El gobernador Ernesto Ueltschi es recordado por sus grandes transformaciones en la provincia de Mendoza durante el gobierno Desarrolista de Arturo Frondizi.
Ueltschi fue un brillante legislador y convencional constituyente en 1957. Posteriormente asume con tan solo 35 años la gobernación de Mendoza el 23 de febrero de 1958 impulsando políticas vanguardistas.
Entre sus políticas más importantes se destacan transformar las regalías petroleras en inversiones en obras de energías renovables, transformando los beneficios de un recurso que se agota en obras perdurables, como represas y canales. Importante de destacar, que esta visión moderna y previsora se dio en 1958, donde las corrientes ambientales recién nacían y no evidenciaban la necesidad de apostar a las energías renovables.
Con su huella progresista y modernista implementó la carrera hospitalaria para los profesionales de la salud, promulgó el Estatuto del Docente, con pensiones y jubilaciones para los educadores de esa Mendoza vanguardista. También constituyó el Banco de Previsión Social de Mendoza.
Su nieto Ernesto “Tito” Ueltschi, actualmente dirigente del MID en Mendoza, destaca que el gobernador debe tener la visión desarrollista que promovió su abuelo. “Mendoza es una tierra llena de recursos que es capaz de erigir su propio destino. Su estructura productiva debe redirigirse hacia el eje de la generación de riquezas, el desarrollo industrial acompañando la agro-industria y la educación integrada a la creación de empleo , permita la correcta utilización de todos los recursos de la Provincia”.
Hace varios años que el desarrollismo, es valorado a nivel Nacional y Provincial. Sin embargo en la práctica Mendoza dista de ser una provincia desarrollada, inmersa en una Nación que tampoco tiene un rumbo hacia la integración.
Cabe entonces preguntarse, ¿Cómo debería ser un gobernador Desarrollista?
Si quien gobierna desea seguir el ejemplo de Ernesto Ueltschi, y transformarse en un gobernador desarrollista, considero debe gobernar sin prejuicios, evitar aumentar la grieta y avanzar en una unión de los mendocinos dirigida a un nuevo desafío, desarrollar Mendoza. Esto implica no utilizar la Casa de Gobierno ni la legislatura para hacer política partidaria. Pero por sobre todo debe determinar las prioridades de acción para avanzar en un plan de desarrollo. No todos los problemas tiene la misma jerarquía. Hay que eliminar las distracciones y avanzar en la generación de riquezas. Cada eslabón del Estado provincial, debe apuntar a un modelo de provincia en crecimiento, generadora de empleo y de inversión. El gobernador desarrollista no puede permitir una Mendoza con desempleo. Para eso debe maximizar el ritmo de inversiones y cambios en viejas estructuras, tanto privadas como estatales de forma galopante. Mendoza debe ser cada vez más dinámica ante las exigencias del mundo moderno. Es fundamental para este objetivo que la educación deje de ser pensada como un lastre en las finanzas públicas, y ser redirigida a capacitar los mendocinos que transformarán Mendoza.
A cien años del nacimiento de un estadista, que trabajó incansablemente para ver una Mendoza prospera, con lucidez de pensamiento, transparencia, y una gran valentía de avanzar sobre la transformación de las estructuras, que se resistían al avance del desarrollo y la integración nacional; es necesario que quien gobierne adopte estos principios y virtudes para convertir a Mendoza en el faro que necesita nuestra Nación.
*Escrito en colaboración con Bruno Bonafede y Ernesto «Tito» Ueltschi