Patagonian
Los socios fundadores de Patagonian: Rodrigo Falco, Débora Carrizzo, Federico Hardziej y Euguenio Díaz Liz

Un entorno natural, el mejor índice de calidad de vida del país y desafíos laborales internacionales: esta es la propuesta que hace la compañía de software Patagonian para atraer talento al sur del país. Concretamente, a Cipolleti, Roca o Villa la Angostura desde donde la empresa brinda servicios a todo el mundo. «Hasta la revolución industrial, la gente se concentraba en las ciudades, hoy tiende a ser feliz en el lugar que quiere vivir. Muchos buscan tranquilidad y la disfrutar mejor el tiempo y el aire libre», destaca el CEO, Federico Hardziej. Patagonian tiene 70 empleados, la mayoría en Río Negro y Neuquén, aunque sus trabajadores están repartidos en 19 ciudades del país. Este año espera facturar 3 millones de dólares.

«Buscamos que nuestra empresa sea un lugar donde los empleados sientan cómodos y desarrollen su pasión. Nuestro lema en castellano es personas felices hacen productos felices. Vendemos una experiencia de vida», sostiene Hardziej. Y aunque la propuesta de Patagonian es original y pone el énfasis en el bienestar de sus trabajadores para atraer al mejor talento, es una apuesta rentable que busca aprovechar una ventaja competitiva del país: la relación costo calidad del capital humano argentino en software es de las mejores del mundo, según Hardziej. «India es cantidad, desarrollan sin preguntar. Los argentinos, en cambio, preguntan qué hacer, aportan ideas y las convierten en productos», subraya el CEO. La capacidad de analizar mejores alternativas y proponer nuevas es un distintivo del talento nacional, según el empresario.

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Federico Hardziej, CEO de Patagonian

El sector del software trastocó un pilar del sistema educativo: la importancia del título universitario. Hardziej es ingeniero en sistemas, pero tiene claro que el perfil más demandado en el mercado es el de programador y que para eso no es necesario una carrera de grado. «A mucha gente le gusta programar y no dispone del tiempo o el dinero para ser ingeniero. Existen las diplomaturas o cursos más chicos que dan la posibilidad de insertarse. Para mí, programar es un arte», plantea.

Producir local, vender global

Patagonian es una empresa argentina, pero el 90% de sus ventas son exportaciones. «Queremos aportar en el país, nos gustaría que al menos el 30% de nuestros servicios fueran para el mercado local. Pero el empresario nacional ve la inversión en tecnología como un costo», cuestiona el CEO. Para Hardziej, el empresario local tiene un chip con el foco en cuánto va a gastar que le impide ver el ahorro que consigue mediante la innovación. La empresa incluso tienen dos tarifas para promover: las nacionales y para servicios al exterior.

La tecnología puede dinamizar y mejorar la productividad de muchos sectores tradicionales. Un ejemplo de esto es la solución que desarrolló Patagonian para la trazabilidad en tiempo real de los bins [canastos] de fruta. La empresa que los contrató perdía varios bins por temporada y logró mejorar sus procesos gracias a un sistema de remitos digitales y trazabilidad con QR.  Lo que les costó el desarrollo lo recuperaron en un par de temporadas. «Saber donde están todos tus equipos y recursos puede mejorar mucho tu eficiencia», explica Hardziej.

Las empresas de la industria del conocimiento sufre las mismas dificultades que todos los sectores exportadores: venden al tipo de cambio oficial e importan insumos y servicios con la recarga del impuesto país del 30%. «No somos competitivos», sentencia Hardziej. La lógica recaudatoria es uno de los grandes obstáculos para el desarrollo del sector. El CEO de Patagonian considera que la elevada presión fiscal fomenta el mercado en negro y, a la larga, perjudica incluso al fisco.

Otro aspecto clave para el desarrollo de la industria del software es la conectividad. Más en el interior del país. El capital humano y la infraestructura son fundamentales para el sectore, pero Hardziej aclara que no son suficientes. «Necesitamos una política que a mediano largo plazo nos dé previsibilidad, reglas claras», sostiene. La nueva ley para la economía del conocimiento es un avance positivo en ese sentido, aunque aún no ha sido reglamentada. La previsibilidad es un reclamo que comparte con todos los sectores productivos: sin previsibilidad no hay inversión, y sin inversión es imposible el desarrollo.

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Sede de Patagonian en Cipolletti, Río Negro