Arturo Frondizi es sin lugar a dudas uno de los personajes argentinos cuyos estudios biográficos todavía se encuentran en pleno desarrollo. Así como otras personalidades nacionales, ha atravesado momentos de un olvido casi total, aunque ha habido plumas dispuestas a escribir la mayor parte de su vida, rescatando algunos hechos importantes con mayor relevancia que otros.
El reciente redescubrimiento de la figura presidencial de Arturo Frondizi, acompañado por la decisión de llamar al Circuito Chico[1] de San Carlos de Bariloche con su nombre, en 2017, no es algo casual, pues el ex mandatario transitó los caminos de esta ciudad en dos oportunidades. La primera, como Presidente de la Nación en febrero de 1960, tres meses antes del lagomoto que azotó a la pequeña urbe. La segunda ocasión de su visita, menos afortunada, fue como presidente derrocado, trasladado hasta la ciudad en calidad de prisionero en el mes de marzo de 1963.
En 1960, Arturo Frondizi fue el primer presidente después de Juan Domingo Perón en arribar a la ciudad de San Carlos de Bariloche, y en aquella ocasión, lo hizo para reunirse con su par estadounidense, Dwight David Eisenhower. Dicha reunión fue muy importante pues llamaba a la unidad y al bienestar de los pueblos americanos, pero también fue relevante para la región patagónica, ya que de esta conferencia se desprendió la famosa Declaración de Bariloche, carta que, además de llamar a la unión, promovía la protección y el fomento de los parques nacionales en todo el continente americano. La reunión, albergada en el hotel Llao Llao, significó un aparente éxito para el país, debido a que la misma había sido tomada por Frondizi como oportunidad para acercarse a los Estados Unidos en su intención de reinsertar al país en la economía mundial. Pese a las tensiones globales del momento, promovidas por la Guerra Fría y el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la postura argentina fue la del constante diálogo con ambas potencias.
Las múltiples presiones externas, en general vinculadas con la postura del diálogo de la Argentina y con la relación del primer mandatario desarrollista con el peronismo, influyeron en las fuerzas militares que, sin pensarlo dos veces, procedieron al derrocamiento de Frondizi. Claro que, dentro de las mismas, había también divisiones. El propio Ejército se encontraba dividido en dos facciones; una que buscaba mantener la inestabilidad de las instituciones -la facción colorada-, y otra que pretendía una rápida salida electoral y la vigencia de la Constitución Nacional -la facción azul-. Y así como las Fuerzas Armadas, también la sociedad se encontraba repartida entre quienes apoyaban al gobierno, quienes discutían el rol mediador de Frondizi, y quienes prácticamente repudiaban su acercamiento a la figura de Perón y el intento de unificación de fuerzas a favor de la estabilidad democrática. Por estas cuestiones, incluso la imagen del referente desarrollista se verá bajo amenaza durante su reclusión forzada.
El golpe de Estado del 29 de marzo de 1962 significó el cuarto atentado contra la democracia argentina y, una vez más, inició un período de incertidumbre en la escena política nacional. Frondizi fue enviado a la isla Martín García, pero posteriormente, sería trasladado a la Patagonia, y más precisamente, a la ciudad de Bariloche, en donde viviría junto a su esposa Elena Faggionato y su hija Elenita nada menos que 144 días. ¿Qué actividades realizó Arturo Frondizi durante casi tres meses? ¿Acaso pudo caminar libremente por el bosque cordillerano? ¿El encierro fue realmente su única alternativa? Este artículo recorre, de modo anecdótico, la estadía de Arturo Frondizi en Bariloche, rescatando momentos importantes de la experiencia sureña del líder desarrollista.
Bariloche a principios de los años ‘60
En aquellos años, buena parte del país conocía poco sobre Bariloche. Algún que otro video promocional, correspondiente a los años cincuenta, era quizás la única manera de mostrarle al público las maravillas de estos recónditos lugares. Es sabido que a partir de la llegada del ferrocarril -en 1934-, el flujo de personas que llegó a la ciudad patagónica comenzó a crecer indiscutiblemente y, con la apertura del aeropuerto Teniente Luis Candelaria en 1954, obra del segundo gobierno de Perón, lo hizo todavía más. Hacia los años sesenta, la ciudad estaba culminando su pasaje de una colonia agrícola-ganadera hacia la ciudad turística que es hoy, y el desarrollismo contribuyó de gran manera en la instalación de pequeñas industrias en la zona, esto como continuación de las obras iniciadas por el peronismo e incluso por la Revolución Libertadora, gobierno de facto que sería sucedido por Frondizi y su enérgico plan de desarrollo.
