Las ciudades son el ámbito donde desarrollamos en plenitud nuestras capacidades. Sin embargo, muchas veces son sinónimos de caos, problemas y mala calidad de vida. El concepto de Smart Cities busca, a través de la innovación y las tecnologías, hacer de las ciudades, ámbitos más inteligentes, más sostenibles y al mismo tiempo más humanos. “El foco son las personas, la mejora de su calidad de vida y la tecnología es un medio para ello” señala la especialista Lucía Bellocchio, fundadora de Trend Smart Cities y directora de la Diplomatura en Smart Cities – Ciudades Inteligentes y Sostenibles- de la Universidad Austral. En su entrevista con VD, nos ayuda a conocer el concepto y la relevancia de ofrecer a gobiernos, empresas y la ciudadanía respuestas inteligentes, sostenibles e innovadoras para el mejor desarrollo de las personas en armonía con la naturaleza urbana.
Lucía, el concepto de Smart Cities suena muy vinculado al uso de la tecnología. ¿se trata de la aplicación de la misma en los centros urbanos?
Ese enfoque fue el que se le dio cuando surgió el concepto, en los años 90, de la mano de grandes empresas tecnológicas donde la tecnología tenía el rol protagónico por traer soluciones hasta entonces desconocidas. Luego se evolucionó y se puso a la tecnología al servicio de las personas para hacernos la vida más simple y ágil. Llegado el 2015 y los ODS se comienza a hablar de Smart Sustainable Cities donde la sostenibilidad y tecnología vienen de la mano y se busca ser inteligentemente sostenible. Vemos entonces como es un concepto en evolución permanente. Pensar que una Smart City es solo tecnología es un enfoque ultrapasado. Desde Trend Smart Cities, la consultora que lidero, intentamos comenzar siempre abordar los proyectos desde las verdaderas necesidades urbanas de las personas,
¿Cómo influye esa capacidad tecnológica en la mejora de la calidad de vida desde lo cotidiano?
Las ciudades, como reflejo de la vida de las personas, tienden a ser inteligentes o conectadas porque nosotros, las personas, interactuamos y naturalizamos la tecnología en nuestro día a día: pensemos las app que usamos que nos dan info del tránsito en tiempo real o del clima, la posibilidad de pedir un auto compartido, de comprar on line, hacer transacciones comerciales e inclusive trabajar y capacitarnos digitalmente. Un ejemplo: saber a qué horario pasa el colectivo para ir a mi trabajo es algo que optimiza mi día a día, me permite organizarme. ¿Puede una ciudad hacer caso omiso a esta nueva forma de vivir? Como nunca antes tenemos un montón de tecnologías que nos permiten procesar un montón de información en poco tiempo. Podemos tener conocimiento de lo que está pasando en cada ciudad en tiempo real. Los gobiernos hoy tienen muchos más datos pueden tomar decisiones más precisas, asertivas y eficientes. La clave es ver a la tecnología como un medio y no como un fin en sí mismo.
¿El desarrollo de las Smart Cities es responsabilidad de los Estados locales? ¿Quiénes son los clientes que te contratan?
La cuestión se debe enfocar de una forma tripartita: necesitas el fomento del Estado, tanto local como nacional, que son quienes toman las decisiones, quienes tienen la iniciativa y establecen el marco de las política públicas. Pero también hay que sumar a los actores locales -stakeholders – que pueden aportar muchas ideas y soluciones para resolver las necesidades, desde empresas, ONG, emprendedores, etc. Se necesitan cooperaciones público-privado y persona. En mi caso particular, desde Trend Smart Cities, estamos acompañando a muchos gobiernos locales, tanto de Latinoamerica como de Europa, en su migración de una gestión tradicional a una gestión inteligentemente sostenible, a emprendedores y startups que están trabajando en el desarrollo de soluciones para mejorar diferentes servicios ciudadanos, a grandes empresas de tecnología, energía y movilidad -entre otras- a que sus soluciones puedan tener impacto positivo en la forma de vivir así como a inversores a buscar las contrapartes correctas. Me entusiasma mucho la idea de generar sinergias entre varios actores y así poder contribuir a un mejor futuro urbano.
