uranga lo acompañó?

Claro, ya estaban con la línea Paraná. Todavía no se llamaba Línea Popular, pero de ahí salió el MOLIPO.

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¿Por qué sigue siendo desarrollista?

Hace muchos años, el vicepresidente de la FIESP (Federación Industrial del Estado de Sao Paulo) dijo: “¡Qué raro que en Argentina haya un partido desarrollista! En Brasil todos los partidos son desarrollistas”. Recuerdo que Frondizi dijo en un acto de Rosario en 1981: “Le pido a la juventud una sola cosa. Que antes de abrazar o jugarse totalmente por una ideología, estudie los problemas nacionales”. No es que quitara la ideología, pero creía que había que poner la ideología al servicio del país y no el país al servicio de la ideología. Frondizi creía que en Argentina había buenos políticos, pero tenían un grave defecto: que no estudiaban. Y es así. Los políticos argentinos no estudian los problemas nacionales.