Para aquel entonces, además de las claras intenciones de industrialización de la región, se encontraba en apogeo el desarrollo científico, manifestado con el funcionamiento de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y desde 1955, de instituciones locales como el Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro. Éstas estaban integradas por un grupo intelectual muy importante que, en un principio, se dedicó al campo de la física y a la investigación biológica, química y nuclear. El 28 de marzo de 1963 se creó la Fundación Bariloche, otra institución de igual carácter pero mucho más enfocada en el desarrollo de las ciencias de la tierra -como la geología y la meteorología- y de las artes. La Fundación aparecería precisamente en el marco de las políticas desarrollistas, todavía vigentes y tendientes a combinar el crecimiento tecnológico y científico con el bienestar social. Incluso estas instituciones tendrían la proyección de crear un gran campus universitario en la zona de Circuito Chico de Bariloche, pero la financiación no sería posible y el proyecto terminaría cancelándose.
La estadía de Frondizi
El 1º de marzo de 1963, el confinamiento de Arturo Frondizi tuvo un revés importante. Por mandamiento del entonces presidente, José María Guido, y con el objeto de continuar manteniéndolo alejado de la escena política por algún tiempo, se optó por trasladarlo nuevamente, pero esta vez a la todavía recóndita ciudad de San Carlos de Bariloche. Frondizi tendría una estadía entre la calma y el peligro, pues pese a la soledad y al majestuoso paisaje que ambientó su reclusión, también viviría un momento de riesgo, debido a las amenazas de grupos armados que pretendían dar fin a la existencia del ex presidente.
El traslado inicialmente fue hasta la residencia Michay, en la zona de la Laguna El Trébol, también en Bariloche, pero por las características del lugar, pequeño y aparentemente poco seguro, Frondizi permaneció allí por un breve tiempo. El hotel Tunquelén fue entonces el lugar escogido para dar confinamiento al derrocado mandatario y a su familia, a partir del 3 de marzo. Ubicado en el kilómetro 24,5 de la Avenida Ezequiel Bustillo, su objetivo era poder ofrecerle a sus huéspedes la chance de tener al lago Nahuel Huapi a pocos metros, ya sea a través de la vista desde el edificio, o bien al recorrer los caminos que conducen a la costa. A pesar de estar cerca del hotel Llao Llao -lugar que Frondizi había visitado como presidente-, igualmente es un sitio muy representativo para la zona y para la ciudad de Bariloche en general, ya que conserva un estilo antiguo muy interesante -continuando el estilo arquitectónico de Alejandro Bustillo aplicado en muchas edificaciones barilochenses de Parques Nacionales- y que permite la llegada de turistas de distintas partes del país y del mundo durante todo el año.
Arturo Frondizi, Elena Faggionato y Elenita Frondizi se hospedaron en el hotel Tunquelén desde el 3 de marzo de 1963, en el tercer piso de la residencia, y en donde también estarían sus custodios personales. Durante los primeros días, el ex presidente permaneció recluido en su habitación sin posibilidad de salir de ella. Al ser un sitio más seguro y contar con permanente custodia, al poco tiempo se le permitió comenzar a hacer una vida “normal” a pesar de estar preso.
Dedicaba gran parte de su tiempo a lecturas variadas y a escuchar música clásica, tal y como hiciera en Martín García. La lectura de los periódicos también era algo frecuente. Asimismo, junto a Elena, el ex presidente recorría el inmenso jardín del hotel -de unas seis hectáreas- y también solían asistir a misa en la capilla San Eduardo, a escasos metros de allí. A su vez, las visitas eran frecuentes. Entre ellas no sólo se encontraban amigos, vinculados al ámbito político, que viajaban para consultar su opinión de cara a las próximas elecciones, sino también los primeros turistas que llegaban a la ciudad, que solían pasar al Tunquelén a sacarse fotos y conversar con él, peticiones a las cuales accedía encantado.
