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Alberto Fernández en el discurso tras la derrota en las PASO. Detrás: Axel Kicilloff, Cristina Fernández y Sergio Massa.

Alberto Fernández salió al escenario con el pelo bien cortado y un tono calmado. Parecido al que usaba en los primeros meses de su gobierno. Fue el rostro de una derrota muy dura. «Evidentemente algo no habremos hecho bien para que la gente no nos acompañe”, admitió el presidente. La oposición obtuvo el domingo un triunfo contundente: Juntos por el Cambio sumó el 40% a nivel nacional en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Nueve puntos más que el Frente de Todos. La victoria opositora tiene un valor adicional porque, a diferencia de 2015 y 2017, el peronismo iba esta vez unido en una sola coalición en casi todo el país. No fue suficiente. La crisis provocada por el coronavirus y los errores en la gestión de la pandemia hundieron al partido de gobierno en las urnas.

La mayor sorpresa del domingo fue el triunfo de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires. En ese distrito se disputó una interna importante dentro del frente opositor. Facundo Manes compitió contra Diego Santilli en la categoría de diputados. El ex vice jefe de Gobierno porteño derrotó al neurocientífico, pero ambos integraran una única lista en las generales del 14 de noviembre. Las candidaturas de Santilli y Manes sumaron en conjunto 37,99% de los votos mientras que la lista oficialista de Victoria Tolosa Paz obtuvo el 33,64%. Fue un revés para el Frente de Todos, la mayoría de las encuestas lo daban vencedor en el principal distrito electoral. El desafío de Juntos por el Cambio es retener los votos que obtuvieron todas sus listas y compaginar la imagen de político convencional de Santilli con el mensaje de renovación política Manes.

La oposición ganó en 17 de las 24 jurisdicciones. Si los resultados se repitieran en las generales, Juntos por el Cambio se quedaría con 14 de las 18 bancas de senadores en disputa, lo que incrementaría su presencia en la Cámara Alta. También mejoraría su representación en diputados.

En Entre Ríos la coalición opositora dio un auténtico batacazo y venció al oficialismo por 51,78% contra 29,51%. Rogelio Frigerio derrotó a sus rivales internos y se impuso por más de 30.000 votos sobre el candidato peronista Enrique Cresto, exintendente de Concordia. La elección tenía una tensión adicional porque tanto Frigerio como Cresto sonaban como posibles candidatos a la gobernación en 2023. El concordiense hizo una autocrítica tras conocerse los resultados y aseguró que confiaba en revertir los resultados en noviembre. Una nueva derrota en las generales pondría en duda las posibilidades de Cresto para postularse al sillón de Urquiza en dos años.

La oposición también obtuvo victorias importantes en Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego. Los triunfos en Santa Fe y Córdoba, donde Juntos por el Cambio sumó más del 40%, confirman que la región centro, polo productivo del país, es un bastión de la oposición. En Neuquén se impuso el Movimiento Popular Neuquino y en Río Negro, el frente Juntos Somos Río Negro. A nivel nacional, el Frente de Todos perdió 13 puntos con respecto a la elección de 2019.

Es difícil calcular qué impacto tuvieron en las PASO las noticias como la foto de los festejos en Olivos y el vacunatorio VIP, que desprestigiaron la imagen del presidente. La mayor causa de la derrota, sin embargo, es la honda crisis económica, que afectó el poder adquisitivo y el empleo de los trabajadores, pero también la rentabilidad del sector empresario. Una realidad que contrastaba con el mensaje de recuperación económica que intentó instalar el oficialismo en el tramo final de la campaña. 

Avanzan la derecha y la izquierda

Uno de los resultados más resonantes del domingo fue el tercer lugar que obtuvo Javier Milei en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Milei se postuló por una alianza que reúne a libertarios y conservadores de derecha dura y un discurso contra la «casta política», más antisistema que ideológico. El domingo fue el primer test electoral del economista y obtuvo un 13% de los votos. Un caudal importante que Milei espera incrementar en noviembre. El candidato libertario señaló en una entrevista en televisión que su objetivo es desplazar al Frente de Todos al tercer lugar en las generales.

Milei no fue el único candidato liberal en las PASO; también se postuló Ricardo López Murphy. El exministro de Economía compitió en las primarias de Juntos por el Cambio en CABA y superó el piso del 15%, lo que le asegura un lugar las listas en noviembre. En la provincia de Buenos Aires sede presentó otro liberal, José Luis Espert, que obtuvo el 4,87% de los votos.

Mauricio Macri aprovechó el triunfo de la oposición para criticar al gobierno. «Ellos no entienden el daño que han hecho. Cuando uno los escucha no entienden todo lo que destruyen con esa actitud tan poco humilde y tan prepotente», cuestionó el expresidente en una entrevista en el programa de Jorge Lanata. En la misma nota declaró: «Soy un liberal de la primera hora». Es un giro discursivo con respecto a los posicionamientos anteriores, en lo que Macri se había presentado en público como «desarrollista». Todo un símbolo del avance electoral del liberalismo.

A pesar del buen desempeño de Milei y López Murphy en las urnas, la tercera fuerza electoral a nivel nacional no es la derecha sino la izquierda. Más de 1,2 millones de electores votaron al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) en las PASO, lo que equivale al 5,85% del total. Es el mejor resultado del frente en su historia. En la provincia de Buenos Aires, de hecho, Nicolás del Caño superó a Espert con un 5,2% de los votos.

En el búnker del Frente de Todos hubo festejos en los primeros minutos tras el cierre de la votación, después hubo nerviosismo y, por último, cayó el sentimiento de derrota. Alberto Fernández fue el encargado de hacer frente a la adversidad y arengar a sus seguidores. Aunque relativizó la importancia de las PASO, a las que calificó de «enorme encuesta», Fernández subrayó que su espacio político valora la democracia y aseguró que había «escuchado el veredicto de la gente, con respeto y mucha atención». Prometió que a partir del lunes siguiente iba a trabajar para atender las «demandas insatisfechas» de la sociedad y dar vuelta los resultados en las generales.

Le quedan solo dos meses.