Salir de dicotomía liberal-populista, pensando y debatiendo los problemas nacionales como propone la mirada desarrollista, son parte de las conclusiones, ampliamente aplaudidas por el auditorio, del senador, y candidato a gobernador por Mendoza, Alfredo Cornejo, en el marco de la presentación del libro «Más allá del liberalismo y populismo. Una síntesis desarrollista para la Argentina» del economista Federico Poli.
Para Cornejo «la gran oportunidad que perdió nuestro país fue en la década del 60’» al punto que a su entender de haber consolidado el desarrollismo, «hoy podríamos tener otra Argentina». Si bien rememora que «perdimos en la década del 30 con la iniciación de los golpes militares como también perdimos otra oportunidad también con una guerra con el peronismo y perdimos otra oportunidad con el desarrollismo», Cornejo no se queda mirando al pasado. Considera que las riquezas naturales de nuestro país, demandadas globalmente, son una nueva oportunidad para el desarrollo, algo que compartimos desde Visión Desarrollista siempre y cuando impliquen también agregado de valor y diversificación productiva. También teniendo en cuenta lo que señala Máximo Merchensky al respecto de que el potencial argentino, lejos de ser un consuelo, es un desafío; es una oportunidad, pero tiene fecha de vencimiento a riesgo de convertirse en fantasía.
La dicotomía liberal populista
En su discurso el senador por Mendoza enfatiza el valor de las ideologías para comprender fenómenos colectivos: «Son muy útiles y son necesarias en la constitución de las personas y las sociedades. Son un sistema de valores, ideas que todos los tenemos» señala y advierte a quienes consideran hay partidos políticos o personas que no tienen ideologías que «todos tenemos ideología y el que diga que no es porque probablemente no la ha descubierto». Esas ideologías son a su entender aquello que moviliza y da su sustento al accionar político. Precisamente en ese aspecto señala el segundo error, más grosero, en torno a la cuestión en torno a las ideas. Una es creer que se puede prescindir de la ideología, la otra, más grave, es «dar pelea por ideas que no son concretas a la hora de dar soluciones prácticas y llevarlas a los hechos», algo que contrapone a su basta trayectoria política.
«Hay que definir muy bien las dicotomías como bien hace Federico en su obra. Porque desde el liberalismo se plantea cosas que no son ciertas en el sentido de que el funcionamiento libre de los mercados va a generar desarrollo. Eso no funciona ni en los países que orgullosamente se llaman liberales. No funciona ni en EEUU, donde hay regulaciones estrictas y un Estado muy inteligente que hace cumplir esas regulaciones», señala. Y es que abundaron en nuestro país recetas de la ortodoxia liberal que o son impracticables en la particularidad del caso argentino, o incluso en cualquier realidad. Hoy es precisamente lo que pasa con el candidato libertario Javier Milei. Al respecto Cornejo no niega la intención de voto reflejada en las encuestas pero advierte que eso esta lejos re significar que la Argentina se este haciendo liberal: «La verdad que reconozco que hay mas tolerancia para las ideas liberales que lo que había 10 años atrás y me alegro que así sea. Pero Argentina esta muy lejos de volverse liberal». Entiende, al igual que nosotros, que la atracción de Milei se explica en «una expresión de bronca, un rechazo a como funciona el sistema político el sistema institucional y los pocos resultados económicos que hemos tenido en las últimas décadas».
Ahí es precisamente donde entra en juego el otro extremo del problema: el populismo. Cornejo también acá es contundente: «el populismo ha generado fracaso y pobreza en todos los lugares donde ha hecho gobierno en los últimos tiempos producto del voto bronca. Se definan de izquierda o se definan de derecha esos populismos han producido más pobreza, atraso y deterioro».
El rol del Estado
Es característica singular del desarrollismo ser una síntesis superadora, entre las posiciones de los extremos liberales monetaristas y populistas que a forma de péndulo han gobernado este país. Esto se ve con especial énfasis respecto al rol del Estado, en donde se opone tanto al intervencionismo y las regulaciones excesivas del populismo como a la creencia de que cuando el mercado actúa con total libertad promueve el desarrollo espontáneamente. “Nosotros somos antiestatitstas, pero precisamente porque queremos un Estado fuerte, no un elefante herido como quieren los populistas, ni un pigmeo como quiere el liberal”, explicaba Rogelio Frigerio.
Precisamente el rol de Estado fue un eje en el cual que el actual candidato a gobernador de Mendoza por JxC manifestó claramente su posición: «debemos salir de esta falsa dicotomía necesitamos en la Argentina que funcionen bien los mercados pero que funcione el Estado en forma inteligente. No un estado grande y bobo a la hora de intervenir y de actuar en la economía. Necesitamos que el Estado brinda igualdad de oportunidad para eso tiene que ser eficaz y eficiente». Para Cornejo es clave el Estado garantice «umbral mínimo que le permita al individuo generar su propio sustento y desarrollar sus talentos y capacidades que todos tenemos», aunque advierte que eso no debe degenerar en un «populismo que prometa garantizar la vida eterna».
El desafío del desarrollo
Las consecuencias del péndulo liberal populista son muy claras: «La Argentina se ha empobrecido en su conjunto» y Mendoza no es la excepción. Desde su mirada las provincias son en parte victimas del mal funcionamiento económico que hay desde la conducción nacional, variables que exceden al control provincial y que las afectan directamente como la política fiscal o la política cambiaria», enfatiza rescatando los logros que considera hubo en su provincia en los últimos 7 años en materia de educación y salud y que garantizan ese umbral mínimo del que hablaba anteriormente.
El desafío a nivel nacional y provincial sigue siendo el desarrollo y la respuesta entiende va en línea con lo que hicieron Frondizi y Frigerio en 1958: «Mendoza va a volar. Necesitamos orden macroeconómico nacional como también una política nacional de desarrollo para crear condiciones y a partir de eso, con el umbral de un Estado funcionado eficazmente vamos a despegar». A su lado Federico Poli asentía al escuchar estas palabras.
«Presentar esta iniciativa (el libro) en medio de la campaña electoral es un aporte significativo para la deliberación de ideas» señaló haciendo énfasis en lo relevante de debatir ideas y visión de país «y dejar de una vez por todas, como en todas las cosas, irnos de banda a banda, sin discutir nuestros problemas». Concluye que es ahí donde hay que poner el foco de la discusión y agrega, recomendando el libro de Poli, que la visión desarrollista viene a contribuir en esa tarea para la Argentina.