
El 19 de noviembre se realizó en la UBA la conferencia “Una Argentina productiva posible”, impulsada por Juan Carlos Hallak y Andrés López, referentes académicos del desarrollo productivo y la inserción internacional. El encuentro reunió a figuras del sector público, privado y académico para responder una pregunta central: ¿Qué modelo productivo puede llevar a la Argentina al desarrollo en las próximas décadas?
La tesis presentada por Hallak y López, que funcionó como columna vertebral de la jornada, es tan contundente como incómoda: la Argentina no tiene suficientes recursos naturales como para sostener un modelo de desarrollo basado exclusivamente en su explotación.

Gentileza Juan Carlos Hallak/ Andrés López
Los números lo demuestran. Según su trabajo, Argentina exporta hoy menos de US$ 1.200 de recursos naturales por habitante. Incluso bajo supuestos optimistas —Vaca Muerta expandida, minería a gran escala—, el país apenas alcanzaría los US$ 2.000–2.800 per cápita hacia 2030–2035, todavía muy lejos de:
- Noruega: US$ 29.000 per cápita
- Australia: US$ 13.000
- Canadá: US$ 7.300
O incluso de Chile, que tampoco logró convertirse en país desarrollado con una estructura productiva exportadora primarizada.
El mensaje es claro: Vaca Muerta y la minería son fundamentales, pero no suficientes.
Los países que se desarrollan exportan más y mejor
La presentación incluyó evidencia internacional contundente:
- Los países que convergieron hacia altos niveles de ingreso lo hicieron con crecimiento exportador acelerado.
- Sus exportaciones se volvieron más complejas, diversificadas y diferenciadas.
- La correlación entre complejidad productiva y PBI per cápita es directa y robusta.
Desde Japón y Corea hasta España y Portugal, el patrón se repite: la diversificación y la sofisticación exportadora impulsan el desarrollo
Un debate necesario: ¿Cuánto mercado y cuánto Estado?
Los distintos paneles expusieron tensiones históricas dentro del debate productivo argentino.
- ¿Es necesaria una política industrial? Aquí aparecieron claros matices: Los funcionarios del gobierno nacional enfatizaron la importancia de estabilidad macro, desregulación y apertura comercial, minimizando el rol del Estado en la promoción sectorial. En tanto economistas y empresarios destacaron que sin una política productiva moderna, la macro no alcanza. Por su parte, ls gobernadores —Frigerio, Pullaro, Martín Llaryora— coincidieron en que las provincias son claves para el apoyo a cadenas de valor estratégicas.
- Macro estable vs. políticas micro. Hallak lo sintetizó con precisión: “La macro es condición necesaria, pero no suficiente. Argentina debe estabilizar, sí, pero también entender qué necesitan sus sectores productivos para competir en el mundo.”
- El tipo de cambio, la madre de todas las batallas. Todos reconocieron que Argentina arrastra un dilema estructural: nunca logra un tipo de cambio que sea simultáneamente competitivo para la industria, para los sectores extractivos y para el salario real. Sin resolver este equilibrio, cualquier estrategia de desarrollo queda en una base inestable.
Una agenda desarrollista para el siglo XXI
Lo más valioso de la conferencia es que recupera, desde una mirada moderna, el legado del desarrollismo:
📌 1. Aprovechar los recursos naturales, pero ir más allá
No se trata de renunciar a Vaca Muerta o al litio, sino de no confundir estabilización con desarrollo.
📌 2. Impulsar sectores diferenciados, no “elegir ganadores”
Hallak y López proponen una política industrial del siglo XXI:
- Apoyo a la calidad, certificaciones y laboratorios
- Promoción comercial
- Innovación y recursos humanos
- Inserción internacional inteligente
Sin subsidios indiscriminados ni proteccionismo que vuelva ineficientes a las empresas.
📌 3. Provincias como actores centrales
La competitividad surge en el territorio, no solo en Buenos Aires. Los gobernadores remarcaron claramente que las políticas provinciales son decisivas para desarrollar clusters y cadenas de valor regionales.
📌 4. Un Estado profesional, no un Estado gigante
Frondizi y Frigerio lo decían en los 60: “El Estado debe ser estratégico, no paternalista”. La conferencia reflejó esa idea con claridad.
Conclusión: una estrategia nacional de desarrollo, la gran ausente
La jornada dejó una conclusión inevitable y es que la Argentina carece de una estrategia integral de desarrollo. No la tiene la Nación, no la tienen la mayoría de las provincias, y sin esa brújula es difícil coordinar políticas, inversiones y esfuerzos.
Sin embargo, la conferencia también mostró algo esperanzador: existe una Argentina productiva moderna, innovadora y exportadora, que ya está construyendo el futuro. Lo que falta es visibilizarla, potenciarla y alinearla con una visión de país.
Esa es la discusión que el desarrollismo siempre puso sobre la mesa. Y que hoy —como hace 60 años— vuelve a ser urgente.
