En el año 2010, la empresa -en ese entonces- Repsol YPF anunció el hallazgo de importantes reservas de petróleo y gas en Vaca Muerta. A quince años de que se descubrieran los recursos no convencionales de petróleo y gas de la cuenca neuquina de Vaca Muerta, avanza hoy la extracción de manera sostenida batiendo récords mes a mes.

Hay que recordar que la extracción no convencional arrancó en Estados Unidos y convirtió al país del norte en el principal productor de petróleo y gas shale del mundo, revirtiendo la dependencia neta de hidrocarburos importados.

Vaca muerta es la principal cuenca de hidrocarburos del país y una de las mayores del mundo en cuanto a volumen de reservas, con una superficie de 30.000 km2 es territorialmente mayor que la provincia de Misiones y, de acuerdo a cálculos de la Secretaria de Energía, la cuenca podría abastecer -a consumos actuales- las necesidades del país por cuatrocientos años.

Hoy, Vaca Muerta representa el 54 % de la producción de petróleo y el 46% de la extracción de gas del país.

Para hacer de Vaca Muerta una realidad económica / rentable, se necesitan obras de infraestructura y la disponibilidad de grandes sumas de inversiones en activos físicos, como así también, capital humano y soluciones tecnológicas -ingenieriles-; de ahí la importancia del RIGI en dar un horizonte de treinta años en materia de seguridad jurídica y de beneficios cambiarios, arancelarios y tributarios a quienes quieran hundir millones de dólares.

Asímismo, por la complejidad del suelo, poroso (casi permeable), la formación representa un importante desafío de ingeniería. El proceso cuenta con una gran complejidad, tanto logística como de disponibilidad de agua, arenas y equipos.

Por otro lado, dentro de las externalidades potenciales que representa Vaca Muerta, se encuentra el desarrollo de proveedores nacionales, empresas que deben contar no solo con la capacidad técnica, sino con la flexibilidad de adaptabilidad al suelo y a las características de las inversiones, como así también contar con los mayores estándares de calidad internacional.

Por supuesto que Vaca Muerta y la extracción de shale representan mucho más que una actividad extractiva. Representan, en definitiva, una oportunidad para la industria argentina. A modo de ejemplo podemos citar a la gran proveedora de tubos, TENARIS, que desde su planta de Campana abastece a la formación, representando para la empresa, la provisión de productos especializados que resisten grandes presiones y particularidades técnicas propias de la actividad.

Sin lugar a dudas, el gran salto se dará en función a la estabilidad del marco jurídico, del precio internacional de los hidrocarburos y de la infraestructura disponible. En esta última materia, será necesario el desarrollo de puertos, rutas, vías, ferrocarriles y redes de distribución de gases y fluidos. Es relevante la importancia del transporte que permita reducir costos y acercar la región a los centros de abastecimiento, consumo y de exportación. Como la construcción del Tren Norpatagónico que conectará la localidad Neuquina de Añelo con Bahía Blanca / Ingeniero White o la duplicación de la RN22, que es de vital importancia debido a su rol de corredor bioceánico, vinculando a Bahía Blanca y el Puerto de Ingeniero White con el Alto Valle de Río Negro hasta llegar a la localidad de Zapala en Neuquén, accediendo a la cuenca de Vaca Muerta y al Paso Internacional Pino Hachado.

En lo que respecta al presente de Vaca Muerta, recientemente se anunció que la Argentina volvió a exportar gas a Chile y a Brasil.  Además, el autoabastecimiento de gas no solo posibilita el ahorro de divisas por sustitución de importaciones, sino que también genera divisas genuinas que aportan al equilibrio de la cuenta corriente del balance de pagos, al equilibrio macroeconómico, a la generación de rentas y al desarrollo argentino. Existen, también, proyectos petroquímicos en análisis para exportar gas en forma GNL (gas natural licuado), como así también inversiones en plantas transformadoras del gas en fertilizantes y el desarrollo de la industria petroquímica, química y química fina.

Indudablemente, Vaca Muerta es una oportunidad para el autoabastecimiento energético como también para el desarrollo nacional. Si bien, de momento hoy no nos encontramos con grandes déficits de cuenta corriente que impactan en la estabilidad macro y cambiaria, ya deberíamos -como sociedad- estar pensando en qué forma vamos a administrar tan enorme riqueza.