¿Lo ambiental y la sostentabilidad son también parte importante de las Smart Cities?
Sin duda, por eso digo que evolucionó el concepto y sigue evolucionando. Incluso ya en el Foro Urbano Mundial de la ONU-Hábitat en el que estuve hace unos meses fue un tema central. Ya no se trata de poner la tecnología al servicio de la persona sino también del ambiente. Esto es lo que yo llamo ser ‘inteligentemente sostenibles’. La tecnología trabajando en pos de la descarbonización de las ciudades, para que la movilidad sea sostenible, para migrar o adaptarse a los impactos del cambio climático.
¿De alguna manera el concepto de Smart Cities reivindica la planificación urbana?
Hoy se hay mucha más conciencia de la que planificación es importante. Después de la pandemia, este tema, tomó cierta relevancia. Ya no es una opción sino una necesidad, y pudimos ver las diferencias de respuesta entre quienes ya estaban digitalizados y quienes no. En materia de ciudad, la improvisación sale caro y hay muchas ciudades que se nos vienen a la mente cuando pensamos en territorios que no fueron adecuadamente planificadas, crecieron sin estrategia y hoy son caóticas. La pandemia ayudo a eso.
En muchos casos no es que no había planificación, sino que el foco estaba pensado en relación a la gran innovación del momento, como lo fue el automóvil, y no en la persona. Se trataba de como poner más rutas, autopistas, avenidas. pensando siempre en el auto y así les fueron quitando un montón de espacio público a las personas y sus interacciones en la ciudad, perdiendo prioridad. Ahora, por suerte, existe toda una tendencia opuesta. En Europa incluso ya hay ciudades car free -libres de autos-. Sin ir a ese extremo esta tendencia se ve en todas las regiones incluso en Buenos Aires donde ya vemos que se reduce el acceso vehicular a aciertas calles por ejemplo la avenida Corrientes dando más espacio al peatón y su interacción con la ciudad. La clave es planificar, pero siempre sin olvidarnos para quien se planifica y la respuesta es para la gente que vive o transita la ciudad.
¿Las Smart Cities son entonces cuestión de urbanistas y arquitectos?
No. Las ciudades son entramados urbanos tan complejos y dinámicos que hoy más que nunca necesitan ser abordadas desde una mirada integral y multidisciplinaria. Los desafíos urbanos del presente y los que vendrán en el futuro requieren miradas antropológicas, sociológicas, ambientales, territoriales, tecnológicas, políticas, regulatorias. El hacer ciudad en el siglo XXI trascienden a una sola disciplina.
Soy una convencida que no nos podemos quedar con mirar solo una parte, por eso desde Trend Smart Cities trabajo con un equipo multidisciplinario cuando encaro estos proyectos y siempre intento rodearme de múltiples visiones porque me encanta y me divierte indagar todo lo que pasa en ciudades y las diferentes respuestas que se van dando.
¿Hay algo de cambio cultural y de hábitos en los procesos e intervenciones que se promueven desde las Smart Cities?
Por supuesto. Es clave. Muchas veces se trata de eso, de cambiar la mentalidad de como venimos haciendo las cosas en armonía con el ambiente urbano. Pero incluso el enfoque de planificación de las ciudades implica un cambio de mindset. Un enfoque basado en la innovación. No podemos hablar de Smart Cities sin hablar de innovación porque hoy necesitamos innovación urbana en muchos aspectos. ¿Cómo hacemos para pensar diferentes soluciones a los problemas que no podemos resolver? Se trata de dejar de repetir respuestas que no dan resultado y pensar las cosas diferentes. Además, se trata de una mentalidad mucho más digital. Estamos en una sociedad mucho más digital, camino hacia una ‘sociedad extendida’, una sociedad que trasciende lo físico con las interacciones y transacciones digitales y virtuales que hacemos.
