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El canciller, Jorge Faurie, en la charla sobre la inserción de Argentina en el mundo

En una conferencia exclusiva para VD, el canciller defiende la política aperturista del gobierno y el acuerdo Mercosur-UE: “Si no podemos competir con Europa, ¿cómo vamos a competir con China?”

El canciller, Jorge Faurie, en la charla con VD sobre la inserción de Argentina en el mundo

Macri imprimió un giro profundo en la política exterior argentina. Bajo el lema “volver al mundo”, quebró los alineamientos de la década kirchnerista y buscó un posicionamiento más ortodoxo, primermundista. Los objetivos eran que el país tuviera un mayor protagonismo en el tablero mundial y atraer inversiones. El gobierno ha recibido el reconocimiento de buena parte de la comunidad internacional, pero las inversiones han sido menores de lo que se esperaba. “Alguien de la prensa acuñó el título de la lluvia de dólares. Los dólares no llueven en ninguna parte, la plata hay que conseguirla. Las inversiones están llegando en los sectores más estratégicos y con un marco regulatorio más estable. Pero hay que ser confiables”, sostuvo la semana pasada el canciller argentino, Jorge Faurie, en una charla con Visión Desarrollista sobre la inserción del país en el mundo.

El contexto internacional ha cambiado desde asumió que Macri. En algunos países, los movimientos antiglobalización han ganado fuerza. “Muchos se preguntan si la orientación que tenemos de poder vincularnos al mundo en este momento no va medio a contrasentido. Nosotros estamos abriéndonos al mundo cuando ciertos sectores del mundo están cerrándose”, reconoció Faurie. El canciller, sin embargo, defendió la política aperturista. “Argentina viene de 12 años de encierro. Este proceso nos dejó distorsionados internamente en nuestra economía. Además perdimos muchos mercados de productos alimenticios —todos los mercados de carne que perdimos en favor de Uruguay, Nueva Zelanda, Paraguay— que es un lugar donde tenemos una relativa competitividad. Al mismo tiempo nos atrasamos tecnológicamente. Esto para mí es lo más trágico, porque recuperar los atrasos en tecnología es siempre una gran tragedia. Cuando uno se corta del mundo, eso se paga siempre terriblemente”.

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De izquierda a derecha: Tomás Kroyer, Francisco Uranga y Jorge Faurie

Acuerdo Mercosur – Unión Europea

El acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea es, para Faurie, una buena oportunidad para impulsar la apertura de la economía de una manera gradual. “Mucha gente cree que los europeos nos van a pasar por encima. Pero vivimos en una aldea global y competimos contra todos. No solo contra los productos de Brasil o Chile, sino contra lo que producen Indonesia, Marruecos, China y Bangladesh. Nosotros queremos pagar salarios altos y feriados de cuatro días. Eso en China no existe. Europa tiene salarios altos, feriados, vacaciones y derechos laborales similares a los de Argentina. Si no podemos competir con Europa, ¿cómo vamos a competir con China?”. 

El Mercosur estaba estancado cuando Cambiemos llegó al poder. El nuevo gobierno se puso como meta darle un nuevo impulso. “Como espacio de integración, es el más cerrado que existe en el planeta. Comparable con lo que era Albania en 1980. El Mercosur tiene una relaciones con el comercio mundial de menos del 10% del PBI. Tenemos que salir al mundo como Argentina y tenemos que salir al mundo como Mercosur”, resumió el canciller. Sobre el acuerdo entre la UE y el Mercosur, aseguró: «Estamos casi a punto, pero no es fácil el cierre [de la negociación]«. Destacó que también se ha avanzado con diálogos sobre acuerdos de libre comercio con Canadá, Singapur, Corea del Sur, Marruecos, Túnez, Egipto, Japón, India, Australia y Nueva Zelanda. «Siempre tenemos el diálogo muy interesante, que no es fácil, Mercosur-China», completó.

