Tren de carga de la linéa San Martín . Fuente: Trenes Argentinos Cargas
Tren de carga de la linéa San Martín . Fuente: Trenes Argentinos Cargas

Las diversas políticas nacionales  impactan para bien o para mal en el desarrollo de las economías regionales. Desde la macroeconomía que nos afecta por la alta inflación, la incertidumbre monetaria o las retenciones a las exportaciones, hasta la logística, cuyas políticas publicas pueden ahorrar inmensos costos y mejorar la competitividad, o la ausencia de ellas que puede dejarnos afuera de determinados mercados. desarrollo ferroviario

Mendoza es una provincia con una riqueza enorme, pero los mas de 1000 km que nos separan del puerto de Buenos Aires o los 400 km hasta los puertos de Chile, previo atravesar la Cordillera de Los Andes, reducen la posibilidad de inserción en los mercados internacionales y de aprovechar esa riqueza que es solo aparente. Mendoza es aparentemente rica, pero en la realidad esta subdesarrollada como muchas provincias argentinas que no encuentran vectores de desarrollo que la impulsen hacia un estado de bienestar.

Mi aseveración de lo anterior se basa en las situaciones que vemos a diario y esto es la gente que abandona el campo por la falta de rentabilidad, las empresas industriales que migran a otras provincias e incluso a nuestro vecino país (Chile) para tener alguna chance de evolucionar con sus negocios.

Esta situación podría mejorar sustancialmente, no solo con un acomodamiento de las variables macroeconómicas sino observando algunos déficits que tiene la región como lo es la infraestructura logística principalmente vinculada al ferrocarril, que nos permitiría llegar a los puertos o a los grandes centros de consumo de manera más rápida, ágil, segura y económica.

Se impone en este sentido una mirada al interior profundo y ver el estado de abandono de cientos de km de vías férreas, estaciones sin cuidados y centros de reparaciones de locomotoras y vagones que están muy lejos de lo que fueron hace más de 40 años. Este es uno de los caminos a transitar para apoyar a las economías regionales, apostar al desarrollo ferroviario con inversión en nuevas vías, adecuando estaciones de carga y con talleres a la altura de los nuevos tiempos. Nuevas máquinas y vagones con fuerte inserción de la metalmecánica local aportarían un nuevo vector de crecimiento agregando valor en la región.

El Ferrocarril debe ser para Mendoza el principal servicio de carga hacia los puertos y el vehículo que nos permita recuperar algunas producciones que fueron ejes de nuestro desarrollo: La producción de manzanas y sidras en el Valle de Uco, la extracción de áridos para la construcción o el proyecto de Potasio que supo pensar la brasileña Vale y hoy está en manos de PRC S.A, son algunos ejemplos de producciones que estarían activos si tuviésemos el ferrocarril en marcha.

La inversión en infraestructura terrestre nos indica que el 85% se destina a la infraestructura vial y solo el 15% infraestructura ferroviaria. Antes de la década del 90 se distribuían esos presupuestos igualitariamente. Poner en marcha toda nuestra red vial es un gran desafío hacia los nuevos tiempos por la reducción de costos logísticos para nuestras producciones y la menor emisión de gases por el uso de combustibles que mejora las condiciones ambientales. Se estima que el consumo de combustibles para igual cantidad de carga es solo la quinta parte de lo que consume el transporte de camiones por carreteras.

Mendoza necesita poner en su agenda de prioridades el desarrollo ferroviario: la concreción definitiva de la estación Multimodal en Palmira, la construcción de los nuevos Talleres Ferroviarios de reparación de locomotoras en esa zona y avanzar con el ferrocarril Trasandino Central que unirá Mendoza con la V Región de Chile.

Increíble es que sigamos hablando de estas cuestiones entrado el siglo XXI cuando desde hace más de 100 años hay proyectos para dotar a las regiones fuera de la pampa húmeda de la red ferroviaria capaz de permitirles tener la logística y rentabilidad para comerciar sus productos con los grandes centros urbanos. En particular destacó asombrado la experiencia que el presidente Frondizi relata sobre el ministro roquista Ezequiel Ramos Mejia y el geólogo americano Bailey Willis, quienes promovieron en la Patagonia con el proyecto de forjar el ferrocarril transnacional capaz de unir San Antonio, Nahuel Huapi y Valparaiso. El proyecto fue truncado por los intereses ingleses y conservadores que solo veían al ferrocarril como un instrumento de sacar la producción agrícola de la pampa húmeda y no como el vector que nutre y conecta a los pueblos y economías regionales, como lo concibieron los protagonistas de aquel relato y su autor, don Arturo Frondizi.

Inspirados en aquellos hombres que soñaron y forjaron un país mejor, en base al fomento a la producción y la integración nacional, los desarrollistas de Mendoza trabajamos junto a todos los actores locales para lograrlo, impulsando el empleo de calidad y el bienestar de todos los mendocinos.

Mendoza es más que vino y petróleo. La oportunidad de la minería.