Frondizi tuvo una estadía entre la calma y el peligro. Su propia vida se vio amenazada en un momento debido a la irrupción en la ciudad de un grupo militar, perteneciente a las facciones coloradas del Ejército. El día 28 de marzo de 1963 -mismo día de la inauguración de la Fundación Bariloche-, el coronel Martín Rodríguez arribó a Bariloche para inmediatamente sobrevolar, además de la ciudad rionegrina, las localidades de Junín de los Andes, San Martín de los Andes y Neuquén. Rodríguez organizó un grupo que el día 2 de abril tomó la municipalidad de Bariloche, el cuartel de policías, la emisora local, Radio Nacional LV8 y otros lugares de la región en busca de los individuos que consideraba peligrosos para el orden nacional. Frondizi era uno de ellos.
El conocimiento de la llegada del ejército colorado se informó rápidamente en el hotel Tunquelén, y la custodia del ex presidente se reforzó, pasando de 12 personas a 24, veinte custodios y cuatro guardaespaldas. La comitiva que viajaba para visitas o consultas contaba entre otras personalidades con Alfredo Allende -ex ministro de Trabajo del gabinete de Frondizi-, el doctor Raúl Rabanaque Caballero -diputado radical y posterior miembro del Partido Intransigente- y el historiador Félix Luna. Ellos serían testigos junto a la familia Frondizi-Faggionato de la amenaza del momento, e incluso Rabanaque Caballero sugeriría la posibilidad de llevar dormido a Frondizi hasta Chile, considerando que la frontera estaba relativamente cerca del hotel[2]. Sin embargo, tanto el ex presidente como su esposa se negaron a dicha propuesta.
El papel de la custodia fue fundamental. Los guardias se dispersaron tanto alrededor del hotel como dentro del bosque, y si bien los cuarteles de policía estaban tomados, los oficiales en el Tunquelén continuaron brindando seguridad al ex mandatario radical. Entre ellos se destacó Roberto Medvedev, uno de los oficiales encargado primariamente de recibir a Arturo Frondizi en el aeropuerto y trasladarlo hacia su lugar de confinamiento. Si bien los militares no habían entrado en acción, había grupos civiles golpistas aliados que pretendían hacerlo.
Otro personaje destacado fue el padre Calixto Schincarioli, quien realizó gestiones para evitar un atentado. Visitó el cuartel y obtuvo la seguridad de parte del mayor Morgan -a cargo del operativo por orden del coronel Rodríguez- de que la integridad física de Frondizi no se vería alterada. El religioso incluso amenazó con unirse a las armas con tal de defender al presidente cautivo, tomando una de las ametralladoras PAM de ser necesario.
Rodríguez se había marchado de Bariloche el día 2 de abril, quedando Morgan con el control total de la situación. Al día siguiente, los civiles golpistas buscaron averiguar cómo deberían proceder en la ciudad según lo que se informaba desde la Radio Nacional de Neuquén, LU5, pero la emisora, para despistar, informaba que las rebeliones no habían dado resultado, por lo que el avance en Bariloche no sería posible a menos que triunfara la sublevación neuquina, lo que en efecto no ocurrió. Cerca de la medianoche del aquel 3 de abril, la radio emitió un comunicado que rápidamente fue desmentido. Al día siguiente, los jefes designados por el coronel Rodríguez, con Morgan a la cabeza, abandonaron la ciudad de Bariloche y liberaron los sitios que habían alcanzado a tomar, entre ellos la radio local, que reanudó sus transmisiones con normalidad.
Después del peligro
Tras el fracaso del intento de atentado contra su persona, Arturo Frondizi pudo transitar los días siguientes de su estadía en Bariloche con normalidad. En palabras de Medvedev, Frondizi realizaba largas caminatas no sólo por la zona del Tunquelén sino mucho más allá, adentrándose en el camino que conducía hacia Villa Tacul, uno de los puntos más visitados de Circuito Chico. El estadista juntaba hongos comestibles y realizaba las caminatas con mucho gusto, asegurando que eran buenas para el cuerpo y para el espíritu, continuando con las largas meditaciones que había comenzado a tener en Martín García. Incluso tuvo oportunidad de regresar al hotel Llao Llao, que lo había recibido en 1960, y caminar por su inmenso predio. Además, la familia alcanzó a vivir la temperatura más fría de la historia local, con -21,1º registrados el 30 de junio de 1963. Dicha marca sería superada recién en 2017, cuando en la localidad cordillerana se alcanzaron los -25,4º.
