ingresos brutos
Boletas en papel de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos

Las elevadas tasas de ingresos brutos provinciales y las tasas municipales incentivan la evasión fiscal, advierte Hugo Carassai en un artículo publicado en el sitio web de la Fundación Frondizi. El presidente de la fundación subraya que las mejoras o bajas circunstanciales de gravámenes no resuelven el problema, sino que debe analizarse y corregir la distorsión desde la raíz. El artículo apunta una serie de recomendaciones para simplificar el sistema y, al mismo tiempo, aumentar la recaudación.

El efecto en cadena de ingresos brutos —que se cobra en cada etapa de la cadena de valor— es lo que provoca la mayor distorsión en los costos y precios, en especial las PyMEs, señala Carassai. Para tener dimensionar el peso de este impuesto, vale la siguiente comparación. Una compañía con una tasa de utilidad del 10% en relación con sus ventas paga entre el 3% y el 3,5% de sus ingresos en concepto de impuesto a las ganancias. En algunas jurisdicciones, la tasa de ingresos brutos es del 6% sobre las ventas. Es decir, el doble. Y a esto debe sumarse alrededor el pago del 1,5% de los ingresos en concepto de tasas municipales, que funcionan como pseudo tributos, explica el contador.

Un segundo factor pernicioso del efecto cascada de ingresos brutos es que desincentiva la tercerización, la complementación y la integración económica, lo que permitiría bajar costos (y precios) por la escala productiva. El diagnóstico de Carassai explicita cómo este impuesto atenta contra la productividad.
Las complejas habilitaciones municipales

La dinámica en el ámbito municipal, además, empuja a los negocios a la irregularidad, a operar al margen de la ley, enfatiza el presidente de la Fundación Frondizi. Cada habilitación de un nuevo negocio requiere de entre 10 y 20 trámites. Cada uno es un posible foco de corrupción, advierte.

La situación se ve agravada, además, por la multiplicidad de impuestos provinciales y tasas municipales, diferentes en cada jurisdicción. Esto convierte al sistema tributario argentino en una compleja trama de normas difíciles de comprender. Para comenzar a abordar este tema, el contador Carassai enumera una serie de medidas prácticas.

Para el impuesto provincial a los ingresos públicos, propone establecer tasas uniformes en las 24 jurisdicciones; mantener la estructura del convenio multilateral; fijar un único sistema de retenciones, con idéntico porcentaje en todas las provincias; establecer un cronograma de pagos ordenado, sin agolpar vencimientos; eliminar el sistema de percepciones de ingresos brutos; definir un cronograma de reducción de la tasa del impuesto.

Para simplificar las habilitaciones a nivel municipal, sugiere un blanqueo sin costo, esto permitiría que más negocios comenzaran tributar; que los establecimientos que soliciten la habilitación tengan 180 días para regularizarse; que el proceso se simplifique a un solo trámite con dos pasos: declaraciones juradas y cronograma; evitar todo costo adicional para las habilitaciones; y aplicar solo tasas de servicios o contribuciones por servicios, no pseudo impuestos.

Carassai sostiene que estas medias simples no solo no perjudicarían la recaudación, sino que la incrementarían.