A tu entender, ¿Cuáles son las características que definen a una ciudad como inteligente?
Como ya vimos hay todo un paraguas de ejes y dimensiones que lo integran como gobernanza, movilidad, ambiente, calidad de vida, ciudadanía y economía, teniendo como eje transversal la innovación tecnológica.
A su vez, corresponde decir que cada ciudad prioriza alguna dimensión más que otra. Podemos ver que en las diferentes regiones se dan enfoques diferentes a las Smart Cites. Si pensamos en Asia vemos un enfoque estrictamente tecnológico. Llegas a Seúl y te recibe un robot en el aeropuerto. Es un modelo que responde a una sociedad que viene invirtiendo mucho en tecnología e innovación.. Quizás cuando vemos el resto del mundo ahí ya empieza a ver un mix. En este momento en Europa la agenda está en la digitalización y en la sostenibilidad ambiental. En América Latina hay muchos ejemplos que no se mencionan tanto y que tienen que ver con sus propias prioridades. Medellín es un ejemplo en cuestiones de movilidad y como el urbanismo produjo un cambio social y de inclusión. Curitiba es una ciudad que viene trabajando muy fuerte la cuestión de la planificación y sostenibilidad, o Córdoba desde la digitalización del vínculo gobierno-ciudadano o lo que hoy conocemos como govtech.
¿Las ciudades se vuelven inteligentes cuando desarrollan estas dimensiones?
Me gusta más pensar en soluciones concretas o proyectos que sean inteligentes o innovadores para resolver los problemas de las personas. Quizá, si sumamos muchos de esos, en las diversas dimensiones, una ciudad termina siendo Smart.
¿Qué ejemplos de ciudades en el mundo se destacan como Smart Cities?
Londres, Paris y New York siempre son ciudades que suelen liderar los rankings de indicadores de las ciudades mas inteligente. El más conocido es el de Cities in Motion. Allí se miden diferentes dimensiones e indicadores, y que abracan desde la cuestión tecnológica, la cohesión social. la proyección internacional de la ciudad ,el nivel de planificación, el capital humano, la economía, la movilidad y el medio ambiente . Santiago, Chile fue la más destacada de Latinoamérica en el último ranking desplazando a Buenos Aires ,que quedó como la segunda de la región.
Las Ciudades Intermedias son fundamentales para un mayor equilibrio e integración de la Argentina
¿Cuándo hablamos de Smart Cities, hablamos siempre de capitales y megaciudades?
No, claramente no podemos pensar sólo en las capitales o mega ciudades. Acá hay muchas oportunidades para las Ciudades Intermedias que pueden buscar desarrollarse como Smart City para tornarse atractivas y que las personas quieran ir a vivir en ellas. Nada menor en un contexto en que cada vez más empleos son remotos y ya no es necesario vivir cerca de los grandes centros urbanos o comerciales. Ahí la inversión en infraestructura es fundamental. Inclusive hay países que están intentado atraer a los nómades digitales por ejemplo estableciendo visas especiales.
Las Ciudades Intermedias deben analizar que pueden ofrecer para que las elijan potenciando sus atractivos como la calidad de vida, la naturaleza y espacios mas verdes, etc.
¿Consideras que la vida en las ciudades es lo que va a predominar en el siglo XXI o por el contrario la gente huye de las mismas?
Si bien en la pandemia se ralentizo la urbanización, sin dudas el futuro es urbano. Cada vez hay mas gente en el mundo que se traslada a las ciudades. Las ciudades son terrenos de oportunidades de negocio, empleo, oportunidades desarrollo personal. Las personas tienden a buscarlas. El desafío es encontrar una manera más inteligente de gestionarlas. Por eso creo, como decía Jaime Lerner (Ex Alcalde de Curitiba BR) que ‘las ciudades no son el problema, sino que son la solución’. Hay que buscar la forma de vivir mejor en ellas y el concepto de Smart City busca dar una posible respuesta a ello a través de la innovación urbana y la tecnología centrada en las personas.