Elecciones en CABA: entre el bolsillo y la ideología

Al votante de CABA sí le importa la estabilidad económica. Sí le importa la gestión del espacio compartido. Pero la carencia de una fuerza que presente un modelo de desarrollo económico inclusivo legítimo explica gran parte del inmenso ausentismo del domingo

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El presidente Javier Milei (I) celebra el éxito del candidato de su partido La Libertad Avanza, Manuel Adorni (D), en las elecciones locales al parlamento de la capital. REUTERS - Tomas Cuesta
El presidente Javier Milei (I) celebra el éxito del candidato de su partido La Libertad Avanza, Manuel Adorni (D), en las elecciones locales al parlamento de la capital. REUTERS - Tomas Cuesta

Hace no tanto tiempo se estudiaba en las carreras de ciencia política que la ausencia de partidos de derecha con posibilidades ciertas de ganar era una de las causas de inestabilidad democrática en nuestra región: viendo que no podían triunfar en las urnas el camino elegido era el del golpe de estado.

Las elecciones porteñas de ayer nos hacen repensar esas antiguas verdades politológicas: la mayoría de los porteños votó a opciones de derecha. ¿Qué explicaría esta anomalía? Voy a tratar de discutirlo en lo que sigue.

Primero voy a analizar la victoria de Adorni. En las primera vuelta de las elecciones generales de 2023 casi un 20% de los porteños votó a Milei.  Este número es clave, porque representa a un votante verdaderamente convencido por las ideas del ahora presidente. Si nos atenemos a ello, que Adorni haya sacado un 30% representa un crecimiento del 50%. No es para nada despreciable y muestra un crecimiento en la confianza que Milei ha generado en el electorado porteño. Ahora bien, ¿es un número tan elevado? Creo que no. Y si nos atenemos a los guarismos, fueron tan solo 3% más que la supuesta “bestia negra” peronista (y acusado de kirchnerista) Santoro.

El mapa de los resultados en vivo de las Elecciones CABA 2025

Otro capítulo de esta historia lo representa la debacle electoral del PRO. Ya analizado en https://visiondesarrollista.org/fin-de-ciclo-el-pro-ya-no-gana-elecciones/ me permito agregar que hubo algo de fin de época en esta elección, ya que fue la primera para CABA en la que la variable central del poder político no pasó por el kirchnerismo vs anti-kirchnerismo. No es solo que el polo antiperonista gire en torno a Milei sino que la dicotomía pasó a ser Milei vs el resto. Esto alimentado muy particularmente por el estilo de hacer política del presidente y sus seguidores. Al colocarse al lado de Milei, sobre todo al comienzo de su gestión, Macri y su fuerza comenzaron a desdibujarse. Y al volver a querer competir electoralmente contra los libertarios lo hicieron desde un no-lugar.

La participación desde 1997

Finalmente, el otro participante de la contienda fue… el ausentismo. Para ser claros, la mitad de la gente no fue a votar. Si bien una elección de mitad de término para legisladores porteños no es el plan más atractivo para un domingo soleado, se esconde tras esto una incómoda realidad. Las ofertas electorales actuales no seducen al votante porteño. Como decíamos, una vez que la dicotomía kirchnerismo-antikirchnerismo se diluyó, el PRO perdió parte de su razón de ser. La otra parte la perdió con lo que ahora se llama “falta de gestión”, englobado en la figura del actual intendente.  La bandera de la gestión (calles limpias, obras de infraestructura, plazas continuamente remozadas, etc.) fue parte clave de la construcción del PRO. Las deficiencias actuales en la administración de la ciudad explican en parte el desempeño de Lospennato y, sobre todo, el de Larreta. Cabría preguntarse si mucho de lo que se achaca al actual intendente (calles sucias, gente viviendo en la calle, marginalidad, etc) no tiene más que ver con el deterioro del tejido social nacional del que CABA, si bien nunca inmune, disimulaba de la mejor manera.

Y es que a gran parte del votante porteño esta realidad le duele. Pero no encuentra una opción electoral con contenido social que al mismo tiempo no sea peronista/kirchnerista. Al votante de CABA sí le importa la estabilidad económica. Sí le importa la gestión del espacio compartido. Pero la carencia de una fuerza que presente un modelo de desarrollo económico inclusivo legítimo explica, creo, gran parte del inmenso ausentismo del domingo. Las fuerzas de centro-izquierda, habiendo sido absorbidas por la gran dicotomía de nuestro siglo en torno al kirchnerismo, perdieron atractivo. En tanto y en cuanto esa construcción de centro-izquierda esté ausente gran parte del electorado porteño estará huérfano. Y he allí, entiendo yo, la explicación del triunfo de la derecha en las últimas elecciones.

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