Consultado frecuentemente por la política nacional, en especial de cara a las elecciones presidenciales de julio de 1963, Frondizi optó por retomar su rol partidario y no dudó en opinar abiertamente sobre los candidatos y sobre la situación de la Unión Cívica Radical. A través de una declaración escrita, llamada “El documento del 29 de mayo”, contempló cuestiones relacionadas con la política y con la economía. En el primer caso, no negó un apoyo al candidato Vicente Solano Lima, propuesto por Perón para presentarse por el Frente Nacional y Popular, partido que agrupaba al peronismo y al frondizismo -Rogelio Frigerio desde Montevideo ya había iniciado conversaciones con Perón-, destacándolo sobre los candidatos radicales, Arturo Illia por la Unión Cívica Radical del Pueblo y Oscar Alende por la Unión Cívica Radical Intransigente. Del lado económico, lamentó el quiebre de varias empresas y la caída de los índices de empleo, pues eran puntos que perjudicaban el poder adquisitivo de la población y su libre participación política.
Precisamente, continuando con su labor literaria, fue en Bariloche en donde retomó sus escritos y estudios sobre el petróleo y la actividad industrial. Interesado por el desarrollo de la región patagónica -ya desde sus días como presidente-, seleccionó escritos y testimonios para reconstruir las experiencias de Ezequiel Ramos Mexía -quien fue ministro de Julio Argentino Roca, José Figueroa Alcorta y Roque Sáenz Peña-, y de Bailey Willis, un geólogo norteamericano que a principios del siglo XX llegó para trabajar en la Patagonia[3].
De estos estudios sobre la zona se desprendería, en julio de 1963, el breve libro “Breve Historia de un yanqui que proyectó industrializar la Patagonia (1911 – 1914)”, justificando Frondizi que estos viejos proyectos de industrialización de la región sólo serían posíbles por el camino de la paz, la integración y el desarrollo. El libro, publicado ya en Buenos Aires en 1964, contaría con muy pocos ejemplares para su venta y distribución, y no sería reeditado.
Las elecciones presidenciales se llevaron a cabo el 7 de julio de 1963, con previa abstención del Frente Nacional y Popular debido a las constantes presiones del gobierno nacional, que acusaba múltiples irregularidades en la lista del partido. Así, mientras que Perón llamó a sus adeptos al voto en blanco, los partidos integrantes del Frente adhirieron a esta propuesta. La fórmula de Arturo Illia y Carlos Perette se impuso finalmente con apenas el 25,1%, a la de Alende y a la del Partido Demócrata Progresista de Pedro Eugenio Aramburu. Frondizi, ya alejado lo suficiente de los comicios por la fuerza, fue puesto en libertad por disposición del presidente José María Guido el 31 de julio de 1963.
El ex presidente partió del hotel Tunquelén junto a su esposa Elena y su hija Elenita al día siguiente, el jueves 1º de agosto, en compañía de Roberto Medvedev[4], quien fuera su custodio y se convertiría en amigo y allegado político. Partieron en un Peugeot 403, color negro, con destino a Buenos Aires, aunque se había hablado en un principio de dirigirse a San Martín de los Andes para tomar un avión con destino a tierras bonaerenses. En el camino, todavía de ripio, vivirían la rotura del tanque de nafta y la necesidad de parar en la localidad rionegrina de Piedra del Águila para comprar dulce de membrillo y con el evitar las pérdidas de combustible. Tras arreglar el problema en La Pampa, continuaron camino hasta llegar a la Quinta Los Plátanos, en la ciudad de San Miguel, en el Gran Buenos Aires y propiedad de un amigo de la familia. Tras algunos días allí, Frondizi y su familia lograrían volver a su domicilio en la ciudad de Buenos Aires.
Frondizi regresaría a tierras patagónicas en marzo de 1987, pero esta vez en compañía de Rogelio Frigerio, para ser homenajeado en el mismo lugar que durante 144 días lo tuvo como recluso, el hotel Tunquelén. Allí recordó nuevamente que la única manera de resolver los problemas del país era con la unidad. La unidad del pueblo argentino.
