Quienes defendemos la minería solo podemos entristecernos por la decisión de derogar la ley que habilitaba la actividad en la meseta central de Chubut. Esta industria genera puestos de trabajo calificados, desarrollo de proveedores, recursos fiscales y más de 5000 millones de dólares al año de exportaciones. El rechazo de la minería deja, en cambio, a pequeños pueblos como Telsen, Gan Gan o Gastre sumidos en la pobreza. Sus pocas voces no son oídas en las ciudades más grandes, a las que importa poco el desarrollo de esta zona de la provincia, sino que solo les interesa la victoria que se atribuyen por haber frenado la ley. Una ley que había sido sancionada por los poderes públicos que, les guste o no, fueron elegidos por el voto popular y son los responsables de gobernar.
En estas semanas asistimos a protestas violentas de grupos que se atribuyen la voz del pueblo y llegaron a incendiar un diario, la casa de gobierno y el archivo general de la provincia. Nadie puede atribuirse la voz del pueblo, que solo se expresa en las elecciones. Así funciona esta democracia que tanto esfuerzo y sacrificio nos costó conseguir. Este es el sistema político que defendimos y defenderemos siempre quienes entendemos que es el camino para una justa construcción social y el progreso de nuestro pueblo.
Si la democracia después de casi 40 años de recuperada no ha dado a los ciudadanos el bienestar que esperábamos, no es culpa del sistema sino de los hombres y mujeres que lo hemos llevado adelante. Este es el asunto a resolver: cómo hacemos para que este sistema que nos asegura la libertad, la igualdad y garantiza nuestros derechos nos permita desarrollar la economía, asegurar la salud y la educación para todos en un marco de seguridad y equilibrio?
A mi entender no lo hemos podido hacer porque nos faltó coraje para impulsar las transformaciones necesarias, nos faltó conocimiento para elaborar los planes adecuados y fallamos en la integración de todos los actores sociales con capacidades de aportar ideas y soluciones.
La crisis en Chubut pone en jaque el plan minero de Alberto Fernández
Un problema nacional
Este no es un problema solo de Chubut. Hay mas ejemplos para mencionar, como los incendios a la Municipalidad de Andalgalá (Catamarca) o las amenazas a los legisladores de Mendoza que derogaron la ley 9209. Entre escraches a legisladores y funcionarios en otros lugares donde se desarrolla la actividad.
Apoyo las marchas por las grandes transformaciones que necesita nuestro país, pero me encontrarán siempre enfrentado a los sectores violentos que desconocen las instituciones democráticas y en lugar de reconocer las leyes generar destruyen los bienes públicos.
Debemos trabajar desde el orden político con convicciones firmes. Desde la Justicia condenando a los violentos y desde la sociedad toda comprometiéndonos con el desarrollo para aprovechar nuestros recursos naturales, como los minerales, y mejorar así la calidad de vida y el bienestar de todos en marco de sustentabilidad ambiental, social y económica. Si nos lo proponemos podemos lograrlo. Este es el camino democrático con el que soñamos.