Contra la idea de que con el kirchnerismo se mejoraron las relaciones con los países de la región, Faurie señaló que Argentina había dinamitado el vínculo con los vecinos. “Nos habíamos peleado con Uruguay por las pasteras, teníamos una relación espantosa por Chile a partir de la discusión por abastecimiento energético, no teníamos una relación fructífera con Bolivia por mucho que tuviéramos un diálogo, llamémoslo de ideas, que podían ser coincidentes entre el anterior gobierno y el gobierno del presidente Evo Morales, estábamos muy cortados de nuestra dinámica con Brasil”, enumeró.

Entre los países vecinos, el ministro destacó a Chile como un aliado fundamental: “Estamos viviendo en un mundo donde todos dicen que hay que ir al Pacífico. Voy a necesitar a Chile para tener la bioceanidad”. El canciller apuntó que en las últimas cuatro décadas se han producido pocos avances en la infraestructura para comunicar Argentina y Chile. “Es una cosa terrible cómo nos hemos quedado atrás. Hace 40 años había fronteras, una Europa dividida, teníamos el muro de Berlín, para pasar de un lugar a otro presentábamos documentos y cambiábamos de moneda. Ahora los europeos están integrados, tienen trenes de alta velocidad, los ciudadanos de Europa son ciudadanos europeos. Y nosotros todavía seguimos viendo cosas que parecen sacadas de 50 años atrás en la historia”, criticó.

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Entre el público estuvieron miembros de VD, de La Generación y del centro de estudiantes de la UCA

Una oportunidad para Argentina

Argentina se enfrenta con el desafío de integrar a un tercio de la población que está excluido. Macri lo definió como una prioridad: pobreza cero. El problema es que el contexto no ayuda. “Crear trabajo es dificilísimo. Estamos viviendo la revolución tecnológica. Cada vez se produce más, se genera más riqueza, pero trabaja menos gente para producir esa riqueza, que se distribuye de manera inequitativa. Hay indicadores que hablan de que un 10% de la población concentra el 85% de la riqueza del mundo”, subrayó. La desigualdad está en la base del auge del populismo y las crisis políticas de Europa, o incluso el triunfo de Donald Trump. “Están en cuestionamiento los sistemas productivos y en algún momento empiezan las reacciones de las fuerzas vivas. Cuando los partidos no logran das las respuestas, se ponen en tela de juicio los sistemas políticos y las instituciones”, reflexionó Faurie.

A pesar del escenario adverso, el ministro de Exteriores se mostró optimista y partidario de la globalización. Destacó que el país sea este año anfitrión del G20. El G20 se ha transformado en una instancia de máxima relevancia a nivel internacional, en especial después de la crisis de 2008, donde intervino y, sostuvo el canciller, evitó que tuviera las mismas consecuencias que la de 1930. Desde entonces, se ha convertido en una plataforma donde se se discuten los grandes temas a nivel global: el empleo, el comercio, el desarrollo sostenible, el medioambiente. La centralidad del G20 se explica en parte, según el ministro, por la paralización de otras organismos internacionales como la ONU y la OEA. “El G20 no es un mecanismo de concertación de decisiones, pero genera un diálogo de posicionamiento que dice para dónde va la marcha del mundo”, aclaró Faurie.

El gobierno ha logrado que el país se volviera a posicionar en la escena internacional. “Estamos en condiciones de un actor, no digo principal, pero sí aquel que tiene un pedacito del guión que vale la pena”, enfatizó el canciller. “Argentina es partícipe de las mesas del mundo como es el G20, el encuentro de la OMC, la discusión del Tratado Antártico. También en el deporte: vamos a ser la sede de los juegos olímpicos de la juventud. Argentina está por todos los lugares pudiendo generar una incidencia. El tren de la historia pasa por la estación cada tanto: ¿subís o no subís? Esta vez, otro tren pasa: subamos, conduzcamos la máquina con racionalidad, no vamos ni a la gloria ni al desastre”, arengó.

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Miembros de Visión Desarrollista y de La Generación conversan con Jorge Faurie después de la charla