Los aranceles afectan a todos, desde históricos aliados de EE.UU. —como la UE (20%), Corea del Sur (26%) y Japón (24%)— hasta las naciones más pobres y vulnerables del mundo como Camboya (49%) y Laos (48%).
Los aranceles afectan a todos, desde históricos aliados de EE.UU. —como la UE (20%), Corea del Sur (26%) y Japón (24%)— hasta las naciones más pobres y vulnerables del mundo como Camboya (49%) y Laos (48%).

El presidente de EE.UU. Donald Trump presentó un desconcertante universo de aranceles de importación “cuidadosamente calibrados” para compensar las barreras arancelarias, no arancelarias y cambiarias del resto de los países. Sin embargo, los detalles de los cálculos publicados por la oficina del Representante de Comercio de EE.UU. (USTR) muestran que, en realidad, el efecto de los aranceles será restringir el comercio hacia los EE.UU. El resultado será un golpe directo a los consumidores, a las cadenas de suministros y a las empresas estadounidenses. No es de extrañar que el mercado bursátil se desplome.

El plan arancelario muestra una incomprensión básica de las razones por las que las naciones comercian. Básicamente, la razón principal son las llamadas “ventaja comparativa”. Por ejemplo, Estados Unidos importa aluminio de los países que pueden producirlo de forma más eficiente – Argentina, mientras que lo incorpora como insumo a las exportaciones en las que tiene ventaja y mayor valor agregado, como los aviones.

No cabe duda de que las barreras comerciales pueden influir en las balanzas comerciales bilaterales, pero pensar que toda balanza bilateral persistente se debe a las barreras comerciales es malinterpretar la razón básica por la que los países comercian. Los países comercian para especializarse en los bienes y servicios que mejor producen, lo que naturalmente significa tener superávits persistentes con algunos socios comerciales y déficits con otros. Intentar reducir a cero todos los equilibrios bilaterales mediante aranceles por la fuerza es gravar el comercio internacional precisamente allí donde proporciona más beneficios al consumidor y competitividad a la economía. Tampoco existe un criterio de protección de las “industrias nacientes” o aquellas consideradas estratégicas por su derrame hacia otros sectores, su acervo tecnológico o por razones geopolíticas como podrían ser por ejemplo las de semiconductores, fármacos, energía, minerales críticos y ciertas tecnologías. ¡Justamente estas nombradas fueron excluidas temporalmente del nuevo arancel!

Desviación de comercio

Es de esperar que los importadores estadounidenses cambien sus importaciones de países con aranceles altos a países con aranceles bajos. A modo de ejemplo, podemos esperar que América Latina y África se beneficien sobre los países de Asia Pacifico, los principales perjudicados a partir del golpe arancelario. Ahora bien, las balanzas comerciales de América Latina y África se verían beneficiadas y las de Asia Pacífico perjudicadas. Siguiendo la lógica del sinsentido: ¿Decidirá entonces Trump aumentar los “aranceles recíprocos” para los países africanos y latino americanos y bajarlos para los asiáticos?

Si la economía estadounidense entra en recesión por los aranceles arbitrarios de Trump y la respuesta de los socios comerciales será la de la reciprocidad arancelaria, es de esperar que la balanza comercial global se desplome llevando al mundo a una situación similar a la de la gran depresión de los años 30. En 1930, en plena Gran Depresión, Estados Unidos sancionó la ley “Smoot-Hawley”, que supuso el incremento de tarifas arancelarias para más de 20.000 de productos importados, acción que fue contestada por el resto del mundo con toda clase de represalias proteccionistas. El resultado fue una reducción brutal del comercio internacional en un 66%, contagio global de la crisis y empeoramiento de la depresión norteamericana tras un breve período. La irracionalidad económica contribuyó a empeorar del ya de por si complicado panorama geopolítico internacional. Por todo el mundo proliferó el proteccionismo y las «devaluaciones competitivas» en las que los países buscaban sacar tajada uno por sobre otro . El mundo se cerró y resurgieron los nacionalismos, la autarquía económica y las estrategias de sustitución de importaciones.