fuga de capitales
La entrada del Banco Central de la República Argentina (BCRA). / REUTERS

La fuga de capitales en Argentina alcanzó los 86.200 millones de dólares entre enero de 2016 y octubre de 2019, según el Banco Central (BCRA). La autoridad monetaria publicó el 14 de mayo un informe en el que cuestiona las políticas de Cambiemos; sostiene que favorecieron la salida de capitales y provocaron una crisis de sobreendeudamiento. No es, sin embargo, la primera vez que Argentina sufre un fenómeno de este tipo en su historia reciente. Entre 1975 y 2019 se fugaron 364.000 millones de dólares; el equivalente de PIB de 2019.

Desde la última dictadura militar, la fuga de capitales es un problema creciente en el país. En 1976, de la mano de José Alfredo Martínez de Hoz, comenzó el primer gran ciclo de endeudamiento, que vino acompañado de una fuerte formación de activos externos. Ese es el nombre técnico de la fuga de capitales. Vale aclarar que cuando hablamos de fuga de capitales en Argentina nos referimos a la dolarización en el del país. Es decir, la compra de moneda extranjera. Es indistinto si el dinero se gira hacia una cuenta en el exterior o si se guarda en una cuenta local o en una caja fuerte; en todos los casos queda fuera del sistema.

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Fuga de capitales, método residual de balance de pagos (Barrera, Bona, 2018)
Los motivos de la fuga de capitales

La compra de dólares es un reflejo de la pérdida de confianza en que el peso mantenga su valor en el futuro. El dinero, por definición, cumple tres funciones: medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor. El peso, con su depreciación recurrente, no cumple en general la última. Por eso los argentinos buscar resguardar sus ahorros en la moneda estadounidense. Detrás de esa pérdida de confianza hay tres grupos de factores que explican la fuga de capitales: el vínculo entre inflación y tipo de cambio, el riesgo político y los móviles impositivos.

Fuga de capitales
Fuga de capitales, método residual, stock (Fuente: BCRA)

Durante un proceso inflacionario, si el tipo de cambio no acompaña el aumento de los precios, se produce un retraso cambiario. Esto alimenta la desconfianza en el valor del peso y las expectativas de una futura depreciación. Y provoca una aceleración de la fuga de capitales. Esto explica la coincidencia entre el comienzo del proceso inflacionario en 2007 y la fuga de capitales ese mismo año. Entre 2007 y 2015, la salida de capitales fue de 85.000 millones, según el BCRA. Pero el monto se eleva hasta los 114.502 millones de dólares si se utiliza el método residual, explican Mariano Barrara y Leandro Bona en el paper La fuga de capitales en la Argentina reciente (1976-2018). El método residual consiste en sumar la inversión extranjera directa, el endeudamiento externo público y privado, el saldo de la cuenta corriente y la variación de las reservas internacionales. La resultado es la fuga de capitales, cuando da positivo, o la repatriación, si es negativo.

La fuga de capitales durante el gobierno de Cambiemos es equiparable a la registrada durante los gobiernos de Cristina Fernández, solo que en la mitad del tiempo. Entre 2015 y 2017, en la primera fase del ciclo de endeudamiento y valorización financiera, la formación de activos externos alcanzó los 41.100 millones de dólares; los 45.100 millones restantes se formaron durante el ciclo de aceleración de la fuga de capitales en 2018 y 2019. La evolución de la formación de activos externos, que operó prácticamente sin restricciones desde 2016, se triplicó en cuatro años al pasar de 8.500 millones en 2015, a niveles cercanos a los 27.000 millones en 2018 y 2019.

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Formación de activos externos del sector privado no financiero (Fuente: BCRA)

El comienzo de los procesos de fuga de capitales durante los Gobiernos de Cristina Fernández y Mauricio Macri coinciden con el aumento de la desconfianza sobre la macroeconomía. Esto se ve reflejado en el Índice de Confianza del Consumidor. Entre marzo de 2006 y septiembre de 2009, las expectativas se desplomaron. Entre marzo de 2015 y septiembre de 2019 se registró un caída comparable, aunque menor. Este índice evidencia la relación entre la formación de expectativas negativas y la adopción de medidas de cobertura, como la compra de dólares.

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Índice de confianza del consumidor (Fuente: UTDT)

Las causas que la fuga de capitales en cada caso son, sin embargo, diferentes. En el ciclo Cambiemos estuvo vinculada a un endeudamiento externo que no se tradujo en inversiones productivas, sino en un mero arbitraje entre la tasa de interés en pesos y la tasa de interés en dólares. Una operación conocida como carry trade. En el ciclo kirchnerista, en cambio, la fuga de capitales llegó como consecuencia del fin de la rápida recuperación tras la crisis de la convertibilidad. Entre 2003 y 2007 el país registró altas tasas de crecimiento, baja inflación y superávit gemelos. El año en que este modelo virtuoso comenzó a tambalear, las expectativas se derrumbaron y se aceleró la salida de capitales. La situación se vio agravada el año siguiente por el conflicto de la resolución 125 y el comienzo de la crisis financiera internacional.

La fuga no solo explica la descapitalización del país, sino también la alta dependencia que tiene la economía del flujo de divisas. Argentina demanda más dólares para funcionar que otras economías de mayor tamaño.

El principal desafío que tiene el Gobierno para revertir esta dinámica es dar señales de que la economía es sostenible, tanto en el plano fiscal como financiero, y convertir el desarrollo económico y la producción en el principal rector de los fondos que ingresan al país.