Muchos años despúes,en 2017, el Circuito Chico de Bariloche—un recorrido turístico que pasa por la puerta del Tunquelén— fue nombrado con el nombre de Presidente Arturo Frondizi en homenaje a su más celebré huésped-cautivo.
Bariloche, homenaje a Frondizi y punto de partida para una nueva visión desarrollista
[1] El Circuito Chico es uno de los recorridos turísticos más frecuentes de Bariloche, el cual atraviesa diversos sitios de interés, tales como Colonia Suiza, Punto Panorámico y Bahía López, y brinda la posibilidad de recorrer senderos que conectan con el entorno natural.
[2] El acceso más cercano al país trasandino se encontraba cruzando el lago Nahuel Huapi, partiendo desde Puerto Pañuelo y transitando el brazo Blest, el cual, luego de un breve recorrido por tierra, conectaba con el lago Frías hasta arribar al Puerto Frías, para finalmente cruzar a territorio chileno en vehículo. De esta manera, se evitaba atravesar la ciudad de Bariloche para dirigirse hacia el paso fronterizo Puyehue, rebautizado en 1978 como Paso Cardenal Samoré.
[3] En colaboración con Ramos Mexía, Bailey Willis confeccionó un relevamiento de tierras y recursos del entonces territorio nacional de Río Negro de cara a una promoción de planes de desarrollo de tierras fiscales, búsqueda de aguas y, quizás el aspecto más importante, del tendido de la línea de ferrocarril que uniría a Viedma, la capital del territorio nacional de Río Negro, con San Carlos de Bariloche. Esta última cuestión se había iniciado en 1908 pero se retomaría en 1923, culminando recién once años más tarde, en parte debido a la crisis mundial de 1929 y a la muerte en 1932 de su principal gestor, el italiano Primo Capraro, entre otros contratiempos.
4] En cuanto a Medvedev, pronto abandonaría la policía y se incorporaría al Movimiento de Integración y Desarrollo, llegando a ocupar una banca en la Legislatura de Río Negro.
BIBLIOGRAFÍA
– Shmidt, Claudia (2020). “La universidad de Utopía. Un proyecto para el campus de la Fundación Bariloche (1962-1966)”, en: Pasado Abierto. Revista del CEHis. N°11, Mar del Plata, enero-junio, pp. 9-32.
– Menotti, E. (1998). Arturo Frondizi. Biografía. Buenos Aires: Planeta.
– Silin, Federico y Schulz, Hans (2016). “Eisenhower y Frondizi en Bariloche”, en: revista TODO, año 7, N° 41, Bariloche, Ediciones Patagonia Escrita, octubre-noviembre 2016, pp. 2-7.
Fuentes consultadas:
– Arturo Frondizi detenido en Bariloche, hace 55 años (2018, 23 de febrero). Río Negro, Sección Opinión, recuperado de https://www.rionegro.com.ar/columnistas/arturo-frondizi-detenido-en-bariloche-hace-55-anos-LL4481973
– Durante 48 horas la vida de Frondizi estuvo en peligro (1963). Revista Primera Plana, página 12, recuperado de http://magicasruinas.com.ar/revistero/locales/frondizi-1963.htm
– El carcelero de Frondizi que ahora se incorporó al MID (24/07/2000, 24 de julio). Clarín, Sección Política, recuperado de https://www.clarin.com/politica/carcelero-frondizi-ahora-incorporo-mid_0_HyAhL5eCFx.html
– Lagos, Julio (2019, 28 de enero). Arturo Frondizi: claveles para el presidente olvidado y enterrado sin honores en el panteón familiar. Infobae, Sección Sociedad, recuperado de https://www.infobae.com/sociedad/2019/01/28/arturo-frondizi-claveles-para-el-presidente-olvidado-y-enterrado-sin-honores-en-el-panteon-familiar/
– Récord absoluto de frío en Bariloche: -25º C. (2017, 16 de julio). Río Negro, Sección Sociedad, recuperado de https://www.rionegro.com.ar/record-absoluto-de-frio-en-bariloche-25-c-FX3176777/