Discusión de estos días, de si el tipo de cambio está atrasado o no, o si es sostenible mediante el ingreso de divisas que se espera a partir del salto exportador de los próximos años – campo + minería + hidrocarburo. La abundancia de petróleo y gas puede llegar a ser una “maldición” si los ingresos que generan no se usan de forma adecuada. En jerga económica, esta trampa se conoce como síndrome o mal holandés, término que surgió después de que la industria de Holanda sufriera un duro golpe tras el descubrimiento de grandes yacimientos de gas cerca del Mar del Norte, lo que produjo la apreciación cambiaria del florín, resultado del boom exportador. Noruega ha sido uno de los países candidatos a sufrir este mal, sin embargo, el descubrimiento de petróleo ha impulsado la productividad en toda la economía del país. Noruega supo administrar su renta petrolera formulando una serie de normas y diseñando un fondo soberano, con la finalizad de proteger al resto de las actividades productivas, diversificar su economía y asegurar las prestaciones sociales de las generaciones futuras.

Noruega ha desarrollado una industria altamente competitiva en cada eslabón de la cadena petrolera, particularmente en estudios sísmicos, equipos de perforación, unidades submarinas y producción flotante. El sector secundario adoptó un papel fundamental en la exploración y explotación de hidrocarburos, la fabricación de barcos, plataformas y módulos petroleros, entre otras. Además, se ha dado impulso al sector terciario de servicios petroleros. Es destacado el crecimiento de una cadena productiva o clúster petrolero diversificado que en pocos años se volcó hacia los mercados internacionales, a partir de la cooperación entre las petroleras, las nuevas empresas del sector para-petrolero y la comunidad académica

En conclusión, los argentinos debemos ir pensando cómo vamos a utilizar estos recursos de manera inteligente para invertir y mejorar la productividad general de la economía y el desarrollo económico integral del país. El desafío es tan grande como la oportunidad que representa Vaca Muerta.  Queda en nuestra sociedad, en nuestra dirigencia y en nuestras políticas públicas imitar el ejemplo noruego y no transformarnos en un estado rentista.

Vaca Muerta, la Argentina, oportunidades y desafíos.  

En el año 2010, la empresa -en ese entonces- Repsol YPF anunció el hallazgo de importantes reservas de petróleo y gas en Vaca Muerta. A quince años de que se descubrieran los recursos no convencionales de petróleo y gas de la cuenca neuquina de Vaca Muerta, avanza hoy la extracción de manera sostenida batiendo récords mes a mes.

Hay que recordar que la extracción no convencional arrancó en Estados Unidos y convirtió al país del norte en el principal productor de petróleo y gas shale del mundo, revirtiendo la dependencia neta de hidrocarburos importados.

Vaca muerta es la principal cuenca de hidrocarburos del país y una de las mayores del mundo en cuanto a volumen de reservas, con una superficie de 30.000 km2 es territorialmente mayor que la provincia de Misiones y, de acuerdo a cálculos de la Secretaria de Energía, la cuenca podría abastecer -a consumos actuales- las necesidades del país por cuatrocientos años.

Hoy, Vaca Muerta representa el 54 % de la producción de petróleo y el 46% de la extracción de gas del país.

Para hacer de Vaca Muerta una realidad económica / rentable, se necesitan obras de infraestructura y la disponibilidad de grandes sumas de inversiones en activos físicos, como así también, capital humano y soluciones tecnológicas -ingenieriles-; de ahí la importancia del RIGI en dar un horizonte de treinta años en materia de seguridad jurídica y de beneficios cambiarios, arancelarios y tributarios a quienes quieran hundir millones de dólares.

Asímismo, por la complejidad del suelo, poroso (casi permeable), la formación representa un importante desafío de ingeniería. El proceso cuenta con una gran complejidad, tanto logística como de disponibilidad de agua, arenas y equipos.

Por otro lado, dentro de las externalidades potenciales que representa Vaca Muerta, se encuentra el desarrollo de proveedores nacionales, empresas que deben contar no solo con la capacidad técnica, sino con la flexibilidad de adaptabilidad al suelo y a las características de las inversiones, como así también contar con los mayores estándares de calidad internacional.

Por supuesto que Vaca Muerta y la extracción de shale representan mucho más que una actividad extractiva. Representan, en definitiva, una oportunidad para la industria argentina. A modo de ejemplo podemos citar a la gran proveedora de tubos, TENARIS, que desde su planta de Campana abastece a la formación, representando para la empresa, la provisión de productos especializados que resisten grandes presiones y particularidades técnicas propias de la actividad.

Sin lugar a dudas, el gran salto se dará en función a la estabilidad del marco jurídico, del precio internacional de los hidrocarburos y de la infraestructura disponible. En esta última materia, será necesario el desarrollo de puertos, rutas, vías, ferrocarriles y redes de distribución de gases y fluidos. Es relevante la importancia del transporte que permita reducir costos y acercar la región a los centros de abastecimiento, consumo y de exportación. Como la construcción del Tren Norpatagónico que conectará la localidad Neuquina de Añelo con Bahía Blanca / Ingeniero White o la duplicación de la RN22, que es de vital importancia debido a su rol de corredor bioceánico, vinculando a Bahía Blanca y el Puerto de Ingeniero White con el Alto Valle de Río Negro hasta llegar a la localidad de Zapala en Neuquén, accediendo a la cuenca de Vaca Muerta y al Paso Internacional Pino Hachado.

En lo que respecta al presente de Vaca Muerta, recientemente se anunció que la Argentina volvió a exportar gas a Chile y a Brasil.  Además, el autoabastecimiento de gas no solo posibilita el ahorro de divisas por sustitución de importaciones, sino que también genera divisas genuinas que aportan al equilibrio de la cuenta corriente del balance de pagos, al equilibrio macroeconómico, a la generación de rentas y al desarrollo argentino. Existen, también, proyectos petroquímicos en análisis para exportar gas en forma GNL (gas natural licuado), como así también inversiones en plantas transformadoras del gas en fertilizantes y el desarrollo de la industria petroquímica, química y química fina.

Indudablemente, Vaca Muerta es una oportunidad para el autoabastecimiento energético como también para el desarrollo nacional. Si bien, de momento hoy no nos encontramos con grandes déficits de cuenta corriente que impactan en la estabilidad macro y cambiaria, ya deberíamos -como sociedad- estar pensando en qué forma vamos a administrar tan enorme riqueza.

Discusión de estos días, de si el tipo de cambio está atrasado o no, o si es sostenible mediante el ingreso de divisas que se espera a partir del salto exportador de los próximos años – campo + minería + hidrocarburo. La abundancia de petróleo y gas puede llegar a ser una “maldición” si los ingresos que generan no se usan de forma adecuada. En jerga económica, esta trampa se conoce como síndrome o mal holandés, término que surgió después de que la industria de Holanda sufriera un duro golpe tras el descubrimiento de grandes yacimientos de gas cerca del Mar del Norte, lo que produjo la apreciación cambiaria del florín, resultado del boom exportador. Noruega ha sido uno de los países candidatos a sufrir este mal, sin embargo, el descubrimiento de petróleo ha impulsado la productividad en toda la economía del país. Noruega supo administrar su renta petrolera formulando una serie de normas y diseñando un fondo soberano, con la finalizad de proteger al resto de las actividades productivas, diversificar su economía y asegurar las prestaciones sociales de las generaciones futuras.

Noruega ha desarrollado una industria altamente competitiva en cada eslabón de la cadena petrolera, particularmente en estudios sísmicos, equipos de perforación, unidades submarinas y producción flotante. El sector secundario adoptó un papel fundamental en la exploración y explotación de hidrocarburos, la fabricación de barcos, plataformas y módulos petroleros, entre otras. Además, se ha dado impulso al sector terciario de servicios petroleros. Es destacado el crecimiento de una cadena productiva o clúster petrolero diversificado que en pocos años se volcó hacia los mercados internacionales, a partir de la cooperación entre las petroleras, las nuevas empresas del sector para-petrolero y la comunidad académica

En conclusión, los argentinos debemos ir pensando cómo vamos a utilizar estos recursos de manera inteligente para invertir y mejorar la productividad general de la economía y el desarrollo económico integral del país. El desafío es tan grande como la oportunidad que representa Vaca Muerta.  Queda en nuestra sociedad, en nuestra dirigencia y en nuestras políticas públicas imitar el ejemplo noruego y no transformarnos en un estado rentista.

Horacio Augusto Pereira

Mg. Políticas Públicas, especializado en Desarrollo Productivo

 


 

Fuente: https://guiavacamuerta.com/mapa